El diario de Veronica

Sexta Pagina

14 de septiembre de 2013.

2:30 p.m.

Ayer decidí ir a mi casa por primera vez desde que vivo con Tomas y fue la peor decisión que pude tomar. Parecía una casa fantasma, pude entrar porque de alguna manera aún conservaba una copia de la llave, pero fue horrible lo que vi adentro.

No había nada, solo muebles polvorosos, todos los retratos familiares, adornos, todo lo que le daba algo de personalidad a aquel lugar se había esfumado, nunca pensé ver mi casa en ese estado, se sentía antinatural, como si fuera una pesadilla.

Registré toda la casa, me parecía imposible que todo rastro de nosotros se hubiera esfumado por completo y no me equivoqué. El escritorio de mi padre estaba hecho un desastre, de hecho, era la única parte de la casa que daba alguna señal de algo.

Recuerdo que había un montón de cajones, tirados en el piso y papeles por doquier, los libros de su biblioteca privada estaban todos regados por el piso y fue ahí cuando escuché un sonido.

Por un segundo pensé que era mi imaginación y luego vino la paranoia, un miedo irracional se apoderó de mi y salí corriendo lo más rápido que pude fuera de esa casa. Cuando salí del vecindario sentía como si hubiera alguien siguiéndome, pero una vez llegué a casa de Tomas (después de varias paradas y cambios de transporte, no veo películas de espías por nada) me sentí un poco más tranquila, pero solo un poco.

Ahora solo espero a que él llegue del trabajo y pueda tener una conversación con él, tal vez eso pueda calmarme un poco, a pesar de ser un adicto al trabajo y llegar súper exhausto a la casa, siempre se toma al molestia de conversar conmigo unos minutos.

Ya enserio que, si no fuera porque es totalmente ilegal, le pido matrimonio a ese hombre, ojalá yo fuera unos seis años mayor, entonces tal vez esta parte de mi historia sería un poco diferente, mientras tanto creo que veré algo en la televisión mientras lo espero.