032- Hermanos o conocidos

42 8 12
                                    

—Seonghwa...

El joven en frente de él se levantó del suelo y ahora ya no tenía ese traje ridículo, se veía distinto a como se veía siempre, más imponente y un poco aterrador.

—Me sorprende que aún sigas vivo, tal vez no le di al lugar justo.

—¿De qué hablas?

—¿No lo sabías? Mi plan de asesinato salió muy mal porque tú te moviste ¡Pude darte en el maldito corazón! ¡Todo había salido tan perfecto y tú lo arruinaste todo!

Él siempre había estado ahí, desde el inicio, él había anunciado su propia muerte, había atentado contra San y había visto nacer a sus hijos, incluso se burló de él en su cara, no se había perdido de nada porque siempre estuvo ahí.

—¿Fuiste tú? ¿No estás muerto?

—¿Yo? ¿Muerto? Pff—llevó sus manos a su boca y río escandalosamente— mejor ve a ver a tu novio allá en los calabozos, él si debe estar muerto.

—Mingi no es mi novio.

—Incluso sabes de quién hablo, me sorprende que sepas usar la cabeza.

San dentro de él tenía un revoltijo de emociones, no sabía que sentir o pensar, por un mes entero había pensado que su hermano estaba muerto, él mismo lo había visto muerto en el piso y lo había enterrado junto a su madre, verlo era desconcertante y una gran desilusión, había pensado que había perdido todo y ahora se enteraba de que había sido engañado, ni siquiera entendía si debía sentirse bien o decepción, era una sensación horrible que no le gustaría volver a sentir, se sentía desilusionado de la persona que creía ya se había redimido.

—¡Yo lloré por tí! Maldita sea, lloré por tí y resulta que fue otra ilusión más, esto es increíble—rió frustrado poniendo sus manos en su cabeza— ¡Increíble!

—¿Y qué tiene?

—¡No sientes nada de empatia por las personas que te rodean! ¡Ese es el problema!

—¿Por qué debería sentir empatia por personas que nunca sintieron empatia por mí? Si me permites, tengo algo que hacer, no te metas en el medio si no quieres que te salen encima, lo digo por si quieres sobrevivir, no lo sé—se encogió de hombros y San lo siguió con la mirada, estaba yendo a Jiwon con mucha calma como si no estuviera por cometer un crimen.

—¡Detente!—gritó metiéndose en el medio de ambos, eso a Seonghwa no le gustó para nada, lo agarró por los brazos y lo apretó para que no se mueva, parecía un gusano retorciéndose para poder salir.

—¡Déjame en paz! ¡Suéltame!—era un trabajo muy forzado pero logró escabullirse clonandose.

San sabía que Seonghwa tenía un punto débil, no podía mantener a mucha gente hechizada a la vez y estaba haciendo mucho esfuerzo, más de lo que debería, si lo forzaba a usar magia se iba a debilitar y le iba a ser más fácil detenerlo sin tener que recurrir a dejarlo inconsciente, no quería recurrir a la fuerza bruta porque se veía muy delicado, era tan así que tenía miedo de matarlo si lo hacía. Al darse cuenta de la ilusión la soltó rápido y agarró al real de nuevo esta vez por los hombros, lo había aprisionado con uno de sus brazos y con el otro inmovilizó el brazo en el que tenía la daga, no iba a permitir que mate a alguien, no quería que cargue con eso.

—¡Basta! ¡Déjame en paz San!

—No voy a permitir que mates a alguien Seonghwa.

—Ya he matado las suficientes.

—No puedo dejarte cargar con ese peso.

—¡¿Y por qué me hiciste cargar con que yo había matado a mi madre cuando no fue así!? Yo no hice nada.

E.W.T.R.T.WDonde viven las historias. Descúbrelo ahora