Tiempo congelado:

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Los mellizos ya habían cumplido seis meses. Su energía era palpable mientras se movían por toda la casa, gateando con un entusiasmo que llenaba el ambiente de vida. Desde hacía dos meses, la vida de Valentina había dado un giro abrupto: justo cuando ella y Riley volvieron a encontrarse físicamente, la emergencia sanitaria se desató con una intensidad devastadora. El caos en los hospitales absorbió a Valentina por completo, dejándola atrapada en largas jornadas sin descanso, hasta cuatro semanas seguidas sin salir del hospital. Apenas podía regresar a casa por unas horas, tiempo que intentaba dedicar a sus hermanos, aunque el agotamiento la seguía como una sombra constante.

Ahora, después de tanto esfuerzo, finalmente le habían concedido tres semanas de descanso. Sentada en el patio delantero de la nueva casa, Valentina se recostó en la silla mientras observaba el entorno. El sol de la tarde se filtraba entre las ramas de los árboles, proyectando sombras danzantes en el césped. Sin embargo, la paz que el momento sugería no se reflejaba en su interior; un peso constante en su pecho le dificultaba respirar. Se sentía abrumada por la culpa. Riley había asumido el papel de cuidadora principal durante esos meses, mudándose a la primera planta junto a Jordan y pagando una renta simbólica que apenas cubría los gastos. La relación entre ambas se había transformado, pero no en la dirección que Valentina había esperado.

Desde su posición, observó a Valentin, quien gateaba por el césped con dirección a Riley. El pequeño parecía magnetizado por ella, sus ojos brillaban de emoción cada vez que la veía. Riley estaba junto a la parrilla, asando carne con una naturalidad que hacía que todo pareciera en orden. El olor a comida llenaba el aire, pero lejos de reconfortarla, a Valentina le recordaba lo mucho que se había perdido en los últimos meses. Nova, por su parte, reía feliz en brazos de Mei, que la levantaba con suavidad, llenando el ambiente con el sonido alegre de sus risas.

Mientras los observaba, Valentina sintió un nudo apretarse en su pecho. Era una sensación de desconexión. "¿Es que acaso ya se han acostumbrado a una vida sin mí?", pensó, sintiéndose como una extraña. Miró a Riley, quien sonreía despreocupada mientras vigilaba la parrilla. Se notaba en su elemento, con el cabello recogido en una coleta desordenada y un brillo de satisfacción en los ojos. Riley parecía haberse adaptado perfectamente a su nuevo papel en el hogar, mientras Valentina seguía luchando por encontrar su lugar.

El cambio en Jordan también era evidente. Había dejado atrás su característico cabello largo, optando por un corte al ras que le daba un aire severo y diferente. Ahora jugaba con Grace y Mateo en el jardín, su risa resonando mientras jugaban a los vaqueros. Todo en su entorno parecía haber seguido adelante sin ella, y Valentina se sintió fuera de lugar, como si el mundo hubiera cambiado a sus espaldas mientras ella se ahogaba en el caos del hospital.

Incluso los mellizos parecían haber forjado un nuevo vínculo con Riley y Mei. Valentina deseaba que alguno de ellos gateara hacia ella en ese momento, necesitándola, buscándola. Pero sus pequeños pasos siempre se dirigían hacia Riley, y eso la llenaba de un dolor sordo, una sensación de ser la opción olvidada. Observó a Nova, quien reía con entusiasmo mientras Mei la alzaba en el aire, y sintió una punzada de celos y tristeza. No era la primera opción de nadie, ni siquiera de sus propios hermanos.

Con un esfuerzo, se levantó de la silla y caminó hacia la parrilla donde Riley volteaba las carnes con soltura. --¿Necesitas ayuda?--preguntó, intentando que su voz sonara casual, aunque no podía ocultar del todo la tensión en su tono.

Riley levantó la vista y le sonrió. ---No te preocupes, Val. Tú deberías descansar. Has trabajado demasiado estos meses.-- Esa frase, aunque dicha con buena intención, hizo que el sentimiento de culpa se intensificara en Valentina. En teoría, tenía que descansar, pero en el fondo solo quería sentirse necesaria otra vez. Sin embargo, en ese momento se sintió más como una intrusa en su propia vida que como parte de la familia. Los vínculos que antes la unían a Riley y a sus hermanos parecían haberse debilitado, y ahora, con el peso del pasado y las heridas del presente. 

Fragmentos del alma (RileyxVal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora