Clarisse nunca pensó ser amable con ningún campista ,pero cuando vio la tristeza en los ojos del nuevo ,la hizo sentir conmovida y decidió no molestarlo , cuando ella se acercó para darle algo apoyo por lo de su madre no esperaba que el le diera una...
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Percy Jackson y Clarisse La Rue eran conocidos por sus intensas personalidades y su relación apasionada. Un día, una discusión estalló entre ellos, una de esas que parecía sacudir los cimientos de su relación. Las palabras se volvieron duras y, en un arrebato de frustración, ambos decidieron separarse.
Percy se alejó, sintiendo una mezcla de ira y tristeza. No podía creer que las cosas hubieran llegado a ese punto. Clarisse, por su parte, se sentía igual de devastada. Aunque su orgullo la mantenía firme, su corazón dolía por la distancia entre ellos.
Pasaron las horas, y Percy intentó seguir con su vida, pero la ausencia de Clarisse era palpable. Cada minuto se sentía como una eternidad. Finalmente, no pudo soportarlo más. Tomó su teléfono y empezó a escribirle mensajes, cada uno más desesperado que el anterior.
—Clarisse, por favor, hablemos. No puedo soportar esto —escribió, esperando una respuesta que nunca llegó.
Percy salió del campamento y se dirigió a su lugar especial, el claro del bosque donde solían pasar tiempo juntos. Allí, dejó que sus pensamientos volvieran a Clarisse, recordando cada momento que habían compartido.
—Clarisse, lo siento. Lo siento tanto. No puedo estar sin ti. Por favor, dame otra oportunidad —dijo en voz alta, como si ella pudiera escucharlo.
Mientras tanto, Clarisse estaba sentada en su cabaña, mirando fijamente el techo. Cada minuto que pasaba sin Percy se sentía como una eternidad. Finalmente, no pudo soportarlo más. Se levantó de un salto y salió en busca de él.
Se encontraron en el claro del bosque, un lugar que había sido testigo de muchos de sus momentos juntos. Al ver a Percy, Clarisse sintió una oleada de emociones. Sin decir una palabra, corrió hacia él y lo abrazó con fuerza.
—Lo siento, Percy —murmuró, con la voz quebrada—. No puedo estar sin ti.
Percy la abrazó con la misma intensidad, sintiendo cómo su corazón se aliviaba al tenerla de nuevo en sus brazos.
—Yo también lo siento, Clarisse. No quiero estar lejos de ti nunca más. Por favor, no me dejes.
Se miraron a los ojos, y en ese momento, todas las palabras sobraban. Percy inclinó la cabeza y la besó con pasión, un beso que sellaba su reconciliación. Clarisse respondió con la misma intensidad, dejando que todas sus emociones fluyeran a través de ese beso.
Cuando finalmente se separaron, Percy no pudo evitar rogar un poco más.
—Clarisse, dime que no me dejarás. No sé qué haría sin ti.
Clarisse sonrió, acariciando su mejilla.
—No te dejaré, Percy. Siempre estaré contigo.
Ambos sabían que, aunque las discusiones podrían surgir de nuevo, su amor era lo suficientemente fuerte .
