ꜱᴇɴᴛᴇɴᴄɪᴀ ᴅᴇ ᴀᴍᴏʀ │ ɢᴏᴏᴅ ᴏᴍᴇɴꜱ ᴀᴜ │ᴀᴢɪʀᴀᴄʀᴏᴡ

Capítulo 5: Mente blanca, cuerpo vacío

Noviembre 2022

"Tengo un recurso impugnatorio. La parte agraviada apeló y el fiscal está solicitando reexaminar una prueba que está fuera de cualquier precedente judicial. Lo que nos da..."

Crowley acomodó su cabello, mientras probaba un sorbo más de Whisky. Newton y Azirafel se miraron el rostro uno al otro y una gran interrogante había disfrazado la inseguridad y la mente en blanco de sus jóvenes facciones.

"¿Newton? ¿Cuál es la respuesta?"

Azirafel pasó saliva y su mirada azul verdosa se clavó en la alfombra del piso. Newton comenzó a titubear.

Las manchitas perladas de la alfombra pedían a gritos ser lavadas. Quizás una llamada a la administración para gestionar su limpieza debía hacerse cuanto antes, antes de que el Dr. se diera cuenta. El rubio anotó mentalmente el pendiente.

El silencio encuadró con su viaje mental breve de hacía unos minutos. Newton le dio un codazo y la pesada mirada de su jefe rebotó a su garganta.

¿En qué momento le había preguntado a él?

"Y-yo..."

Crowley alzó una ceja, esperando. Dio otro sorbo más a su trago y suspiró pesadamente.

"¿En serio, Azirafel?"

Su lengua pesaba y su mente se puso en blanco.

"No sabes, ¿Verdad?"

¿Qué debería saber? ¿De qué estaba hablando?

"Prueba prohibida. Es tan simple. ¡Di la respuesta básicamente!" Levantó su vaso vacío y Newton sabía que debía servirle más trago.

Un golpe interno sacudió de cuerpo entero a Azirafel. Sus labios comenzaron a temblar.

No lo sabías, porque eres un inepto.

"¿Qué le pasa a esta generación?" Se levantó de golpe, después de dar su último sorbo y comenzó a ponerse su gabardina del perchero.

"Busca precedente jurisprudencial sobre ese tema. Lo necesito para ayer".

Dicho esto llamó a su chófer y salió raudo de la oficina. Newton fue trastabillando detrás del jefe, con expedientes en una mano y la mochila en la otra.

Azirafel se quedó clavado en medio de la oficina. Al escuchar el portazo, apretó los puños, quería llorar.

Eres una decepción. Eso es lo que eres. ¿Qué haces allí? Mírate, te derrumbas ante un simple comentario. Deberías renunciar ya. Esto es demasiado para ti.

Sacudió su cabeza, se sentó en la computadora auxiliar de la oficina y comenzó a buscar. No pudo evitar que sus lágrimas cayeran, aunque pocas, de su rostro.

–

De ese incidente, pasó una semana y media para que nuevamente su jefe le señalara algo mal.

"¿No puedes ser más inepto, Azirafel?. Te contraté para que me ayudaras no para que obstaculizaras mi trabajo. ¡La sentencia está incompleta!"

El chico soltó un suspiro lleno de dolor y su madre por supuesto que se dio cuenta. Mandó un audio disculpándose. No podía volver a pasar, sin duda.

Ya habías prometido mejorar ¿Por qué no lo has hecho? Eres idiota.

"¿Amor, qué pasó?"

Habían salido de una sesión de quimioterapia. Eva abrazó a su hijo, y él solo apretó los dientes. No quería que su madre viera vulnerabilidad. Necesitaba fuerza, no malos momentos.