Capítulo 3.
Mi nueva identidad.
-¿Cómo decías que te llamabas?
-Estela Worm.
Nunca pensé que tendría que cambiar de identidad para asegurar mi existencia, este sueño se estaba haciendo demasiado largo, que digo... se estaba volviendo una completa pesadilla, pensar que tendría que volver a dormir sobre ese colchón viejo del sótano hizo que sientiera un escalofrío recorriendo mi columna vertebral, el silenciador o también llamado Uzziel Bartolini iba a ser mi esposo en apenas tres días, según él eso permitirá no morir en el intento de volver a mi mundo.
También me confesó que Freya, su prima había encontrado información indicando que una tal Estela iría a por ellos.
Sabía que este universo estaba repleto de peleas continuas entre héroes y villanos pero por lo que entendí también existían cazadores, eran una minoría que tenía una ideología distinta a los demás, podían atacar ambos bandos y lo único que los distinguía del resto era un tatuaje en la muñeca.
Eso me aterra porque no estoy realmente segura de si la verdadera Estela iría a por mí o si mi alma había surgido en su cuerpo de la nada, también intenté razonar sobre como salir de ahí pero no se me ocurría nada, si iba a ver a los héroes me tomarían como una cazadora y podía asegurar la cárcel o mi deceso si lo juzgaban necesario.
Uno de mis más grandes sueños era conocer a mi personaje favorito Owen no a Uzziel, que estaba sentado a mi lado por cierto, con una sonrisa más falsa que alguna muestra de afecto que a podido mostarme para que los demás no se dieran cuenta que esto era una completa farsa.
-¿Me estás escuchando?
Ahí fue cuando me dí cuenta que "mi prometido" me estaba hablando, en ese momento observé lo que me rodeaba, una mesa llena de comida y toda la familia del silenciador mirandome con los ojos abiertos.
-Te manchaste la mano idiota-Fue lo que me susurró al oído.
Bajé la mirada hacía mi plato e hice una mueca de asco, eso me pasa por no concentrarme, volví a mirar al peliblanco con disgusto. Iba a insultarle de vuelta hasta que entendí la gravedad de la situación, me levanté para salir deprisa del lugar, al llegar al baño cerré con pestillo y agarré un poco de papel para limpiarme la salsa, mierda el maquillaje había desaparecido, esto no iba a salir bien.
-Uzzi...
Llamarlo así me repugnaba pero todo sea por el plan.
-No me siento bien, ¿podríamos irnos?
-Ya se te pasará, nos quedamos.
Que cabrón.
¿Cómo pude creer que me iba a hacer caso por estar delante de su familia?, en ese momento me sentí tonta, no pude ni acabar de comer, lo único que hice fue acomodarme en el sofá anclando ambas muñecas sobre la tela verdosa, cuando llegó el hermano del medio ( y chico que intenté salvar ) me puse nerviosa porque no estaba segura de si había aprobado realmente lo que pasaría de aquí unos días y eso me ponía un poco insegura, Stain me examinó intrigado, desde lo que pasó el primer día no volvimos a hablar y no pensaba hacerlo ahora, me limité en mirar lo que me rodeaba y empezar a pensar, por fuera aquella casa parecía una especie de buncker pero su interior me recordó bastante a la mía, pausé mis pensamientos al ver que una niña pequeña de ojos magentas y gran sonrisa comparada a su hermano se acercaba a mí.
-¿Necesitas algo Zara?
-Uzziel me mandó para darte esto
Cuando me entregó los guantes me emocioné tanto que le dediqué una sonrisa, que se borró al instante al cruzar miradas con la persona que me había concedido el "regalo".
Aunque en el fondo me alegré un poco no podía confiar en él , sé que es el tipo de persona que haría lo que sea para conseguir lo que quiere, el problema es que no sabía cual era su propósito, que me haya entregado su confianza sin rechistar tendrá un precio. Tenía que averiguar lo que tramaba y eso me ponía nerviosa, angustiada con la idea de hallar la razón de su acto y descubrir que no le podía conceder lo que deseaba, a pesar de todo no podía desaprovechar su "bondad" por querer ayudarme, aunque no estoy segura si es la palabra más adecuada para definir lo que haría.
Por otro lado, también aprendí que los Bartolini son la familia más temida y poderosa entre todos los villanos del Estado, comparado con los demás villanos y grupos ( héroes, cazadores y rechazados)entre ellos no se habían reportado tantos muertos lo que les proporcionaba la seguridad de tener menos suerte de ser cazados pero si que se permitían atacar.
Al principio estuve "encerrada", al conocer solo el sótano y el salón ( que no era nada comparado con todos los cuartos de la casa ) no podía moverme mucho y tenía estrictamente prohibido entrar en su habitación lo que me causa muchísima más curiosidad para ver lo que ocultaba.
Después de un rato si que quise irme de verdad al ver que el toque de queda estaba al caer.
Por lo que ví en las noticias a pesar de la hora limité acordada para salir como restricción con el fin de reducir las peleas muchísimo más violentas a altas horas de la noche, existía gente que se saltaba esas normas impuestas con el propósito de atacar a sus víctimas con la única alabanza de la luna admirando sus prácticas insanas sin importar las consecuencias, lo que causaba grandes tragedias y lo peor era que la mayoría de veces salían inmunes.
-Estaría bien si nos fuesemos ya, ¿no crées?-dije con un tono de voz significativo que entendió enseguida.
Ahí fue cuando la pequeña del lugar soltó tantos llantos que sentí que una motosierra me destruía los timpanos.
-No le caímos bien a Estela-afirmó ella sin dejar de llorar.
Mientras Stain calmaba a su hermana pequeña asegurandole que los villanos de verdad no lloraban me gané una mirada asesina de mi futuro marido ( lo que no daba mucho a desear ).
-Tenemos una habitación por si os queréis quedar-nos sugerió el hombre de la casa sin dejar de dedicarme su expresión amarga que no había cambiado en toda la noche.
No podía rechazar poder dormir en una cama cómoda pero dormir junto a Uzziel, ni en sueños.
Prefiero el colchón viejo del sótano.
Al final gané la guerra y nos dirigímos ambos a la moto sin decir gran cosa, cuando el peliblanco me entregó mi casco lo candé para luego hablar.
-Veo que no le caigo muy bien a tu padre.
-De todas maneras no le cae bien nadie, no te sientas especial Ela.
-¿Ahora te sientes con derecho a ponerme un apodo?, además sabes que no me llamo así y...
-Te llamaré como yo lo diga porque eres mi esposa.
-Aún no veo el anillo-repliqué
-Lo verás muy pronto en tu anular querida.
Ahora me pone apodos, que asco.
Seguidamente nos subimos al vehículo en dirección a su casa, o su palacio mejor dicho, este mundo era igual de capitalista que la Tierra, siempre los más poderosos tenían los privilegios, eso me desanimó un poco al recordar mi vida antes de llegar aquí.
Al aparcar delante y dirigirme hacia el sótano me serví un vaso de agua y respiré hondo pensando en todo lo que había hecho al aparecer aquí, cortarme y teñirme el pelo de rubio, esconder mi tatuaje con maquillaje todos los días, tener que ser lo más sigilosa posible solo con ir a una librería, esto estaba siendo una completa locura.
Algo me decía que ya no estaba segura que me iba a despertar.
Cuando me tumbé oí la puerta abrirse, no hice caso y cubrí todo mi cuerpo con la manta.
-Que tengas unos horribles sueños querida.
-Lo mismo digo capullo.
En ese momento nadie podía haberme avisado de lo que iba a pasar.
Solo sentí un gran peso sobre el colchón.
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El juego del villano
Novela JuvenilEstoy perdida, estancada y prisionera de mi cabeza. ¿Alguna vez os a pasado que queríais viajar a otro mundo escapando de vuestra realidad? Eso es lo que me pasó. ¿Que ocurriría si algún día te despiertas en un bosque misterioso y descubres que la u...