𝟎𝟐| 𝑷𝒂𝒓𝒕𝒚| 𝑴𝒆𝒈𝒖𝒓𝒖 𝑩𝒂𝒄𝒉𝒊𝒓𝒂

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Nunca acudías a las fiestas, te causaban cierta ansiedad al no saber que hacer o decir, sentir las miradas de todos y que si hacías algo estúpido todos lo verían, por lo tanto, no ibas a fiestas, el mayor problema es que tu amiga era de lo más fiestera, en cierta parte te molestaba, pero ella jamás te insistía demasiado ya que ella sabía tu condición y tú disgusto por las fiestas, para ella no era un problema muy grande, después de todo siempre se respetaban.
Después de clases Hana te pido de favor que la acompañaras a su casa para que le ayudases a encontrar un buen outfit para la fiesta del día, no era lo que realmente querías, pero si solo era eso, no tenías problema. Al llegar saludaste a sus padres y juntas subieron a la habitación la cual estaba hecha un desastre.
-No me ha dado tiempo de recoger.
Estaba apenada, pero siendo sincera habías visto más de una vez este desastre en su habitación, para ti era lo más limpio que podías ver.
-¿Y bien? ¿Esté me queda?
Definitivamente no lo estaba, era un gran outfit, pero muy corto y algo revelador, así que estabas en contra de esa vestimenta.
-No, muy corto
Lo decías en un tono autoritario, después de todo, eras más grande que ella, por un mes, pero un mes es un mes. Continuaron viendo el outfit hasta poder encontrar el indicado, una blusa descubierta hasta los hombros y una falda que le quedaba hasta los muslos, no era de tu total agrado, pero era el mejor que había escogido Hana hasta el momento.
-¡Listo! Outfit completado.
-Bien...ya me voy a mi casa
-¿Que? No, no puedes, tienes que acompañarme, por favor Junko.
-¿Que? Estás loca, no pienso ir ni en tus sueños.
-¡¿Por qué?!
-Esta muy claro, no me gusta.
-Por favor, va a ir Yuma
Era el chico que te gustaba, más bien, te encantaba. Esa información era muy interesante y que te podía persuadir bien, pero estabas en contra de eso, totalmente, en tu mente, las fiestas era bastante malas y peligrosas, todos tomaban alcohol, se besaban e inclusive llegaban a tener relaciones sexuales, cosas que definitivamente tu evitabas a toda costa.
-¡No!
Esa era tu última palabra y no cambiarías de opinión, de no ser porque Hana te chantajeo con tus calificaciones, habías reprobado un examen y si tus padres se llegaban a enterar te mataban, así que no tuviste más opcion que aceptar.
-¡Genial! Entonces, no puedes ir así - dijo señalando toda tu vestimenta - vamos, cambiate, tengo bastante ropa.
Obedeciste y entraste a cambiarte al baño, no estabas del todo feliz, ni siquiera pudiste escoger tu ropa y al verte en el espejo casi te daba un infarto, tenías una blusa blanca pegada y una falda pequeña junto con una chaqueta de cuero marrón, y de zapatos unas botas negras.
-¡Estas increíble Junko!
Internamente estabas furiosa y desanimada por no querer ir.
-Ahora mismo estaría viendo el nuevo capítulo de mi serie.
-Ay! Por favor Junko, al menos sal una vez en tu vida.
-Pero si salgo.
-A la tienda nada más.
Ambas salieron a escondidas de sus padres, quienes pensaban que hacían arduamente la tarea, a pesar de que era viernes por la noche, ¿Quien en su sano juicio hace eso?
Al llegar al lugar de la fiesta, pudiste escuchar el tortuoso ruido que permanecía en tu oído. Después de entrar, cada una se separó por accidente, ya que Hana se fue a buscar a su gran amor, el alcohol, no era sorpresa para ti, en cambio tu decidiste irte a un lugar más alejado de la multitud, estabas nerviosa por no saber que hacer, ni tener con quién hablar, temiendo que algo malo pasará, todos estaban en lo suyo hasta que escucharon pequeños gritos de chicas, ya que varios chicos habían llegado, un grupo bastante grande, todos realmente guapos y que eran muy destacables entre todos.
Viste entonces a un chico, quién llamo más la atención, un chico alto con su cabello algo extraño, color negro con amarillo, parecía ser uno de los mas alegres entre su grupo. No fue hasta que sus miradas se encontraron, que con rapidez dejaste de verlo y te contraste rápidamente en ver tu celular, escribiendo cosas sin sentido para poder disimular lo que había pasado.
Después de unos minutos querías irte, estabas harta y estabas como una estúpida parada en un solo lugar sin moverte, viendo tu celular mientras jugabas un juego sin internet para pasar el rato. Ibas a irte, no fue hasta que Hana te detuvo.
-¡Hey! Dónde vas, ven acá.
-Hana, me voy, estoy como estúpida.
-Tranquila, toma esto.
-¿Es alcohol?
-Solo toma, eso hará que te aflojes más.
Observabas el vaso, pensando seriamente si tomar del vaso, era bastante obvio que contenía alcohol, pero no querías parecer anticuada o aburrida por no hacerlo, así que decidiste hacerlo, era un trago después de todo o eso querías haber dicho, por qué el sabor fue bueno para tu gusto dejándote con más ganas de aquella bebida, pronto te encontrabas ebria, aún mantenías algo de conciencia, pero tú estabas apunto de colapsar. Al querer ir al baño del lugar tropezaste con alguien.
-¡Lo siento!
Gritaste tratando de seguir tu camino sin embargo perdiste tu equilibrio y caíste, aquella persona te ayudo a qué volvieras a mantener la compostura.
-¿Estás bien? Parece que ya tomaste demasiado.
Sentías como te cargaban con gran facilidad, era él, era aquel chico con el que habías conectado tu mirada, y al recordarlo te invadió un sentimiento de vergüenza.
-Dejame aquí tirada, no importa - volviste a caer tapando te la cara por la pena que sentías.
Él chico solo se rió.
-Prefiero ayudarte, si te dejo aquí me sentiré culpable.
Entonces te ayudo a levantarte pasando una mano en su cuello y te llevo a unas escaleras cerca de ahí, ya que era una zona bastante lejos del estruendoso ruido y el montón de gente.
-Parece que es tu primera vez en una fiesta, no te preocupes, me pasó lo mismo.
En todo momento habías estado viendo hacia el suelo, hasta que después de un rato volteaste a verlo de frente, quedando cara a cara, viendo sus ojos, los cuales tenían un color ámbar precioso, al igual que su sonrisa, podría decirse que habías quedado flechada en ese mismo momento.
-Y bien, ¿Cuál es tu nombre?
-Jun...Junko Otsuka
Dijiste sin haber apartado la mirada del chico quién se incorporo, con un leve sonrojo por la cercanía que habían tenido antes,
Tu mente no daba para más y siendo sincera contigo misma, teníamos una ganas inmensas de besarlo, definitivamente no te ibas a quedar con esas ganas, así que te levantaste de la escalera donde te encontrabas sentada tratando de mantener el equilibrio, sin evitar tambalearte.
-!Wow! Cuidado!
Sin embargo a pesar de tus esfuerzos perdiste nuevamente el equilibrio, cayendo sobre él y posicionando te encima, quedando nuevamente a centímetros de sus labios, no ibas a desaprovechar esa oportunidad que mágicamente se dio, así que le plantaste un beso, no eras experta, pero al parecer el alcohol si hace magia y también hace experta a la gente en lo que sea.
El beso había dejado sorprendido al chico, pero a pesar de eso no evito aquel beso que le habías dado, dejándote seguir con lo tuyo hasta que después de un largo tiempo y que en algún momento llegó a ser apasionado, se separaron para tomar aire, dejándote sumamente satisfecha por lo ocurrido.
-Yo...
El chico estaba sin palabras y con un leve sonrojo, lo habías tomado por sorpresa, sin embargo en el fondo, le había gustado mucho. Tu, por tu parte estabas deseando más de aquel chico, antes de que pudieras hacer algo más tu vista se nublo y perdiste el conocimiento.
Fue hasta que los gritos de Hana te despertaron.
-¡Junko! ¡Junko! ¡Despierta!
-¿Que fue lo que...?
Estabas, en una cama, con una ropa totalmente distinta a la que llevabas hacia unas horas. Pensaste lo peor.
-¡Hana! ¿¡Que fue lo que pasó!?
-No se, estoy igual que tú, aparecí en la habitación de a lado, solo que yo sí tengo mi ropa.
Para a clarar, tú estabas con una blusa que te quedaba bastante grande, como si fuera una sudadera. Al parecer de un grupo de fútbol, solo que solo llevaba el número, no el nombre, era el número 8. Y en la parte inferior no tenías nada más que tu ropa interior, al parecer la falda había desaparecido. Estabas desesperada por recordar lo que había pasado, pero era inútil, eran las cinco de la madrugada y aún se escuchaba el estruendoso ruido de un inicio, Hana y tú bajaron lentamente las escaleras mientras te cubrías la parte de abajo con una sudadera que habían encontrado por ahí, todos en la parte de abajo estaban sumamente dormidos, ni el ruido los podía despertar, así que hicieron el menor ruido y salieron de aquella fiesta para volver rápidamente a la casa de Hana y aparentar dormir.
Alegremente cumplieron su cometido, cuando los padres de Hana se despertaron las vieron en la habitación durmiendo profundamente con unas buenas niñas sin saber que hacia unas horas estaban tomando como si fuera el fin del mundo, aunque dormías estabas totalmente preocupada por no recordar nada, aunque tú cansancio y la resaca no te dejaban en paz.
No fue hasta el Lunes que tú preocupación era tan grande que tuviste varios problemas para concentrarte en actividades con tu familia, que lo único que se te cruzaba por la mente era aquella camisa que tenias en tu habitación escondida de tus padres.
-Hana...¿que voy hacer?
-¿Sigues sin recordar nada?
-¿Y tú si?
-Algo...
El timbre del descanso había sonado, solo que ambas estaban en silencio observando atentamente todo lo demás pensando que así recuperarían sus recuerdos.
-Voy a la cafetería, ¿Quieres algo?
-Leche de fresa.
Saliste entonces de tu salón caminando hacia tu destino, tu cara estaba totalmente sería, preguntándote que era lo que había pasado en la fiesta, al bajar de las escaleras chocaste con alguien el cual hizo que te sacará de tus pensamientos, era un chico, algo alto, así que levantaste tu vista viendo un cabello inusual, pero que algún en tu interior se le hacía conocido, su cabello era de dos colores, negro y amarillo en la parte de abajo.
-¡Hey! ¿Estás bien?
-Si, lo siento.
Querías seguir tu camino, pero el chico entonces te detuvo.
-¡Eres tú! ¡Tu!
Estabas confundida, ese chico era absolutamente atractivo para ti, ridículamente hermoso, ¿Cómo es que te conocía?
-De la fiesta, ¿No me recuerdas?
Y fue entonces que un escalofrío te llegó, aquel chico te reconoció por qué estuviste en la fiesta con el, entonces eso significaba que había pasado algo entre los dos, no querías pensar mal, pero era inevitable.
-Yo...lo siento, no te conozco.
Asi que lo único que podías hacer era ignorarlo y hacer que no lo conocías para nada, aunque en realidad era así, si es que no recordabas nada.
-¡No! ¡Espera!

-Toma, es para ti.
Ese chico no paraba, le habías dicho que no lo conocías, pero el afirmaba totalmente que el a ti si, no podías alejarlo de ti, te desesperaba, pero entonces ahí estaba, con un dulce para ti, que al parecer había comprado en la cafetería, si era así contigo no podías simplemente ignorarlo.
-Gracias, supongo...
En las últimas clases ya no había aparecido para molestarte y hacerte la misma pregunta siempre ¿en serio no me recuerdas? esa pregunta te preocupaba, por que en serio que no lo recordabas, algo preocupante para ti.
No fue hasta la última clase que volvió aparecer.
-¿Podrías ayudarme a algo?
No podías hacer más que hacerlo, no parecía mala persona y si él te había reconocido tal vez podría decirte que es lo que había pasado y que es lo que habías hecho.
-A todo esto, aún no se tu nombre, ¿Cómo te llamas?
-Meguru Bachira.
-¡Oh!
Entonces y gracias por el nombre, recordaste que ese nombre era sonado por toda la escuela, era el monstruo de la cancha, siempre jugando solo y que nadie jugaba con él porque nunca podía hacer un buen equipo con los demás.
-¿Ya recordaste? - dijo con un tono de emoción.
-Lamentablemente no, pero me suena tu nombre, te conocen como el monstruo de la chanca, ¿No?
Él río antes de volver a hablar, era bastante risueño.
-Pues aquí en la escuela si, pero me preguntó por lo de la fiesta, así que ¿De verdad no lo recuerdas?
-Sobre eso...
Antes de decir una palabra más Bachira se acerco rápidamente hacia ti, te sorprendió su acción ya que gracias a eso ambos quedaron cerca, causando unos nervios en ti.
-¿Que estás...?
-Entonces si te beso, ¿recordarías?
Tus nervios aumentaron aún más, así que cerraste los ojos.
-Que linda, en ese momento no sentiste los mismos nervios.
¿Que era lo que decía? Acaso era él con quién habías estado en la fiesta, ¿era el causante de la desaparición de tu falda?
-¿Que fue lo que realmente paso?
Rápidamente Bachira dejo un pequeño beso en tu mejilla.
-Era mi primer beso Jun, ¿lo sabías? Aún asi, me lo robaste, que atrevida.
-¿¡Que hice que!?
Bachira nuevamente se rió.
-Cuentame bien que fue lo que pasó.
-Que seriedad, bueno, si realmente quieres saber, necesito mi camisa, tengo partido el día de mañana, ¿Si?
-Asi que si es tuya...
-Pareces asustada, realmente no paso nada, al menos no que tú no quisieras, pero si me robaste un beso, el primero para ser sincero.
-Yo...¿yo te bese?
-Si, no está mal que haga lo mismo, ¿O si?
Nuevamente y sin que pudieras hacer algo, Bachira te dejo un beso rápido en los labios.
-¿Que..?
-Ya estamos a mano, aunque aún me debes mi camisa.
-Aparte del beso, ¿Paso algo más?
-Mmmh, creo que no, ¡Ah! Si, ya recordé, te vomitaste en tu blusa y en tu falda.
Te quedaste completamente congelado por lo dicho, a su vez estaba llenado te un sentimiento de vergüenza.
-La verdad fue algo asqueroso y gracioso a la vez, no suelo llevar camisa de repuesto pero en esa ocasión solo iba de paso.
-¡Aghh! Que vergüenza...
-Tranquila, aún así me gustas.
-¿Que?
-La próxima vez, no tomes tanto, ¿Si? Aunque en ese momento quiero estar ahí contigo. Adiós Jun, tengo que entrenar, ¡nos vemos mañana!
Bachira entonces se fue corriendo saludándote desde lejos y le seguiste el saludo, suponías que ahora ya no importa Yuma, que ni siquiera viste en la fiesta, al menos no lo recordabas, pero siendo sincera para ti misma, no te desagrada para nada que Bachira gustara de ti, en ese momento ya no te desagradaba tanto las fiestas.

𝑂𝑛𝑒 𝑆ℎ𝑜𝑡𝑠 | 𝐵𝑙𝑢𝑒 𝐿𝑜𝑐𝑘 | ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora