Across The Universe-The Beatles

7.

Paul dormía en el sillón, yo en la que debía ser su cama.
Los demás estaban profundamente dormidos cuando me desperté en mitad de la noche.

Me dirigí hacia la ventana, me senté en una silla enfrente de esta, mientras estaba envuelta en una manta, ya que el frío de la madrugada de Londres no era muy agradable.

-¿Qué haces despierta?- dijo entredormido.

-Perdón, ¿te desperté?- lo miré entrecerrando mis ojos.

-No, no podía dormir...

-¿Quieres una silla?- ofrecí quitándome la manta que me abrigaba.

-Yo la traigo, gracias- frotó sus ojos y acercó una silla hacia la mía.

-Toma, cúbrete- estire la manta para que pudiera taparnos a ambos. Nos quedamos en silencio observando la ciudad.

-De alguna manera, siento una conexión diferente contigo- siguió con su vista hacia delante. -Digo, apenas nos conocimos hace días. ¿Es estúpido?

-Nunca creí mucho en el tiempo que supuestamente se necesita para sentir algo diferente por alguien, no es estúpido- sonreí. La vista que teníamos de la ciudad hacia de ese momento uno mucho más especial. -Es raro porque siempre vi videos tuyos, entrevistas...te conozco, Paul. Tal vez por eso sentimos la conexión.

-Es tan extraño que me hayas visto de viejo, y ahora estés aquí con mi yo joven..-esta vez giró su cabeza para verme. -Me da un poco de miedo- jugó con su cabello.

-¿Crees que me quedaré mucho tiempo aquí?

-No lo sé, Linda- bajó su mirada. -Me caes bien, ojalá hubieses nacido en esta época.

-¿Lo dices en serio o el alcohol que estuviste tomando en el minibar te hace decir cosas cursis?- reí, esta vez yo lo miré. Su cabello despeinado era de lo más bonito.

-Lo digo en serio- me reprochó Paul. -A ver, el alcohol si me hace decir cosas cursis, pero- se puso algo nervioso. -¿De qué te ríes?- levantó su mirada. Hicimos contacto visual por varios segundos, que se sintieron una eternidad. Me gustaba ver sus ojos iluminados por la luz de la luna.

-Tu cabello- sonreí.

-¿Qué tiene mi cabello ahora?- rió desviando su mirada.

-Me gusta como te queda así, más que cuando está aplastado.

-Pensé que aplastado estaba bien- sonrió preocupado por su estética.

-Ahora que soy tu estilista, debo serte sincera, ¿no?- me tapé mejor con la manta.

-Mi estilista...- miró mis labios, mientras mordía suavemente los suyos. Apenas me di cuenta del gesto, casi que me convierto en un tomate, menos mal que era de noche, y casi que no se veía nada.

-Así es, debo cuidar tu imagen...- dije rompiendo el silencio. Él estaba cada vez más cerca.

-¿Qué hacen despiertos a esta hora?- una voz que reconocimos enseguida inundó la habitación.

-Hablábamos de la vida- Paul se alejó de mí, volviendo a mirar por la ventana.
-¿Tú qué haces a esta hora interrumpiendo conversaciones, Ringo?

-Tenia sed- bostezó sirviéndose un vaso de agua.

-Voy a intentar dormir, Lin- era la primera vez que me decía así, me sentí especial. Se levantó de la silla mientras iba corriendo la manta despacio para no destaparme a mí.
-No te quedes dormida allí lo único- señaló la silla.

-En un rato vuelvo a la cama, sí- me acomodé mejor en la silla, lo saludé y se marchó.

-Quedan muy bien juntos- me comentó Ringo, quien seguía con su vaso de agua, apoyado en la puerta que daba comienzo a las habitaciones con sus respectivas camas.