𖥔 ˑ ִ ֗ ˖❛ Dejemos que el universo nos mire, porque juntos no solo brillaremos... seremos constelaciones en el cielo infinito. ❜𖥔 ˑ ִ ֗ ˖
-aquaxfem!
-fanfic basado en el anime de oshi no ko.
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━━━ Gorou caminaba rápidamente por los pasillos del hospital, ajustándose las gafas. Los últimos días habían sido una mezcla de emoción y tensión, pero algo lo inquietaba más allá del inminente parto de Ai. No había visto a Hitomi en dos días, y aunque intentaba no darle demasiada importancia, no podía evitar sentir un leve malestar por su ausencia.
Hitomi siempre había sido puntual, comprometida y responsable. A veces incluso se adelantaba a él en la preparación de las consultas con Ai. Era difícil imaginar que ella, de todas las personas, faltara al trabajo sin previo aviso. Al principio, pensó que tal vez había tenido algún problema personal, pero cuando sus llamadas y mensajes comenzaron a acumularse sin respuesta, su inquietud se transformó en preocupación.
Ai había llegado a las 37 semanas de embarazo, y aunque su cuerpo estaba visiblemente agotado, su espíritu seguía siendo el de una estrella. La joven idol estaba a punto de dar a luz a los gemelos que mantenía en secreto del mundo exterior, y el parto estaba planeado para las 40 semanas.
Y era Hitomi quien más emocionada estaba.
—Gorou-sensei —la voz de Ai lo sacó de sus pensamientos mientras caminaban juntos hacia la sala de consultas.
Ai, con su avanzado embarazo, tenía esa mezcla de serenidad y energía que la caracterizaba, pero había una inquietud en sus ojos.
—¿Tienes noticias de Hitomi-san? —preguntó Ai, su tono intentando ser casual—. No la he visto en días... y solía estar siempre cerca.
Gorou se detuvo por un segundo. No tenía respuestas para Ai, y eso lo inquietaba más de lo que quisiera admitir.
—No... no la he visto tampoco —respondió, tratando de ocultar su preocupación—. Tal vez se tomó unos días libres.
Ai lo miró con una ligera inclinación de la cabeza, claramente notando el tono poco convincente de su respuesta. Antes de que pudiera insistir, se llevaron a cabo los preparativos para su próxima consulta y la conversación quedó suspendida en el aire, como una nube de incertidumbre.
Esa misma tarde, después de terminar sus rondas, Gorou decidió tomarse un momento para revisar su teléfono. Había enviado un par de mensajes más a Hitomi, pero no había recibido respuesta. Encendió el televisor en el cuarto de descanso del hospital para pasar el tiempo antes de irse a su hogar, esperando distraerse mientras revisaba informes, cuando algo en las noticias le llamó la atención.
La imagen de un coche calcinado y volteado apareció en la pantalla, rodeado de luces de emergencia. Gorou entrecerró los ojos, reconociendo el lugar; no estaba muy lejos de la ruta que conectaba el hospital con las zonas más alejadas de la ciudad.
—En otras noticias, el cuerpo de una joven fue encontrado esta madrugada en un vehículo siniestrado a las afueras de la ciudad —dijo la presentadora, con tono solemne—. La víctima ha sido identificada como Kato Hitomi, una enfermera de un hospital, ubicado en la zona rural de la prefectura de Miyazaki. Aunque su rostro quedó irreconocible debido a las lesiones de la explosión, fue identificada por su carnet de trabajo que se encontraba en el vehículo.
