—¿Qué es lo que tengo que hacer? —fue la pregunta de Blanca, una vez que volvió a darse la media vuelta, pero para regresar y salvar a esos hombres.
Entonces el padre Francisco sonrío, recuperó una vez más la fe en la humanidad y creyó en que podía haber un mejor futuro.
—Es hora de comenzar vuestro entrenamiento —fue la voz misteriosa que se escuchó dentro de la celda.
Dicho esto, desde el rincón más oscuro al fondo de la celda, apareció Nicolás Othau, moviendo una silla de ruedas, y mientras más siguió caminando, más se acercó y más lo alumbró la luz de la antorcha fuera de la celda, hasta que Blanca quedó paralizada del miedo al ver que encima de la silla de ruedas, estaba un cadáver calcinado ya sin forma humana y dentro de un hábito de monje.
—Vuestra primera lección será olvidar a los mártires que enseña la iglesia, pues no tendréis testimonio de sufrimiento más doloroso que el del calvario de Lucio Orselli, cuyo cadáver tenéis aquí encima de esta silla de ruedas —dijo Nicolás Othau.
—Vuestra madre sacrificó su vida para recuperar este cadáver de la boca del Diablo. Pronto entenderéis la razón —dijo el padre Francisco, y Blanca por su parte dedicó una mirada con recelo a Nicolás Othau.
—Lucio Orselli era un estudiante de teología, quien realizó una expedición como misionero al sudoeste de Asia en la que fueron destruidos los cimientos de su fe y todo lo que le habían enseñado durante toda su vida cristiana. Todo comenzó cuando estando en tierra árabe, escuchó sobre la leyenda de Aladino y su lámpara, a la que al frotar se materializaba un espíritu llamado "genio", el cual concedía cualquier deseo —fue el comienzo del relato de Nicolás Othau.
—¿De verdad eso es posible? —preguntó Blanca impresionada.
—Así es. En su viaje a Arabia, Lucio Orselli iba acompañado de un adinerado aventurero de aproximadamente 50 años a quien conocéis perfectamente: Orlando Bencivenni, vuestro esposo. Este hombre también se interesó mucho por la leyenda de esa lámpara con un genio que concedía deseos, y por esto ofreció a Lucio Orselli la oportunidad de conseguir una de estas lámparas. Orlando Bencivenni hizo entonces un pacto con un demonio de la religión cristiana, para obtener una lámpara con un espíritu árabe que concediera deseos —dijo Nicolás Othau, dejando estupefacta a la niña.
—¿Cómo puede ser posible que un demonio de la religión católica invocara a un espíritu de otra religión? —preguntó Blanca intrigada.
—Orlando Bencivenni hizo este pacto con un demonio que le consiguió una lámpara con un genio que concedía 2 deseos, sin embargo, este demonio pidió a cambio el sacrificio de Orlando Bencivenni para pagar con su propia vida el pacto, y Orlando Bencivenni escapó de la muerte pidiéndole al genio de la lámpara como deseo la inmortalidad —contó Nicolás Othau.
Al escuchar esto, Blanca quedó fascinada por las posibilidades de maniobrar tales poderes, ya que se le habían prometido.
—Tenéis que comprender esto perfectamente, Blanca. Lucio Orselli presenció la creación de la primera cadena de pacto inconclusa —explicó Nicolás Othau.
—¿Qué es una cadena de pacto?
—Una cadena de pacto es una secuencia, cómo en vuestro caso, desde que vuestro padre accedió a ofreceros como esposa a Bencivenni a cambio de que su demonio os salvara de morir, y ya que no fuisteis entregada como esposa a Bencivenni, la cadena de pacto había quedado inconclusa, y por eso vuestro padre no falleció, aunque intentara suicidarse. —explicó Nicolás Othau.
—Esto es el principio fundamental para poder manipular a los demonios, es decir, a través de las cadenas de pacto inconclusas —complementó el padre Francisco.
Tanto Nicolás Othau como el padre Francisco observaron cómo es que Blanca quedó en silencio boquiabierta, mirándolos fijamente, y por eso le dieron unos cuantos segundos para que asimilara las cosas.
—Cuando Orlando Bencivenni hizo un pacto con un demonio para conseguir esa lámpara, y al mismo tiempo, consiguió evitar el precio a pagar que era sacrificar su propia vida, en cuanto el genio de la lámpara le concedió la inmortalidad, Orlando Bencivenni se convirtió en el primer Maestro de Demonios de la historia, al crear la primera cadena de pacto inconclusa, logrando que un demonio hiciera su voluntad sin daño alguno a su persona —explicó Nicolás Othau.
Blanca no se atrevió a decir nada, y Nicolás Othau entendió perfectamente que tal historia la tenía atrapada e intrigada, para bien o para mal, creando un impacto en la joven mente de su pupila.
–¿Bencivenni es inmortal? —preguntó Blanca ante la idea.
—Estáis en lo correcto. Con respecto al joven Lucio Orselli, este no podía creer lo que presenció, y quedó impactado y al borde de un ataque de nervios por el enorme golpe a su fe cristiana que le supuso el ver a un demonio de la religión católica y a un espíritu de la religión musulmana frente a frente ante sus propios ojos, porque se suponía que según lo que le habían enseñado desde niño, solo su Dios católico y la Biblia tenían la verdad absoluta y nada predicado en otra religión era verdad —dijo Nicolás Othau.
—¿No acaso eran 2 los deseos que el genio iba a cumplir? ¿Qué pasó con el otro deseo? —preguntó Blanca.
—Lucio Orselli al comprender que ni la fe católica ni ninguna otra fe en el mundo eran capaces de explicar la verdad sobre la creación del hombre y del universo, pidió al genio que le explicara cuál era la verdad. El genio se negó, porque tal revelación es algo que sobrepasa a su poder, pero le dijo dónde encontrar la verdad, por lo que le dijo que buscara en el índice de libros prohibidos del Vaticano los manuscritos del filósofo griego Iorgos de Kálimnos, pues este filósofo dedujo la verdad de la creación del universo —dijo Nicolás Othau.
Una vez más, Blanca quedó en silencio, pues intentaba procesar toda esta información reveladora que acababa de llegar a su mente, y Nicolás Othau sabía que todavía tenía más cosas que contar.
—Gracias a las excelentes recomendaciones de sus mentores, Lucio Orselli pudo entrar a trabajar a la biblioteca de libros prohibidos del Vaticano, en donde le tomó meses de búsqueda, pero encontró los pergaminos de Iorgos de Kálimnos, y los robó para estudiarlos en su hogar en la más absoluta secrecía, pero cometió el error más estúpido de toda su vida: no darse cuenta de que alguien lo estaba vigilando. Esto es lo que lo llevó a su fin, y no puedo contar su calvario. Debéis verlo con vuestros propios ojos. Tocad el cadáver de Lucio Orselli si queréis que se revele el cruel destino del joven teólogo —dijo Nicolás Othau.
Sin pensarlo dos veces, Blanca se acercó al cadáver y lo tocó, y entonces comenzó el ritual, que le hizo quedar ciega ante los estímulos del mundo real, y comenzó el descenso hacia un trance que le mostraría lo que Nicolás Othau deseaba revelar al mundo.
—Observad la cruz que se materializó en vuestra mente. Dejad que los recuerdos de Lucio Orselli invadan vuestros pensamientos, pues lo que significa esta cruz, es la razón por la que los miembros de la iglesia aterrados tuvieron que lanzar el cadáver de Lucio Orselli hasta el fondo de la boca del Diablo —fue la voz lejana de Nicolás Othau que Blanca escuchó en medio de su trance, que poco a poco la iba a transportando hacia un tiempo lejano.
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Páctum
TerrorEs una noche de 1629, y Blanca Fabriati, niña de 11 años, se encuentra agonizando en su lecho de muerte por culpa de la gangrena. Si estuvieras en el lugar de sus padres, ¿harías un pacto demoniaco repugnante con tal de salvarla? ¿o preferirías deja...