El diario de Veronica

decimoquinta Página

2:30 p.m.

de 1 de septiembre 2013.

Odio, rabia, impotencia, ganas de llorar. Es lo que siento justo ahora, siento que nadie me entiende, ni siquiera Brenda.

Estos son los momentos en el que me siento tan sola, que no puedo confiar en nadie. Me siento tan vulnerable en este momento, no puedo creer que mis padres me estén haciendo esto, no puedo creer que le hayan creído antes que a mi.

Sus caras de decepción... fue lo que más odié, yo no había hecho nada malo, no me había metido en problemas y ahora esto.

Odio a la gente, odio que sean tan prepotentes, odio que siempre se crean más de lo que son, odio que finjan ser algo que no son, odio que siempre traten de cambiarme, odio que no me acepten por lo que soy, odio... eso es todo lo que puedo sentir en este instante.

Había caído en una sucia y vil trampa, un expediente le había llegado al director y esta tenia fotos, cartas e incluso bocetos. Los más sorprendente de todo es que esas cartas tenían mi letra, algo muy parecido a mi letra porque yo no hacia a "v" de esa forma.

No sé quien le había dado ese falso expediente al director y como él me odia, al fin tuvo una razón para expulsarme.

Se me estaba acusando por la broma que le habían hecho a Ethan. Lo que más me enojó es que había tres fotos en las, que supuestamente, aparecía yo noqueando lo, desnudando lo y amordazando lo. Eso fue lo que hizo que mi sangre hirviera de enojo. No deje que el director terminara, simplemente me paré y salí del edificio.

Y ahora estoy aquí a tres manzanas del colegio y a diez de mi casa, en un Starbucks tomándome un frapé de chocolate y escribiendo en mi diario. Últimamente lo llevo a todos lados, al final del día es la mejor forma que tengo para desahogarme.

Mejor me muevo de lugar antes de que pasen a buscarme por aquí.