Capítulo 27. "La ignorada advertencia del instinto" Parte 1.

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Clara.

Aeropuerto Internacional de los Ángeles LAX, Los Ángeles, California, Principios de Noviembre 2024.

¿Alguna vez os ha pasado que, desde un principio, por razones totalmente ilógicas, e inexplicables, sentís que no debéis hacer algo, que todo eso es un error? Pues justo eso es lo que llevo yo sintiendo desde que firmé ese contrato, para mudarme un año a Turquía.

Pero ahora cuando tres enormes coches de lujo nos han recogido en mi casa, donde tres mujeres, con tres niños, más de una decena de bultos entre maletas y bolsos, para llevarnos a el Aeropuerto del LAX, donde nos esperaba personal de Osman, para llevarnos en un vuelo privado de casi dieciocho horas, a Estambul, todo organizado y programado por el asistente del presidente del grupo Osman, Burak Sari, la sensación de tragedia inminente, se acrecentó.

Cuando llegamos al aeropuerto, ni siquiera entramos por la puerta de acceso de llegadas normal, sino que los coches se desviaron a la zona de entradas de los VIP, que es privada, en el LAX.

Una vez allí, los propios choferes de la limusina, y el personal de seguridad del aeropuerto que nos esperan en la puerta de acceso, nos indicó que asediáramos la zona de check in de los VIP, mientras ellos se encargaban de las maletas.

Nada más entrar por el acceso de lujo para personas VIP, nos encontramos que los dos hombres de confianza del señor Osman, estaban esperándonos, nada más y nada menos que, su asistente Burak Sari, y el ejecutivo encargado del proyecto de la reforma de la villa para la que fuimos contratadas del grupo Osman, Haul Sezer.

-" ¿Qué hace ese gilipollas aquí?"- oí como decía Morgan con un murmullo furioso, a mi lado, haciendo que yo la mirara para advertirle, con mi mirada, de que se controlara.

Pero la bruja oscura no estaba, en este momento, para ser muy receptiva, al contrario, por el brillo de su mirada, Morgana quería sangre. Años de conocerla como si fuera mi hermana, me habían responsabilizado de identificar, y controlar, cuando la Bruja Escarlata, iba a hacer acto de presencia, con la misión de arrasar todo a su paso, y no dejar títere con cabeza. Normalmente, el primer síntoma de que la bruja oscura estaba acumulado poder, era ese brillo peligroso en los ojos.

-" Morgana, te doy un aviso, relájate, pero ya, nos queda dieciocho horas de vuelo, sin contar con las escalas, con tres niños, y una mujer de mediana edad que odia volar. A diez mil pies de altura, no es el momento para que montes en tu ya conocida furia roja, o te controlas, o te prometo que me doy la vuelta, y me vuelvo a casa con tu sobrino, y sus amigos, y te hago responsable de explicarle porque su tía se cargado su mayor ilusión."- le dije usando el ataque directo, con Morgan las tibiezas no valían.

Mis palabras hicieron que ella me mirara unos segundos, mientras apretaba la mandíbula, en cierta forma casi desee que Morgana entrara en Dekon 1, antes de la explosión nuclear, así tenía la excusa perfecta, para salirme de esto, pero no tuve tanta suerte.

-" Odio cuando usas a mi sobrino como arma, Mamá Clara, como se nota que eres madre, adoras el sentimiento de culpabilidad. Está bien me controlo, pero intenta que la rata vampírica no se acerque, o no prometo nada."- dijo Morgan adelantándose, para facturar, eludiendo al solicito de Haul, que se acercaba para ayudarle a coger el enorme bolso que ella llevaba colgado al hombro, donde tenía nuestros ordenadores portátiles.

-" Buenos días, señor Sezer, espero que no hayamos llegado muy tarde."- le dije, para desviar la atención del ejecutivo, y evitar que este se acercara a la bruja oscura, o está, muy probablemente, los haría desaparecer, entre terribles sufrimientos.

-" Señorita Goodman, espero que el viaje en coche hasta aquí, desde Pasadena, fuera todo de su agrado."- dijo Haul, mirándome, mientras en ocasiones su mirada se dirigía al mostrador de facturación de la zona VIP, donde Morgan, junto al señor Sari, iniciaban los tramites de Check in, y facturación de todos nosotros.

-" Todo lo bien que puede ir viajar con una mujer de mediana edad, tres niños excitados por este viaje, a sus edades, de entre cinco y siete años, y dos nerviosas y algo estresadas mujeres, sabemos que viajar es siempre incomodo ..."- comencé a decirle para darle conversación, y entretenerlo lo suficiente, para evitar que tratara de acercarse a Morgan, antes de que ella pudiera huir de él, o el viaje sería cancelado estrepitosamente, por el intento de asesinato de uno de los pasajeros, pero fui interrumpida por tres niños emocionados que se acercaron a nosotros.

-" Mamá ¿podemos ver la cabina del piloto, cuando subamos al avión?"- dijo de pronto Mark.

-" No lo sé hijo, no creo que sea conveniente que..."- de nuevo fui interrumpida, pero esta vez fue por el señor Sezer.

-" Claro que puedes, si lo pienso bien, creo que nadie más que tú, en ese avión, tiene la autoridad de ver la cabina del Jet del Grupo Osman. Salvo que no seas Mark Goodman. ¿Lo eres?"-dijo de pronto Haul, dejando de mirar a Morgan, para agacharse a la altura de mi hijo, y sonriéndolo con una sonrisa brillante, para ponerle una mano en la cabeza, despeinándole un poco su pelo, mientras le hablaba.

Yo esperé que Mark se apartara, no le gustaba que los desconocidos le tocasen, o lo abrazasen, ni se acercarán a él, tan directamente, pero para mí sorpresa, eso no pasó, al contrario, Mark medio sonrió, y mirando a sus amigos preguntó:

-" ¿Y mis amigos puede verlo también?"- preguntó aún emocionado.

-" Claro señor Goodman, como le he dicho no hay nada que se le prohíba en ese avión, excepto por tu mamá, que es la que te manada, como ya sabes, creo que todos los demás estamos a su servicio."- sinceramente, aunque las palabras del señor Sezer me parecieron extrañas, más extraño aún más la forma en que miraba a mi hijo, con cariño fraternal, como si Mark fuera alguien muy importante para él.

No me dio tiempo para analizar nada, justo en ese momento, una más que asustada Caroline se acercó a mí, la pobre odiaba los viajes en avión, y eso que había viajado desde Nueva Zelanda para cuidar a Mark, para que yo pudiera estudiar o trabajar, siguiéndome por toda Europa, y de costa a costa de Estado Unidos, nunca le estaré lo suficientemente agradecida.

-" Niña Clara, creo que me he dejé las pastillas para los nervios, no sé si ..."- la interrumpí.

-" Las tengo yo, nana, tranquila."- Le dije cogiéndola de las manos, y mirándola con cariñó, para tranquilizarla. 

Papá, cásate con mamá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora