20 de diciembre de 2022
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El frío mañanero bailaba alrededor de los árboles, el viento orquestaba la hazaña de despeinar a los incautos en el sendero citadino. Azirafel contempló el hecho de poder pedir un día libre, viendo a su madre que se abrigaba a sí misma dándose leves palmadas en sus brazos para entrar en calor.
El sonido del claxon sobresaltó a Eva Fell quien por fin había sido dada de alta. El chofer salió raudo del auto y abrió la puerta del audi negro.
Eva miró a su hijo y este le sonrió.
"¿Qué es esto?" miró de lado a su hijo quién se removía las manos, inquieto.
Azirafel rogó internamente que su madre no le hiciera más preguntas.
"No es nada. Es el carro de mi jefe"
Su madre lo miró con confusión.
"Debe ser muy amable para poder permitir que uses su auto para asuntos personales"
Azirafel miró por el retrovisor al chófer y este silenciosamente supo que ya estaban listos para ir a su casa.
"Sí, mamá. Mejoraron algunas condiciones. A partir de mañana recibirás tu tratamiento en un lugar más especializado. No te preocupes por la paga. De ahora en adelante nos irá bien"
Su madre juntó sus manos con las de él y sonrió radiantemente.
"Oh bendito Dios, que buena noticia, mi amor"
Azirafel abrazó a su madre con fuerza. Haría de todo porque ella mejore, si eso significaba sacrificar más cosas que un simple puñado de tiempo, lo haría sin dudar.
Una inusitada corriente de orgullo y satisfacción floreció en su pecho.
"Sí, mamá"
El auto arrancó llevándose consigo una línea sorda de inseguridad.
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Luego de la salida de su madre. Los controles eran interdiarios. El chófer de Crowley pasaba a recoger a su madre después de dejar a Crowley en su despacho. Azirafel había aceptado la oferta de su jefe dos días después de la visita impensable en su tienda. Sobre ello, Azirafel había decidido alquilarla después de conversar con su madre al respecto. Otro ingreso más sería muy bueno para ellos.
No obstante, Anathema Device le había hecho un par de advertencias sobre el trabajo con el doctor Crowley.
"Avísame si te sigue maltratando, Azi. Por el amor de Dios, no te quedes callado. Y...Azi, no se caga donde se come. Sabes a lo que me refiero, ¿no?"
En efecto, tal y como ya había escuchado en los pasillos de la Corte y por lo que había vivido y visto con sus propios ojos, el poderoso Dr. Anthony J. Crowley era una persona sexual. Desde algunas fechas imaginaba que Newton seguía encargándose de sus citas furtivas y además, de otras más de las cuales Azirafel ya no tenía idea de qué se trataban.
Eso hacía que constantemente adquiriera un cierto asco que nacía en su estómago y se depositaba pudriéndose en su pecho. Como si fuera un sentimiento filoso y malvado, oscuro, cuya sustancia venenosa recorría todo su cuerpo, para poder cargarlo de ira contenida hacia un rostro incógnito que osaba desterrar cualquier atisbo de pertenencia hacia su jefe.
Era ilógico, casi insano y Azirafel se sentía ridículo con tan solo pensarlo. Llegaban días en donde podía jurar que su jefe se le quedaba mirando fijamente, mientras que él se deslizaba de un lado a otro como si estuviera en una maldita pista de hielo, cansado, tratando de correr y satisfacer todos los caprichos que este le pedía.
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ꜱᴇɴᴛᴇɴᴄɪᴀ ᴅᴇ ᴀᴍᴏʀ │ ɢᴏᴏᴅ ᴏᴍᴇɴꜱ ᴀᴜ │ᴀᴢɪʀᴀᴄʀᴏᴡ
FanfictionAzirafel Fell, un inseguro y destrozado joven que busca un futuro profesional y crecimiento económico encuentra un trabajo que le dará lo que busca a cambio de sacrificar ciertas cosas, su estabilidad mental tal vez, cuando se cruce con quien será u...