Clarisse nunca pensó ser amable con ningún campista ,pero cuando vio la tristeza en los ojos del nuevo ,la hizo sentir conmovida y decidió no molestarlo , cuando ella se acercó para darle algo apoyo por lo de su madre no esperaba que el le diera una...
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Segundo pedido de mi querida; @SweetVelantine
Clarisse era conocida por ser muy intimidante y temida por todos; y a ella le encantaba. Pero con la llegada de Percy Jackson, un rubio de ojos azules hijo de Poseidón, muy dulce y tierno, todo cambió. Percy la atrapó de una manera que nadie más había logrado. Quería tener su atención solo para ella, que solo le sonriera a ella y riera con ella. Era muy celosa y le encantaba coquetear con él, disfrutando de ver sus mejillas enrojecer por los nervios.
Una tarde, mientras caminaban juntos por el campamento, Clarisse decidió poner a prueba su encanto.
—Oye, Percy —dijo, deteniéndose y mirándolo con una sonrisa traviesa—. ¿Sabes que te ves adorable cuando te sonrojas?
Percy, que ya estaba un poco nervioso, sintió cómo sus mejillas se calentaban aún más.
—¿De verdad? —respondió, rascándose la nuca—. No estoy acostumbrado a que me digan eso.
Clarisse se acercó un poco más, disfrutando de su reacción.
—Sí, de verdad. Y me encanta verte así —dijo, rozando suavemente su brazo con el dedo.
Percy tragó saliva, tratando de mantener la compostura.
—Bueno, tú también te ves... increíble —dijo, sintiendo que sus palabras no eran suficientes para describir lo que sentía.
Clarisse sonrió, satisfecha con su efecto sobre él.
—Gracias, Percy. Eres un encanto —dijo, dándole un beso rápido en la mejilla.
Percy se quedó paralizado por un momento, sintiendo el calor del beso de Clarisse en su piel. Ella se alejó un poco, observando su rección con una sonrisa.
......
Un día, Clarisse notó que Percy pasaba demasiado tiempo con Annabeth Chase, la hija de Atenea. Los celos comenzaron a arder en su interior. No podía soportar ver a Percy riendo y hablando con Annabeth, como si ella no existiera.
—Percy, ¿puedo hablar contigo un momento? —dijo Clarisse, tratando de mantener la calma mientras se acercaba a él.
Percy se giró, sorprendido por el tono serio de Clarisse.
—Claro, Clarisse. ¿Qué pasa?
Clarisse lo llevó a un lugar más apartado, lejos de las miradas curiosas de los demás campistas.
—He notado que pasas mucho tiempo con Annabeth últimamente —dijo, tratando de sonar casual, pero su voz traicionaba su frustración.
Percy frunció el ceño, sin entender del todo.
—Sí, hemos estado trabajando en algunas cosas juntos. ¿Por qué?
Clarisse cruzó los brazos, sintiendo cómo la ira y los celos se mezclaban en su interior.
