Papá, cásate con mamá.

Capítulo 30. "La bruja y el Vampiro, la primera batalla. Segundo rounds".

Haul.

Jet privado del Grupo Osman Global, en el cielo de Los Ángeles, California, Principios de Noviembre 2024.

-" Señor Sezer tengo un mensaje que me ha enviado el Presidente Osman, para que lo tenga en cuenta, y no genere problemas."- ese fue el primer mensaje que me llegó de Burak antes de sentarme en mi asiento de Jet.

La verdad es mientras embarcaba me había distraído mucho con mi charla con los niños, en especial con mi ahijado, fue muy divertida y estimulante, me di cuenta de que Mark había heredado mucho de su padre, como por ejemplo la falta de sentido del humor, ese niño, como su padre, era totalmente literales y directos, como un puñal que se te clava en la yugular, pero gracias a Ala, había heredado también cosas de su madre, como esa sonrisa, y que le gustara escuchar, la mula que tiene por padre rara vez escucha algo, que no quiera oir.

Una vez sentado miré a mi alrededor para ver la reacción de nuestros invitados a lo que el hombre de hielo, les había preparado, mientras pasaba mi vista por todos, recordé la sonrisa que me sorprendió ver, antes de embarcar, en los labios de esa mujer furiosa, y tendiente a la ira de la señorita Morgan Wellington.

La verdad es que esa sonrisa me cogió de sorpresa, no sabía que esa preciosa mujer pudiera sonreír así, de esa forma tan atractiva y seductora, sobre todo porque eso no lo provocaba para conseguir algo de un hombre, las mujeres que he conocido saben sonreír de ciertas maneras, cuando quieren algo de ti, y ella simplemente lo hizo, porque sí.

Pronto localicé a bruja gitana de ojos oliva, miraba a su alrededor como si estuviera fuera de lugar, como si fuera una pobre niña perdida, justo en ese momento se le acerco la señora Osman, y le dijo algo al oído, y esta le respondió, pero no puede oírlo porque Haul se sentó a mi lado interrumpiendo mi concentración.

-" ¿Leyó lo que le envié?"- me dijo, pero yo ni lo miraba trataba de oir lo que la bruja gitana decía. Le hice un gesto para que se callará, pero el continuaba-" Creo que debería mandarle el mensaje completo del Presidente, para que no se meta en problemas"- dijo Burak cogiendo su móvil, yo puse los ojos en blanco, justo en ese momento me llegó una idea, perfecta, que apelaba a lo único que Burak no podía evitar, ser eficaz.

-" Mi ahijado, el heredero, y tu futuro jefe, me ha preguntado por los proyectos que se estaba haciendo en la fundación, pero no supe que decirle ¿Por qué no te sientas con él y se lo explicas?"- le dije mirándole con la más brillante de mis sonrisas.

-" ¿El heredero? Claro enseguida, pero antes, recuerde leer lo que le acabo de enviar, ese es su ultimátum."- me dijo él eficiente asistente antes de levantarse y sentarse junto a mi ahijado.

Miré mi móvil, para leer el mensaje, ya sabía de qué se trataba de otra amenaza del Hombre de Hielo, ese idiota sólo coge le móvil para ordenar o amenazar.

-"Burak, encárgate de que el vuelo sea muy cómodo para mi esposa, no permito que sea molestada, y si el idiota de Haul, no se comporta, lánzalo del avión, sin paracaídas a ser posible, nada puede perturbar la tranquilidad de mi familia, nada, ¿lo has entendido?"- ponía el mensaje y yo no puede evitar reírme, este mensaje era muy típico de mi mejor amigo, no era la primera vez que me amenazaba de muerte, de hecho, hace tiempo que dejé de contarlas, si no fuera porque nunca ha conseguido alejarme de él, a pesar de sus intentos, hubiera estado sólo toda su vida, con la única compañía de su ordenador.

Justo en el momento que sonreía, la mirada de Morgan y la mía coincidieron, y no puede evitar ampliar mi sonrisa, mientras bebía una taza de mi café. Vi como su cara se contraía y la ira despertaba en su mirada, el color oliva de sus ojos se oscureció de manera increíble.

A partir de ese momento surgieron una serie de sucesos que desemboco en la peor metedura de patas de mi vida, algo que no debía de sorprenderte, suelo cometer muchos errores sobre todo en el trato con las mujeres atractivas, pero esta vez, creo que fue la peor.

Todos se inició cuando una de las responsables del personal de cabina, sentó, casi a la fuerza, y para mi ilusión, además de mi misión para con la Bruja gitana, si podía hablar con ella y aclarar la situación, esto sólo podía beneficiaros a todo, en vez de entorpecer el plan de que mi desastroso amigo tuviera al fin con su familia.

Pero nada salió como quería, incluso conseguí que esa iracunda mujer me llamara Rata Vampírica, cosa que ni sé lo que demonios es. Y aunque intenté hacerla entrar en razón, lo único que conseguí fue que esa maldita bruja me ignorara, algo que, por otra parte, no estoy acostumbrado que nadie me haga, ni siquiera lo ha podido hacer Azize, siempre consigo hacerme notar de alguna manera, pero ¿Qué el que me ignore sea una mujer? Eso sí que es nuevo, y casi insoportable para mí.

Así que cuando la gitana se puso los cascos en los oídos, con la música a todo volumen, mientras despegábamos, cerrando los ojos para ni siquiera mirarme, fue como si me hubiera puesto un pañuelo rojo delante de la cara, no lo pude evitar, tuve que entrar a envestir.

Espere unos minutos a que el avión se estabilizara a la altura adecuada, y sin tan siquiera pensármelo, le cogí uno de sus cascos, para que ella me mirara.

-" ¿Se puede saber que estás haciendo, maldito gilipollas?"- me dijo la bruja gitana con un fuerte acento neoyorkino, mientras me miraba con esos ojos verdes aceituna que ahora eran casi negros de la ira.

-" Morgana, relájate que te pierdes."- oí que decía desde el otro lado del pasillo la futura señora Osman.

-" Tía Morgan no te enfades, que esto es peligroso, estamos en un avión."- oí decir a el práctico Mark, en el asiento detrás de mí. Lo común que detecte entre la madre y el hijo fue la preocupación de su voz.

Pero al parecer la Bruja Gitana no los escuchaba, sus ojos inquietantes, estaban centrados en los míos.

-" Te doy una milésima de segundo para que me des mis cascos, y busques donde sentarte, me da igual donde, como si te sientas en las alas del avión, pero eso sí, lejos de mí."- me dijo apuntándome con su dedo en el pecho.

-" Esto es malo, mamá, tía ha sacado el dedo."- dijo mi ahijado.

-" ¡Oh, Dios! ¿Cuándo se apaga esta maldita luz de cinturones?"- decía la señora Osman.

Yo no entendía tanto revuelo, frente a mí una de las mujeres más atractivas que hacía tiempo que no veía, me miraba con evidente ira, algo que por otro lado era normal, muchas mujeres se han enfadado conmigo, en fin, ¿Qué podía pasar? ¿Gritar? ¿Insultarme? Estoy inmunizado a todo eso, soy amigo del rey del sarcasmo, y la escasa o nula sutileza, nada puede vencerlo a él, en eso.

Pero al parecer en eso también me equivoqué, en realidad ni lo vi venir, cuando me di cuenta mi mentón fue golpeado por un pequeño puño de acero, que me hizo voltear la cara, para a continuación, mientras yo me reponía del primer golpe, sentí como una bruja fuera de sí, saltaba como una gata, sobre mí para intentar seguir golpeándome. Solo la intervención de la señora Osman, y de un Burak, que apareció a petición de la mujer de Azize, conseguí que esa loca gitana no me matara.

El resultado de la pelea fue, un ojo morado, un labio partido, y un moretón en el mentón, ¡Ah, sí! se me olvida, el maldito de Burak grabo casi todo el asalto de esa bruja, hasta que la señora Osman le pidió ayuda, y lógicamente se lo envío a Azize, que después de horas de reírse, como nunca lo había hecho, se lo envió a muchos de nuestros amigos varones, según él, a cambio de no lanzarme del avión, cosa que me lo había advertido, haciendo que, durante años, las bromas no parecen.

De todas formas, ya me da igual cual es la razón por la que esa maldita bruja me odia, ahora el sentimiento es reciproco, la guerra contra la maldita Morgan Wellington estaba ya más que declarada, la próxima batalla la iba a ganar yo.