Love Hurts (JJK +21)

VIII

Milenka.

El poder es algo que siempre sabe bien. Con el mínimo esfuerzo es aun mejor, ahora estaba en un balance entre el complacer a mi esposo y hacer lo que me place. Tengo casi dos meses casada con él, en lo que poco a poco le he pedido cosas, caprichos pequeños que son tan inofensivos que no parece que me mima, hace dos días, le dije que quería nadar, pero que no deseaba salir de la casa, por lo que estuvo un montón de gente realizando esto para mi.

Di una vuelta mas en la piscina antes de recostarme un poco en la orilla mientras movía los pies. Escuche unos pasos lentos, Jungkook no era pues estaba sentado en uno de los camastros bebiendo un poco.

—Mi padre en verdad esta loco —Abrí los ojos y me hice hacia atrás nadando un poco, su mirada me recorrió por completo —te puso una maldita piscina, mocosa malcriada.

—¿Cómo sigue tu pierna? —sonreí al saber que ahora cojeaba por culpa de la bala que le metió Jungkook —dicen que nadar ayuda como terapia, eres bienvenido cuando quieras.

—Te sientes muy confiada —miro a Jungkook —no siempre estará para defenderte, es el perro de mi padre, tarde o temprano te dejara sola, se te acabara la suerte con mi padre.

—Te sientes amenazado por una mocosa de dieciséis años —nade hasta Jungkook que al mirarme se levanto tomando la toalla —es mejor que reconsideres tu trato hacia mi —Sali de la piscina siendo envuelta por mi guardia favorito —pronto tendrás un nuevo hermanito, quien sabe, puede que te enseñe algunos modales.

Jungkook apretó mis hombros, creo que olvide decirle...