Capítulo 22

6 1 4
                                    

Capítulo 22.

La promesa.

Cada milimetro de mi cuerpo estaba temblando por los nervios, intentaba pronunciar cada palabra que emitiría con un tono leve pero mi cerebro se pausaba cada vez que pretendía articular algún sonido, tenía que recomponerme antes de que el peliblanco volviese, algo me decía que tardaría un buen rato al ser consciente de la discusión delicada que estaban teniendo en ese preciso instante. Me sentí fatal al pensar que era muy probable que la asesina llegara a su limite por culpa de la discusión que tuvimos, aunque no lo vaya a admitir.

Poder ser tan imponente e ingeniosa eran unas de las cosas que me impresionaban más de su personalidad a pesar de tener bastantes años de diferencia, en realidad la edad no importa sino las situaciones en las que uno se puede llagar a encontrar y estaba segura que en sus catorce años de vida ella pasó por muchos más acontecimientos que yo. Al fin y al cabo cada persona tiene un limite que aparece tarde o temprano para avisar de sus debilidades.

Permanecí sentada sin estar atenta en nada más que en mi repiración, cuando me cansé de esperar me tumbé ya dominada por el cansancio.

(...)

—¿Perdiste a Wound?

—Eso no puede ser cierto—susurré sentandome en el sofá.

—Te haré otro pero no estoy seguro de que funcione tan bien como el original.

—¿Porque dices eso?—pregunté perpleja—¿a caso le echaste brujería o algo parecido?

—¿Que?, ¡no!—respondió a punto de carcajear en mi cara.

Rodée los ojos junto a una sonrisa ladeada para luego cerrar la vista e intentar rememorar donde podría haber metido el gato, encontré una sola solución : el día que nos raptaron, los cazadores. Cuando nos atacaron debieron haberlo cogido, ¿pero porqué razón querían algo así?, descarté la idea en aquel segundo.

Otro tema apareció en mi mente cuando volví a cruzar miradas con mi marido, la idea de la misión que me había propuesto de acomplir, aunque sea arriesgada, aunque pueda que no vuelva o que lo haga con una visión completamente diferente de todo lo que me rodea, o que me pillen y rapten y me aniquilen de una vez por todas, tenía que ir y averiguar por mi misma lo que me esperaba en ese lugar, estaba dispuesta a tomar otro risco muchísimo más mayor que los anteriores que había tomado, pero tenía la decisión clara al dos mil por ciento.

—Uzziel, hay algo que te tengo que contar.

—¿Algo importante?

Se estaba acercando.

Mi circulación cesó de funcionar.

Mis cuerdas bocales estaban a punto de romperse en pedazos diminutos.

—Bastante.

Sus movimientos se pausaron en camara lenta y su vista se clavó en la mia al instante.

—Cuentame.

Pude sentir una ligera preocupación en su mirada que me heló enseguida.

—Bueno—empecé intentando entrenar mi respiración para no acabar sin ella.

—Sabes que puedes contarme lo que sea, o decirme si hice algo mal, es cierto que fui un poco fuerte el otro día cuando ví el libro, estás en todo tu derecho de...

—Gracias por hacerme sentir querida en un mundo en el que me siento incomprendida—le corté intentando mostrarme como un cuadro impoluto al querer decirle lo que tenía la intención de hacer, no sin antes agradecerle.

—Soy consciente que es complicado encajar en un entorno en el que todo te parece desconocido y que al principio no te contaba demasiado sobre este lugar pero puedo mejorar y...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 21 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El juego del villanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora