Capítulo 24: Culpas ajenas...

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—Pues... Vine a... —nunca lo había sentido tan serio y eso me limitaba, no sabía cómo entablar una conversación con él, más aún cuando Mayte estaba allí.
—May, por favor... Dejame a solas con Serena —pidió Darién y agradeci que lo hiciera. Mayte cerró la puerta al salir —. Ahora sí dime, ¿Qué haces aquí?
—Pues pensé en que Rocky necesitaba de nosotros y yo...—jugue con mi pie y  sentía como las palabras se me trababan—, quiero decir que podríamos salir a caminar por el parque, tu... Yo... Y Rocky

El se rio, pero su risa era una mezcla de dolor e ironía. ¿Que dije mal? No lo entendía.

—Rocky sobrevivío dos semanas con solo uno de los dos... No veo necesario hacerlo ahora —sus palabras me dolieron —, no tengo tiempo de salir ahora.
—Pero si tienes tiempo para estar con Mayte, encerrado en el que era nuestro departamento— le reclame.
—Es mi departamento, puedo invitar a quien quiera... Así como tu invitas a Dereck... O a Seiya —reclamo y al fin entendí su actitud.
—Andrew te vino con el cuento, ¿Verdad? —levante mis manos en señal de exasperación —. Por lo menos podrías escuchar porque él estaba conmigo.
—Ya lo sé... Porque es tu amigo y no puedo interferir —el se levantó del sofá y se acercó a la puerta —. Serena... Por favor, hoy no quiero discutir.
—Yo no vine a discutir, solo quiero platicar sobre lo de ayer... Yo no quise...
—¿Lastimarme? ¿Tratarme de ese modo? ¿Preferir a tus amiguitos? —quise replicar pero las lágrimas amenazaban por salir y no quería llorar al frente de él —. Y todavía hoy vienes con la absurda excusa de que Rocky necesita de los dos.
—No es absurdo...
—No, no lo es.... Pero y yo, ¿que? —me dio la espalda antes de abrir la puerta—. Solo viniste a limpiar tu conciencia, pero no por mi... Lo he pensando y tienes razón, esto está mal...
—Pero podemos.... —queria decir comenzar de nuevo, como amigos y así seguir... Quería que entienda lo que realmente quería con este espacio, pero al parecer él no estaba dispuesto a escucharme.
—Vete Serena —era la primera vez que me corria de su casa, ni siquiera cuando terminó conmigo por las visiones del Rey Endymion uso esa palabra, fui yo en esa ocasión quien se fue —. Esta vez yo necesito un tiempo... Mi propio espacio....

El había abierto la puerta y yo, no hice nada... Salí de aquel departamento que había guardado nuestros mejores y también peores momentos... Mis lágrimas comenzaron a caer sin parar y me detuve al ver a Mayte con un aire de suficiencia.

—¿Ya te vas? —no respondí —. Ya se iba enfriar el delivery que acabo de pedir. Estaba preocupada por si te quedabas, no estaba segura de que te guste o que alcance para ti. ¿Paso algo? Estás llorando... —se hizo la afligida.
—Deja de fingir que te importo —le grite.
—No estoy fingiendo, lo que te digo es verdad... Incluso sin querer escuche una parte de su discusión — no podía creer que sea tan descarada —. Y sabes, debes saber que Darién y yo solo somos amigos... No hay nada romántico entre los dos. Sin embargo... —me dijo cuando me vio dar un paso para alejarme —...yo nunca perdería una oportunidad por estar con la persona que me gusta... Así que ponte las pilas, porque guerra avisada, no mata gente o en este caso, no acaba relaciones...

Me fui de allí más molesta que dolida, Mayte tenía esa capacidad de enfurecerme. Sin embargo, al llegar a la soledad de mi departamento, el dolor de las palabras de Darién regresó a mi, con fuerza.

"Darién no me quería con él".

"Darién quería su espacio, pero no sabía que tipo de espacio".

"El nunca hubiera preferido a alguien que no sea yo... Pero hoy, prefirió a Mayte".

Me la pase el resto del domingo deprimida, apenas comi algo de pizza porque no tenía hambre.

"¿Que estoy haciendo? ¿Que estamos haciendo?"

El día lunes llegue con tremendas ojeras, vi el rol, no le tocaba a Darién en la mañana. Una parte de mi lo agradeció, la otra quería ver desesperadamente ver a Darien y saber que sus palabras solo fueron un arrebato de dolor y que hoy sería diferente.

Cuando vi a Mayte cubrir los turnos de Darién que el tocaba en la tarde, me sorprendí y no sabía cómo interpretar ello. Eso me entristeció más... Tanto que Ariana, lo noto.

—¿Extrañas al doctor Chiba? —no respondí —. Sabes, el sábado durante su guardia hubo un incidente que lo afecto demasiado. Tanto que el doctor Nakasaki me dijo que hoy Mayte se haría cargo, que no podía exigirle al doctor venir a un turno aquí cuando su mente estaría en el hospital.
—¿Que pasó? —pregunté preocupada.  Ella miró a todo lado como si se tratara de un secreto que no debía contar.
—Resulta que el doctor Chiba, el sábado por la noche se dirigía de su casa al hospital. No saben bien cómo, pero todo indica que él venía distraído. El doctor Chiba siempre es bien responsable y cuidadoso, por eso se nos hace raro. Supongo que debe tener algún problema personal para que le suceda eso —trague saliva al escuchar ello—, entonces choco un auto y se armo todo un problema. El doctor quiso arreglar las cosas, pero el conductor no era de los que ceden y eso le hizo llegar tarde a la guardia.
—¡Oh por Dios! —quería salir disparada de allí, ahora entendía porque el se molesto, el debió suponer que lo visitaba por su accidente y yo... Me sentía tan impotente.
—Gracias a Dios no se hizo daño, más que algunas contusiones. El problemas fue que él no estaba en la emergencia cuando llego un niño en estatus epiléptico. Dice que el personal de emergencia hizo todo lo posible por estabilizarme, pero era refractario. Era cuando más lo necesitaban y pues... El niño está en UCI con mal pronóstico neurológico y el doctor Chiba se culpa de todo. Sabes, son cosas que pasan, no es su culpa el accidente, eso puede pasar... Pero según escuche, es su primer paciente que está al borde de la muerte, con muy mal pronóstico. Los padres quisieron abrir un proceso administrativo en el hospital contra él, pero el doctor Nakasaki presentó las pruebas del accidente y que Mayte estaba de turno y resolvió hasta donde su poder resolutivo le permitía y explicó que los estatus refractarios en su mayoría iban con mala evolución. Pero ya sabes...
—Tengo que irme... —le dije acelerada a Ariana.
—Pero aún falta una hora para la salida.
—Por favor Ariana, cubreme, yo te pagaré el favor... Te lo ruego.

Ariana suspiro y acepto, me dejo salir una hora antes. Sabía que tenía que estar para Darién, pero no sabía si el me quería cerca... Me sentía tan tonta... Demasiado mal... Sentía que era mi culpa, pero sabía que no se ganaba nada con la culpa. Así que solo se me ocurrió una idea, la única con la que podía darle mi apoyo sin invadir su espacio, ese que está vez el me había pedido. Cuando termine de escribir, llamé a Ariana y le tuve que contar sobre mi relación con Darién. No le pedí ayuda a mis amigas, porque me sentía avergonzada... Lo que menos quería ahora era que me den un sermon, suficiente tenia con la culpa que sentía en mi alma. Ariana me contó que ya lo sospechaba, que ella había trabajado junto con Darién cuando apenas era médico pasante y sólo cuando recibía mensajes de su novia tenía esa sonrisa que ponía cuando me veía.

Cuando recibí la última foto en la cual Darién aparecía con una sonrisa con mi última carta... Pude sentir algo de paz.

Me acosté temprano, solo quería que se acaba el día y esperaba que mañana si pudiera hablar directamente con Darién... No me había escrito, ni un gracias, ni nada, aunque me hubiera encantado, no lo culpaba.

A las 8 de la noche alguien toco el timbre de mi casa, prendí las luces que ya estaban apagadas, al abrir la puerta, y allí estaba Darién... Todo desalineado, nunca antes lo había visto así. Nos miramos por unos minutos y de un momento al otro me abrazo y se echo a llorar, antes de cerrar la puerta pude divisar a Dereck, había olvidado por segunda vez lo de las prácticas de Defensa personal. Me disculpe con la mirada y cerré la puerta, ahora solo importaba Darien... Nadie más que el.

❤️🌹❤️

Hola. Espero que les guste el capitulo de hoy.

Agradezco su apoyo

Perfecta ImperfeccionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora