|Capítulo 8: "Tifón"

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Veinticinco días antes de la sentencia.

Evans Spanos

Las cadenas resuenan con cada paso que doy, su sonido me hace apretar mis manos en puños que me producen una mueca ante el incómodo dolor que me produce. Decido ignorar la sensación mientras los pasillos de la prisión se sienten diferentes que hace días atrás, no sé si es la idea de que estuve en un sótano entre ratas, una puta cubeta para orinar y con un jodido plato de comida una vez al día, o si mi cabeza está creando cierta paranoia a causa del dolor.

Que maldita humillación...

Cada día parece que Hades se alimenta de mi miseria en su infierno, se divierte de ver como he reemplazado la maldad, por la sensación de querer salir corriendo de entre los malditos muros de casi cinco metros que me rodean. Siento que me vuelvo loco de paranoia esperando que alguien se atreva a darme una jodida señal de lo que va a suceder dentro de algunos días en donde a primera hora de la mañana, el gabinete de Grecia junto con las organizaciones judiciales intentará acabar con mi vida.

Hay cosas que no he resuelto, cosas de las cuales no tengo el suficiente conocimiento, hay preguntas que carecen de una respuesta que no dejan en paz, necesito información sobre ese encapuchado, quiero saber qué hace, quien es, porque lo hace, y estando aquí me siento un completo inútil sin obtener esa información. Percibo que me empujan en el pasillo y me tambaleo quejándome de dolor, notando como me obligan a caminar más rápido por el pasillo en dirección hacia los baños. Dos vienen detrás de mí, y dos al frente, puedo sentir que sus miradas transmiten un auténtico miedo hacia mi presencia.

Vuelven a empujarme con su bate en mis costillas, y me quejo porque esta vez ha sido fuerte, y me hace gruñir furioso, el dolor es intenso, y difícil de evadir sin ningún medicamento en mi sangre. Le doy una mala cara a guardia que camina a mi izquierda e intento pensar en que pronto las cosas van a cambiar, o al menos eso creo.

Sin embargo, los días se vuelven infinitos en este lugar, y el estrés de no saber lo que está pasando allá afuera me está abrumando, porque si algo sale mal, yo podría morir sin tan solo verla por última vez.

— Ve a la pared — ordena el guardia señalando el interior de aquel amplio baño de paredes grises.

Me cuesta respirar a cada segundo en el que me desplazo por el suelo de cerámica quebrada, y el sonido vuelve inquietarme a cada instante, no puedo respirar bien, me cuesta mucho, pero de igual forma le hago caso a sus peticiones, no por gusto, sino porque no tengo las fuerzas suficientes para poder matarlos a cada uno de ellos.

— El rey tomara su lindo baño de espumas... — se burla uno de los guardias, y noto como me arroja un balde de agua con jabón.

Aguanto la respiración ante el fuerte olor del detergente combinado con cloro que empeora a cada segundo mi situación desfavorable. Escucho el fuerte sonido de la manguera, seguido el sonido del agua impactando mi cuerpo, un agua fría que me hace respirar agitado mientras la fuerza impacta contra mí. Malditos, por eso el mundo no confía en la jodida justicia, porque solo son personas mentirosas que usan la corrupción para intimidar a los demás. Me juzgan, pero no ven el reflejo de sus almas podridas. Otro balde de agua con jabón cae sobre mi cuerpo y muevo las cadenas inquieto por el olor a cloro se vuelve insoportable para mi respiración. No conforme me habían dejado durmiendo con las ratas en aquel sótano, sino que ahora me tratan como un maldito animal de jaula.

Los mataré a todos... Los mataré a todos... Los mataré a todo...

Siento el agua golpear los hematomas que han dejado sobre mi piel y dentro de todo esta tortura el estómago me ruge por algo de comida, pues, lo último que comí fueron las sobras que la jodida cafetería me habían mandado para mi hace un día. El sonido del agua cesa, y escucho los pasos en el interior del lugar, y abro los ojos parpadeando con rapidez notando como los cuatro se encuentran hablando en la salida del lugar y noto como dos de ellos se retiran del lugar, dejándome con solo dos guardias; un moreno alto, y un hombre de barba negra que solo se miran entre sí, intentando decirse algo entre ellos que yo no sea capaz de poder escuchar, y una vez que terminan se acercan hacia mí para intentar tomarme del brazo.

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⏰ Última actualización: Nov 17, 2024 ⏰

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