Capítulo 18
Sus moretones comenzaban a desaparecer, al igual que sus raspones, y ya casi no se le notaba la herida del labio ni la de la ceja. Se estaba recuperando. Aun le daba un poco de miedo quedarse sola en ocasiones, y Chris seguía sin dejarla salir, pero se estaba recuperando, y eso era lo único que a los chicos les importaba.
Seguían buscando a Jim, pero el chico parecía haberse evaporado, lo cual solo lograba frustrarlos más. Dylan y sus chicos ayudaban a buscarlo a veces, pero Nick nunca era uno de ellos. Erika no lo había visto desde el día después de lo sucedido, cuando lo dejaron entrar en la madriguera. Él le dijo que iría a su casa por su reproductor de DVD portátil, pero no había regresado. No sabía nada de él desde entonces, y comenzaba a extrañarlo.
Sin embargo, Erika no estaba preocupada por él. Nick sabía perfectamente cómo cuidarse solo. Además estaba segura que si algo malo llegara a pasarle, alguien se lo diría, ¿verdad? No veía razón alguna para que alguien quisiera ocultarle ese tipo de información. Así que lo único que quedaba por hacer, era espera a que el testarudo chico la buscara de nuevo, como siempre había sido hasta entonces.
Erika se dirigió a una esquina cercana y se acurruco con Snowflake. ¿Cómo no pensar en Nick cuando tenía a ese revoltoso cachorro recordándoselo todo el tiempo?
El cachorro estaba creciendo cada día un poco más, y se estaba haciendo más fuerte también. Las pequeñas y casi invisibles heridas que Erika tenía en las manos lo demostraban, algo era seguro, al cachorro le gustaba morder.
Baco llego y se sentó junto a ella, mientras Erika arrojaba un muñeco para que el cachorro fuera por él y regresara para repetir la acción, una y otra vez.
- Hablo en serio, este perro tiene que contarme su secreto para tener toda tu atención todo el tiempo que él quiera. – dijo Baco con una sonrisa impecable.
- Su secreto es enternecerme hasta los huesos. – le respondió sin dejar de jugar.
- Jamás creí que tendría que competir con un perro por la atención de una chica. – confesó riendo – pero si puedo con los once animales que viven aquí, definitivamente puedo con este cachorro.
Erika solo rodó los ojos ante tanta arrogancia, pero ya estaba bastante acostumbrada así que se resignó a ignorarlo y a seguir arrojando el muñeco. En eso, Chris entró en la habitación.
- Dylan está aquí. – dijo dirigiéndose solo a Baco.
- ¿Vino solo?
- No, los demás también, vienen a ayudarnos con las rondas.
- ¿Vino Nick? – preguntó Erika con una oleada de esperanza.
- No. – contesto Chris cortante – Y ya te he dicho lo maleducado que es meterse en las pláticas de las personas mayores.
- Déjala ya. – intervino Baco divertido por el intento de Chris por parecer serio – Vayamos por los demás.
Ambos salieron de la habitación, pero no de la madriguera. Erika los vio alejarse por el pasillo hacia las demás habitaciones, seguramente para reunir a todos. Si sus cálculos eran correctos, tenía poco tiempo, pero suficiente.
Subió ágilmente por la escalera y salió al exterior, por primera vez en bastantes días. La sensación el sol nuevamente es su piel fue realmente reconfortante, y respirar el limpio aire del bosque aún más, pero tuvo que recordarse rápidamente que no tenía tiempo para melancolías innecesarias.
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12 CHICOS LOBOS ©
Hombres LoboErika acaba de terminar con su novio, es de noche, hace frío y esta sola. Como si eso no fuera suficiente, la están siguiendo. No quiere voltear porque tiene miedo, pero sabe que son mas de 1. Erika despierta en un bosque, tiene frío y esta asustada...