008.

657 97 5
                                    

A veces esta bien no estar bien.

O esa era la frase que siempre repetía el psicólogo en todas las citas con aquel rubio.

Había insistido en que ya no era necesario asistir a las terapias pero su madre le rogaba que no dejara de ir ya que temía por que su salud mental volviera a decaer.

Ya llevaba un mes en Italia.

Un mes.

Y aunque lo intentará no podía evitar sacar a aquel peli-negro de su mente.

Tal vez lo amaría para toda la vida.

Tal vez jamás lo superaría.

Y es que lo que más le dolía era el hecho de que nunca hubo un algo, ni un casi ni un nada.

Faltaba una semana para ingresar a la universidad, y estaba nervioso, claro que lo estaba, había estado durante ese mes practicando el italiano y gracias a su gran capacidad de aprendizaje pudo llegar a un nivel medio de conocimiento del idioma en tan poco tiempo.

De vez en cuando Hoseok, Yoon Gi o Jin escribían para preguntar por todo, desde lo que comía hasta lo que veía, le preguntaban por cosas tan triviales como la hora en la que se levantaba, la hora en la que comía o también le contaban como estaba todo en Corea.

— No tienes porque obligarte a olvidar Jimin — hablo Louis el psicólogo, pero Jimin solo se quedaba mirando a la nada al igual que en todas las terapias, así que suspiro y volvió a hablar — esta bien si no quieres hablar, pero se que me escuchas, mira Jimin, a veces nos ocurren cosas las cuales sabemos que no merecemos, pero a veces también son necesarias, la vida no está hecha a base de solo cosas buenas, las malas experiencias son necesarias.

— Era... — callo por un momento — era necesario sufrir por una persona al punto de querer morir ante su rechazo? — soltó aun con su mirada en un punto fijo a diferencia de que ahora sus ojos estaban cristalinos.

Louis miro a Jimin no con ojos de lastima, lo vio con ojos de amor y no un amor romántico, lo vio con un amor fraternal y es que desde que Jimin llego a Italia el a sido su psicólogo personal y aunque no cruza muchas palabras con el más bajo solo con ver sus ojos puede notar su dolor y constante sufrimiento, quería ayudarlo y lo estaba intentando pero por más que le hablaba, por más que le explicaba, por más que le dedicará tiempo el no se habría con el.

— Jimin lo seres humanos somos por naturaleza seres sociables, siempre vamos a necesitar de un segundo y no me refiero que no puedas ir de compras tu solo, me refiero a esa persona que necesitas para llenar algún vacío emocional — Jimin en ese momento poso sus ojos en Louis, por primera vez parecía prestar atención — pero hay veces en las que como seres humanos tambien debemos aprender a no depender de un segundo — Jimin se acomodo en su asiento.

— Específica —  pidió el rubio.

— Asimilalo a una película de cine, el cine y el amor muchas veces van de la mano ¿no?, siempre vamos a encontrar la típica historia con ese gran final feliz donde según nos dicen que fueron felices para siempre, pero no todas las historias se caracterizan por terminar como esperamos y ahí es cuando entra tu papel, el más importante de todos, el protagonismo, pero no busques a otro protagonista, no busques un segundo, destaca tu solo, se el dueño de tu propia historia, no dejes que cualquiera venga a cambiar tu guión.

— Te refieres a que ahora yo soy el protagonista, ahora yo he tomado el control

— Si Jimin, este es tu desarrollo de personaje, ahora tu eres quien coloca los límites, tu eres quien manda en tu propia historia tu decides si ponerle fin, o un nuevo y mejor comienzo.

______________________________________

Por más que se quisiera evitar los murmullos de los estudiantes no se hicieron esperar y se escuchaban por todo el campus.

Un nuevo estudiante había ingresado pero no cualquier estudiante, un extranjero algo que en esa universidad no era muy común ya que al ser mayormente de los grandes de Italia por lo general los extranjeros asistian a universidades comunes por así decirlo.

Los chismes aquí volaban.

Y claro que el hecho de que un extranjero ingresara nuevo no iba a pasar desapercibido.

Algunos estudiantes estaban sentados en las bancas, otros en el césped otros simplemente comiendo u otro hablando con sus amigos.

Un hermoso auto deportivo blanco ingreso directo al estacionamiento siendo observado y alagado por la mayoría, algunos se acercaron al lugar y otros miraban de reojo a lo lejos.

Un cabellera rosa se asomo por la puerta del auto dejando ver a un hermoso chico de tez blanca, rostro casi que tallado por el mismísimo Zeus, un cuerpo de infarto y para rematar una voz encantadora.

Y claro que ya nosotros sabemos quien era.

Park Jimin.

Tal vez aquel consejo si le había servido.

Tal vez había decidido ser el protagonista de su propia historia.

Tal vez no allá sanado por completo, pero de algo estaba seguro, iba a joder a todo el que intentará hacerle daño nuevamente.

Jamás se volvería a rebajar por nadie.

Y lo mejor.

No iba a descansar hasta que el culpable de todo su sufrimiento le pagará con el doble de lágrimas, el doble de dolor, hasta que le suplicaba por su perdón.

Se iba a arrepentir.

Se iba a humillar y claro que Jimin lo iba a disfrutar.

Se las iba a cobrar todas, lo haría nada, arruinaría su sola existencia, lo haría odiarse.

El karma iba a abogar por todo su dolor e iba a encerrar a ese maldito pijo de mierda.

JEON JUNGKOOK.

Maldición 🩸 ; Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora