George llegó a casa dando saltos de alegría, su corazón latía con fuerza y no podía contener su entusiasmo. John finalmente lo había aceptado en su banda, una oportunidad que había soñado desde hacía meses. Abrió la puerta de su casa y gritó con emoción:
—¡Mamá! ¡Mamá, me aceptaron en la banda!
El silencio que recibió a cambio le pareció extraño. George frunció el ceño y dejó su guitarra a un lado, buscando a su madre.
Primero revisó la cocina, esperando encontrarla preparando algo como solía hacer, pero no estaba allí. Después salió al jardín, pero tampoco había rastro de ella.
Un leve malestar comenzó a crecer en su interior. Decidió subir las escaleras, y mientras ascendía, escuchó el tenue sonido del agua corriendo desde el baño. Se acercó a la puerta cerrada y tocó suavemente.
—¿Mamá?—preguntó, un nudo formándose en su garganta al no obtener respuesta.
Con un ligero empujón, la puerta se abrió lentamente, revelando una escena que lo dejó paralizado. El agua de la bañera se mezclaba con un rojo profundo.
Su madre yacía dentro, con las muñecas cortadas, y el agua teñida por la sangre. El horror lo golpeó como una ola, dejándolo sin aliento, inmóvil, incapaz de comprender lo que sus ojos veían.
George, sin pensarlo dos veces, entró al baño de un salto, sus manos temblorosas intentando sacudir a su madre, con la esperanza de despertarla, de traerla de vuelta.
—¡Mamá! ¡Mamá, despierta!—gritaba, pero no había respuesta. Su cuerpo estaba frío, y los latidos de su corazón ya no estaban ahí.
Desesperado, la sacudía con más fuerza, pero cada segundo que pasaba hacía más evidente lo inevitable: ya se había ido. La bañera, que minutos antes solo contenía agua, ahora parecía una escena de pesadilla, con el líquido teñido de rojo intenso.
George empezó a llorar, sus gritos llenando la casa vacía. Su corazón latía desbocado, como si fuera a explotar dentro de su pecho.
Cayó de rodillas junto a la bañera, sus manos aferradas a su madre. La realidad lo golpeaba con fuerza.
Todo lo que deseaba era compartir con ella su gran noticia, pero en lugar de alegría, se encontraba atrapado en un dolor insoportable, incapaz de entender por qué había sucedido algo tan terrible.
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El día del funeral, el cielo estaba gris, como si reflejara el dolor que envolvía a George. La iglesia estaba llena de gente, pero a pesar de estar rodeado de familiares, amigos y vecinos, George se sentía completamente solo.
Las miradas llenas de lástima lo seguían a todas partes, y cada persona que se cruzaba con él parecía saber que había sido él quien había encontrado a su madre aquella trágica tarde.
Se sentaba en la primera fila, junto a su padre y su hermana mayor, Louise. Su padre, con el rostro endurecido por el dolor, no decía una palabra, mientras que Louise intentaba contener las lágrimas que amenazaban con derramarse en cualquier momento. A pesar de su presencia, George sentía un vacío inmenso.
El murmullo de las oraciones y los sollozos a su alrededor le parecían lejanos, como si todo sucediera en otro mundo, uno en el que él ya no podía encajar.
La gente se le acercaba de vez en cuando, ofreciéndole palabras de consuelo que a él le parecían huecas: "Lo siento mucho, George", "Tu madre fue una gran mujer".
Pero nada de lo que decían lograba atravesar el muro de dolor que lo rodeaba.
No podía dejar de revivir el momento en que abrió la puerta del baño y vio a su madre. Esa imagen lo perseguía, lo envolvía, y no podía encontrar refugio, ni en la multitud ni en los abrazos.
Se preguntaba si alguna vez volvería a sentir algo más que esa soledad aplastante.
Aunque físicamente estaba allí, con la mirada perdida en el ataúd de su madre, su mente se encontraba atrapada en una espiral de tristeza, impotencia y culpa.
No podía evitar pensar si había algo que podría haber hecho, algo que habría cambiado el destino de ese fatídico día. Pero esas preguntas solo lo hundían más.
El funeral continuaba, pero para George, el tiempo parecía haberse detenido en el instante en que la encontró.
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Lamb | Starrison.
Fanfic"Tu error fue creer en un monstruo como yo" George estaba obsesionado con Ringo, su mejor amigo de toda la vida y haría lo que fuera para tenerlo solo para el.