Love Hurts (JJK +21)

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Milenka.

Mi trasero es un poco más grandes y mis pechos se ven muy llenos, Jungkook dice que ama mi figura incluso ahora.

Mi esposo le gusta dormir conmigo desnuda en la cama, creo que la inseguridad de tener un cuerpo más voluminoso durante el embarazo es lo que hace que los hombres duden de estar con uno. Son solo teorías

Pero yo no puedo dejar de tener sexo me siento un poco más hormonal y sensible.

Doyun ha estado demasiado tranquilo y me preocupa un poco, Jungkook esta irritable con el tema de Kang, no lo ha matado solo porque lo he controlado.

—Buenos días —Chankyung entro a la cocina dejando una cajita blanca aun lado de mi taza de te.

—¿Y esto?

Abrió la cajita dejando ver una tarta de frutas que lucía sumamente llamativa.

—Pase por la pastelería y compre algo para ti, siempre llego por galletas ahí pero se que últimamente tú tienes una fascinación por lo dulce asi que te lo traje.

—¿No estará envenenada? —Sonreí tomando una cuchara.

—No es mi estilo —me quito la cuchara cortando un poco para comerlo, chupo la cuchara para después cortar un poco mas y esta vez ofrecérmelo.

Acepte el bocado, de verdad sabia delicioso, no me dejo chupar la cuchara la llevo de nuevo a su boca para lamerla. Me la entrego ya limpia.

—Si llegara a tener algo, moriríamos los dos.

—tuche —tome otro bocado —tu padre salió temprano, ¿venias a verlo?

—Solo vine a dejar unos documentos, no precisamente tenia que entregárselos a él.

Tararee en respuesta, tomo una silla para acercarse a mi dejando muy poco espacio entre ambos. De los dos hijos de Kang, Chankyung es con menos tengo contacto, mis problemas siempre son con el mayor, por lo que jamás le había prestado una atención mas de lo normal.

—Tengo una pregunta que hacerte —finalmente dijo.

—Dime.

—¿El hijo si es de mi padre? ¿Al menos el viejo puede cumplir con su función?

—Tu padre es mi esposo, por lo que el hijo es suyo.

—Es un anciano, ¿en verdad crees que me compro que disfrutas estar con él?

—Él es feliz, debería bastarte.

Su mano acaricio un poco mi rostro y después se levanto acomodándose la chaqueta.

—¿Y tu eres feliz? —se inclino y beso mi mejilla —yo al contrario de mi hermano no creo que seas una molestia.

Lo observe alejarse y probe otro bocado enorme de la tarta que ahora me sabia aun mas dulce, no pude evitar sonreír...