3 de agosto de 2013.
Desde aquel día, me he hecho un poco menos asocial.
Una chica nueva llegó al instituto y me asignaron como su mentora, me imagino que querían que ella fuera una buena influencia y también como un intento de redimirme, pero... vamos que soy yo. Los dos primeros días la ignoraba un poco para ser sincera, pero ya después, me empezó a agradar. Ahora tengo algo así como una amiga, algo que no pensé que existía en este instituto.
Su nombre es Brenda, es bajita, pelirroja y muy bonita, aunque aún piensa como una niña chiquita en ocasiones, sus padres se acaban de mudar al país y esta teniendo problemas con las clases, por lo que en esa semana decidí hacer la buena acción del mes y me senté con ella en los almuerzos, no compartía clases con Brenda, por lo que me enteré muy tarde de que la molestaban.
Convenientemente, desde el incidente con el director fui tachada como chica más ruda del plantel y ahora todos me tenían miedo, no tanto porque yo fuera una verdadera amenaza, más bien por lo que le podía hacer a sus preciados autos, los cuales la mayoría eran de marcas caras.
5 de agosto del 2013.
Estaba dando mi paseo matutino por los pasillos, cuando vi a Carla y su séquito intimidando a alguien, la pobre chica estaba acorralada contra los casilleros, era casi una escena de películas de adolescentes, solo que la chica no estaba llorando ni nada. No, ella tenía una mirada que daba miedo, pero de lejos se veía que era una pacifista y eso Carla lo sabía, no pasó poco tiempo para que ella empezara a repartir cachetadas.
Al principio no pensé en hacer nada, no era mi asunto, pero la verdad es que ver como esa chica daba la otra mejilla me llenó de rabia, ahora que lo veo en retrospectiva, es parte si fue como una escena de película, porque caminé súper decidida a golpearla y lo hice.
¡La golpee, mierda! Se sintió tan bien, que no me arrepiento de nada, absolutamente nada. De hecho, me causó gracia la exclamación grupal que hubo cuando lo hice, ella me miró con odio y me amenazó con acusarme con el director, a lo que tuve que responder con "revelar todos sus secretos", sean cuales sean porque la verdad es que no los conozco, pero ella fue lo suficientemente paranoica como para creerme. Se fue indignada del lugar, a lo que yo respondí con carcajadas, lo más seguro es que la poca gente que estaba en el pasillo piense que esta vez realmente me volví loca, pero qué más da, la pasé de fábula, después de eso simplemente me fui, no quise hablar con la chica, hasta cierto punto también estaba molesta con ella ¿Cómo era posible que diera la otra mejilla? Para mí era incomprensible.
Luego de eso mis clases continuaron normal, hasta el final del día. Me tenía que quedar para el club arte, allí nadie se metía conmigo, nadie me hablaba más de lo necesario, pero nunca eran groseros o malos conmigo y era algo que agradecía silenciosamente.
Saliendo del club de arte, me choqué en una de las intersecciones de los pasillos con la chica que había abofeteado Carla, para mi fue gracioso, por que al principio pensé en soltarle una de mis típicas groserías, como:
"¿Es que no tienes ojos? Mira por dónde vas" o "Fíjate por donde caminas, no vaya a ser que mates a alguien por torpe"
Sin embargo, finalmente decidí ser amable y pedir disculpas. Me iba a ir cuando ella me agradeció por lo que había hecho horas anteriores, se sintió bien el que alguien te agradeciera por haberlo ayudado, aunque no lo hice con esa intención y así se lo hice saber. Gran parte de mi quería golpearla tanto como me gusta el helado y lo de hace unas horas me dio una razón "justa" para hacerlo , pero cuando ella me explicó todo lo que había pasado por culpa de Carla, decidí que sería mi nueva amiga.
Y bueno, ahora tengo dos.
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El diario de Veronica
Teen FictionNunca conoces realmente a las personas hasta que todo sale a la luz, Veronica lleva una vida que muchos envidiarían, va a una escuela privada vive en una gran casa, va a fiestas de sociedad con su familia... Pero no todo es lo que parece, no todo e...