12 CHICOS LOBOS - Capitulo 23

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Capitulo 23

Durmió el resto de la mañana. Le sorprendió bastante que los chicos se lo permitieran, dado a que no era algo usual en ella, pero no pareció importarles mucho.

Cuando despertó, ya era casi medio día. Se levantó un poco exaltada, y se dirigió a la cocina, con la esperanza de encontrar a todos los chicos merendando, por lo que fue una verdadera decepción ver solo a Demián y a Lucas sentados alrededor de la pequeña mesa.

- ¿Aún no meriendan?

- De hecho, ya terminamos, Baby Doll. – le contestó Lucas sonriendo.

- Oh... - dijo algo avergonzada.

- No te preocupes Baby Doll, - Demián se levantó – te traeré tu merienda, espera aquí.

Tras decir eso salió de la habitación, dejándola con Lucas. Erika avanzó hasta donde estaba el chico y se sentó junto a él. Lucas enderezó la espalda para sentarse más recto. Resultaba realmente adorable que después de tener más de un mes viviendo juntos, aún se pusiera nervioso cuando estaban solos. Era al único que le ocurría eso.

- Y... ¿Por qué has dormido tanto? – dijo Lucas de pronto cortando el silencio.

- Estaba muy cansada.

- Eso puedo imaginarlo, - rio – pero, ¿Por qué?

Erika confiaba en Lucas, realmente lo hacía. El chico era tranquilo y respetuoso, por lo que ella siempre se sentía bastante cómoda con él. Sin embargo, no encontraba muy apropiado contarle sobre lo que ella y Demián habían descubierto, por lo menos no aun. Y tampoco le encontraba mucho sentido hablarle acerca de su charla con Simón, sobre los celos enfermizos de Micaél.

- Anoche, tuve muchos problemas para dormir, así que me quede despierta. Supongo que el cansancio me golpeo de pronto hasta la mañana.

- ¿Qué hiciste mientras estabas despierta? – preguntó curioso.

- No mucho, - mintió – contar ovejas... y verlos dormir.

- ¿Nos viste dormir? – rio.

Aquello no era del todo una mentira. Ella sí los veía dormir, bastante seguido. Le gustaba hacerlo, resultaba increíblemente relajante. Todos lucían realmente en paz, como si nada en el mundo pudiera perturbar sus sueños. Se veían tan inofensivos, tan humanos.

- Sí, en ocasiones lo hago. ¿te molesta?

- No, no. No es eso, simplemente no me lo esperaba, ¿Cómo dormimos?

- Como angelitos. – sonrió Erika.

- Bueno saberlo. – rio – Tú también duermes como un ángel.

- ¿Me has visto dormir? – sonrió.

Sorprendentemente, no le desagradó en lo absoluto. De hecho, se sintió aliviada de que Lucas se sintiera en confianza para decirle aquello de una manera tan natural. El chico era bastante tímido.

- Lo hice esta mañana. No te preocupes, no acostumbro hacerlo todo el tiempo. – dijo en tono de disculpa.

- No hay problema. – contestó tranquila.

Él le devolvió la sonrisa, y se quedaron mirándose en silencio. Definitivamente nunca terminaría de sorprenderle como un montón de chicos tan distintos unos de otros pudieran vivir bajo el mismo techo.

Demián volvió de pronto, con un plato en una mano y una taza en la otra. Dejó la comida frente a Erika y se sentó a su lado, dejándola así, entre los dos chicos. Erika pensó que alguno de los dos se iría, incluso ambos, pero no, los dos chicos se quedaron sentados a cada lado junto a ella.

12 CHICOS LOBOS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora