Across The Universe-The Beatles

14.

-¿John pudo terminar el guión?- reí, ya que Paul rodó los ojos apenas escuchó "John" y "guión" en la misma línea.

-Sorprendentemente sí...- tomó un poco de su café, elevando sus cejas.

El teléfono comenzó a sonar.
-¿Atiendo?- Paul asintió y me levanté de la silla.

-¡Hola, George!- atendí. Paul se puso de pie rápidamente. -Si, ya te paso- le extendí el teléfono.

-Hola hermano- lo saludó. -¿Ya hay que ir? Brian había dicho que empezábamos la semana que viene- dijo mordiendo su labio inferior, escuchando atentamente la respuesta de George. -Está bien, espera que anoto la dirección- Paul tomó un papel y una lapicera de un mueble cercano y anotó lo que el otro le decía. -Bien, ahora nos vemos, saluda a Pattie de mi parte- colgó. -Al parecer las grabaciones empiezan hoy- dijo algo cansado.

-¡Que emoción!- dije entusiasmada, a lo que Paul se rió un poco, dejando de lado todo su cansancio. -Lávate la cara.

-No me mandes- hizo una mueca. -Tal vez si debería hacerlo- se miró en el reflejo de la ventana que daba hacia su patio trasero. Su risa no tardó en aparecer.

-Igualmente, estás muy lindo hoy.

-¿Solo hoy?- levantó una ceja, acercándose a mí.

-Siempre- dejé un beso en su mejilla derecha.

-Lo mismo digo de ti, bonita- sonreí por sus palabras. -¿Vas a llevar tu cámara hoy?- me preguntó mientras caminaba hacia su cuarto para vestirse con ropa más adecuada.

-Claro, necesitamos tener recuerdos del primer día de grabación, ¿verdad?- saqué la cámara de su estuche.

Paul y yo la habíamos pasado tan bien en Navidad, que quisimos volver a repetir el festejo para Año Nuevo. Pero esta vez, con George, Ringo y sus parejas acompañándonos desde un principio. Éramos como una numerosa familia; me hacían sentir como en casa.
El primero de enero, Paul me regaló una Rolleiflex 2.8F. Tal como había dicho que haría.
Aún no sabía cómo utilizarla del todo, pero lo intentaba. Cynthia sabía mucho de fotografía, por lo que siempre me daba algún que otro consejo.

-Te ves tan bien como fotógrafa- soltó de la nada.

-¿Cuando dejarás que te haga una sesión de fotos?- le dije casi a modo de súplica.

-Ni siquiera te dejaría terminar con la sesión- dijo con doble sentido. Sentí como mis mejillas comenzaron a arder.

Paul y yo habíamos estado insinuándonos más de lo normal, cosa que John, cada que lo veíamos, remarcaba todo el tiempo. Su plan había tenido tanto éxito, que la prensa inventaba todos los días una nueva fecha en la que nos casaríamos.
Más allá de todo, nunca pasábamos la barrera, eran solo besos, aunque últimamente algunos más largos que los anteriores.

-Sabes que no debes interrumpir el trabajo de alguien- dije guardando mi cámara. Escuché su risa.

-Lo sé más que nadie, no te preocupes- salió de la habitación ya listo. Llevaba puesto unos pantalones color jean, y una camiseta negra con un suéter del mismo color. -¿Voy así?- dijo mirando su atuendo.

-Sí, supongo que allá te darán lo que debes usar- se acercó a mí.

-Espero que Jane se comporte- dijo tomándome de las manos. Había olvidado completamente que ella claramente estaría ahí.