Across The Universe-The Beatles

13.

-¡Linda!- gritó Paul desde la puerta. -¡Debemos irnos!

-¡¡Ya voy!!- grité desde la habitación. Eran las 7:00pm y como ya habíamos acordado, íbamos a pasar la noche buena y navidad en la casa de la tía de John.

-¿Cómo tardas tanto en arreglarte?- rió. -Podías ir con pijama y seguirías estando hermosa- seguía gritando.

-No voy a ir de pijama- caminé hasta la puerta para que me vea. Llevaba puesto un vestido largo, color blanco, con algunas flores pequeñas en la cintura. Debajo, unos tacones, no muy altos, de color negro.

-Oh- dijo en voz baja.

-¿Me veo ridicula?- dije con timidez. -Le hubiese preguntado a Cynthia que se pondrá ella- dije agarrando mi cartera.

-Estás perfecta- posó su mano en mi cintura. -En serio.

-Estás perfecto- le robé un beso.

-Solo me puse perfume- alzó sus hombros, a lo que yo solo reí.
Agarramos las cosas que debíamos llevar y nos dirigimos hacia la casa de Mimi, ubicada en 251 Menlove Avenue, Woolton.
El aire estaba frío, pero no incómodo. Las luces navideñas iluminaban las calles de Liverpool, y a medida que nos acercábamos, podía escuchar desde lejos los sonidos de la música provenientes de la casa.

-

-¡Feliz navidad!- dijo John con un entusiasmo exagerado al abrir la puerta.

-Pero todavía es 24- habló Paul, negando con la cabeza mientras sonreía.

-Es para entrar en el espíritu navideño, Paulie. No seas tan aguafiestas- respondió John, rodando los ojos. Me saludó con un abrazo efusivo, invitándonos a entrar en la cálida casa.

-Pasen, Mimi está terminando de cocinar el pavo- Nos guió hacia la sala, que estaba decorada con un árbol de Navidad adornado con esferas doradas y luces titilantes.

-Genial, hace mucho que no veo a Mimi- comentó Paul, mientras dejábamos nuestros abrigos en un perchero.

-¿Comeremos un pavo?- dijo Julian apareciendo de detrás de Lennon.

-Sí, Jules, uno muy grande, espero que no salga volando cuando intentemos comerlo- la cara del niño cambió por completo.

-John, los pavos que se comen no pueden volar- lo miró Paul mientras reía.

-Ah- se quedó pensando. -Ya lo sabía, era una broma, hijo- despeinó al pequeño, el cual inmediatamente frunció su ceño.

-De tantas cosas que le dices, un día ya no querrá comer nada, amor- Apareció Cynthia rodando los ojos.

-¡Linda!- gritó Julian, mientras corría hacia mí.

-¡Hola, pequeño!- lo recibí con los brazos abiertos.

-Wow, le caíste muy bien, generalmente es algo tímido- dijo John sorprendido. Yo sonreí orgullosa.

-Le gustó mucho ese cuento que contaste la otra vez- murmuró Paul a mi lado, dándome una mirada cómplice. -Ya no es a mi a quien saluda primero- rodó los ojos.

-No saludé, perdón- sonrió Cynthia. -Hola, Paul- le dió un corto abrazo, y lo mismo hizo conmigo una vez que Julian me soltó.