Yibo tenía días que estaba desconfiando del por que su familia se esmeraba tanto en su acompañamiento, digo no es que fuera mal agradecido pero esto se estaba poniendo muy extraño, Ying daba más de 10 vueltas a verlo, cuando iba al sanitario, incluso una ves intento meterse al baño con el, solo por qué a Yibo la hora del drenaje de sus intestinos, era como un ritual budista que de no hacerse como a él le gustaba, su caquita se negaba a salir de el, haaaa siii esa caquita era la reyna de ese cuerpo embarazado por lo que el intruso fue sacado del baño a empujones.
Justo esta mañana le parecio como que sus acompañantes estaban más extraños de lo normal por lo que era hora de poner a sus bebés no nacidos en la batalla por la supervivencia, haaaaa!!!! maaaaa!!! maaaaa!!!!! me dueeeelleeeee !!!! Grito de repente el preñado, todos los que estaban a su alrededor corrieron como pollos sin cabeza buscando la manera de socorrer al Wang qué se retorcia de dolor en una de las tumbonas del jardín.
Ying se estrelló con Hibiky quien alterada por ver a su bebé en ese viacrucis de dolor corrió hacia el interior para buscar a alguien que llamara a un médico, pero no vio que Ying traía una charola con botanas dulces para el preñado terminado los dos en el suelo y con tremendo chichón, en ese momento Sarent tenia su teléfono en la mano para marcar a su esposo pero al ver que su hijo y su consuegra habían colapsado, le dio el aparato al doncel, olvidando que tenían prohibido darle cualquier aparato que tuebiera señal de Internet, para evitar que el chico se enterara de lo que pasaba alla afuera.
Para cuando Sarent y los demás notaron que la supuesta incomodidad del embarazado, era una mentira, Yibo ya había revisado toda la información que había en las redes sociales, los chats de la familia y las noticias de que en este momento la empresa de su compañero, estaba siendo blanco de una protesta femenina de madres enardecidas, por la injusticia moral que Wei Zhan estaba cometiendo hacia su ex esposa.
Ni Hibiky, Sarent, ni Chanze pudieron detener al muy embarazado doncel, de salir como una tormenta enfurecida rumbo a la empresa de su pareja, queria poner a esas idiotas mujeres en contexto, para que supieran a que clase de víbora estaban defendiendo y Ying bueno el en ves de deternerlo, se ofrecio a acompañarlo para disfrutar del espectáculo, esto se pondria bueno.
Yibo tenia planeado usar su apellido con orgullo por primera ves, su estatus como doncel de alta cuna y como el hijo único de los millonarios y respetados Wang, odiaba hacer alarde de su poderío, pero esta zorra tenia que tener un escarmiento y por su voluminoso vientre qué si nadie se atrevia a hacerlo, el tendría que dárselo, Ying se comunicaba con algunos amigos de las revistas de chismes y espectáculos, para que llegarán casualmente al lugar donde se desataria el infierno, el daño social se debía comentar en todas las plataformas digitales, si no cortas la cabeza de tajo, puede que le retoñe otra a la salamandra, decía el doncel Wei riendo a carcajadas.
Frente al edificio de W&Z la cantidad de reporteros qué cubrían la manifestación de las madres molestas, aumentaba rápidamente, Yangzy festejaba el ver como más personas se unían a la causa y como la prensa se interesaba más en poner al mal hombre como una escoria humana, ella no quería llegar a tanto, pero ese hombre había cambiado, ahora hasta llego a parecerle atractivo, su manera de hablar, de plantarse y de resolver sus problemas, tan decidido y varonil, en estos últimos días había pensado que quizás no debió ser tan dura con el, podría darle una oportunidad para empezar de nuevo.
Tan sumida estaba en sus cabilaciones qué no noto cuando la multitud comenzó a susurrar, luego a alzar la voz y de repente todos los presentes se arremolineaban al rededor de alguien, alguien que estaba tratando de pasar entre ellos para llegar a la entrada de la empresa, pero quien podría ser esa persona para provocar tanta algarabía... pues nada más y nada menos que el único hijo de los señores Wang.
El heredero de la fortuna de una de las familias más ricas de china, para cereza del pastel había declarado que era el quien vivía con él joven Wei Zhan, desde que su ex mujer lo había desfalcado, traicionado y vendido a sus hijas, a las cuales hizo pasar por bastardas, solo para que el hombre al que ahora le reclamaba no la denunciara ante las autoridades, por sus infidelidades, abusos hacia las pobres nenas, el robo a sus empresas y la amenaza con desquitarse con las pequeñas si la denunciaba.
