My Tough Girl 》 PERISSE 》 ♡

ONE SHOTS

----donde clarisse este locamente enamorada de percy jackson y donde percy es demasiado despistado para darse cuenta---

Era un día soleado en el Campamento Mestizo, y Clarisse La Rue estaba en su elemento. Con su lanza en mano, estaba entrenando en el campo de batalla, golpeando dummies con una ferocidad que solo ella podía lograr. Sin embargo, su mente no estaba en la práctica. En lugar de eso, estaba completamente absorta en un pensamiento: Percy Jackson.

Clarisse había estado enamorada de Percy desde hacía un tiempo. Era un sentimiento que la sorprendía y la frustraba a partes iguales. Ella, la hija de Ares, la guerrera temida por todos, estaba completamente atrapada en la mirada azul del hijo de Poseidón. Pero había un problema: Percy era tan despistado que no parecía notar su interés.

Mientras golpeaba un dummy, Clarisse lo vio a lo lejos, hablando con Annabeth. La forma en que sonreía, la manera en que su risa resonaba en el aire, hacía que su corazón se acelerara. "¿Por qué tiene que ser tan... perfecto?" pensó, sintiendo una punzada de celos. Pero, a pesar de eso, no podía evitarlo. Había algo en él que la atraía como un imán.

- ¡Clarisse! ¡Concentrate! - gritó su instructor, sacándola de sus pensamientos. Ella se sonrojó y volvió a enfocarse en su entrenamiento, pero su mente seguía divagando hacia Percy.

Más tarde, mientras se sentaba en la mesa de los hijos de Ares, Clarisse decidió que era hora de hacer algo al respecto. -Hoy es el día,-  se dijo a sí misma. -Voy a hablarle . - Pero cuando miró hacia la mesa de los hijos de Poseidón, vio a Percy y Annabeth compartiendo un plato de comida. La risa de Percy resonaba en sus oídos, y su determinación se desvaneció.

-¿Qué te pasa? -  le preguntó su amigo, Chris, notando su distracción. -¿Estás bien?

-Sí, estoy bien,- respondió Clarisse, aunque sabía que no era cierto. -Solo... tengo algo en mente.

-¿Es sobre Percy? -Chris sonrió, sabiendo que ella no podía ocultar sus sentimientos. -- Deberías decírselo.

- ¿Y qué? ¿Que estoy locamente enamorada de él? ¿Que cada vez que lo veo mi corazón se acelera y me siento como una tonta?-  Clarisse se cruzó de brazos, sintiendo cómo la frustración comenzaba a burbujear en su interior. - No, gracias. No quiero que me mire como si estuviera loca."

Chris se encogió de hombros, sin dejar de sonreír. -A veces, ser directa es la mejor manera de hacerlo. Pero entiendo que no es fácil. Solo recuerda que, si no lo intentas, nunca sabrás lo que podría pasar. 

Clarisse suspiró, mirando a Percy de nuevo. Él estaba ahora riendo con Annabeth, y su risa era contagiosa. -Es tan... él," murmuró, sintiendo una mezcla de celos  y frustración.- No sé cómo puede ser tan despistado. ¿Cómo no se da cuenta de que estoy aquí, justo frente a él?

-Quizás no lo ve porque está demasiado ocupado siendo el héroe de la historia,- dijo Chris, tratando de animarla. -Pero eso no significa que no puedas hacer algo al respecto. ¿Qué tal si lo invitas a entrenar contigo? Así tendrías la oportunidad de hablar con él.

Clarisse se quedó pensativa. -¿Entrenar con él? No es una mala idea...- Su mente comenzó a imaginar cómo sería tener a Percy a su lado, riendo y bromeando mientras entrenaban. - Pero, ¿y si se pone nervioso? O peor, ¿y si se distrae y termina hablando de algo que no tiene nada que ver?

--Eso es parte de su encanto,-- respondió Chris, riendo. -Además, si lo invitas, al menos sabrás que hiciste un intento. Y quién sabe, tal vez él también esté interesado en ti.

Con un nuevo sentido de determinación, Clarisse se levantó de la mesa. -Está bien, voy a hacerlo. No puedo seguir así, atormentándome por algo que podría ser increíble.

Se acercó a la mesa de los hijos de Poseidón, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza. -Percy,- llamó, tratando de sonar casual. Él levantó la vista, su expresión de sorpresa al verla acercarse. -¿Tienes un momento?

-¡Claro, Clarisse! ¿Qué pasa?-- respondió Percy, sonriendo de esa manera que hacía que su que su corazón se acelerara aún más. -¿Necesitas algo?

Clarisse se sintió un poco nerviosa, pero se obligó a mantener la compostura. .-Eh, sí... quería saber si te gustaría entrenar conmigo un rato. Ya sabes, para practicar y... cosas así.