Capítulo 16: Una ayuda nunca está de más... ¿Verdad?

18 2 0
                                    

Le había mentido, le había mentido en que no tenía guardia y en otras cosas más... Pero la situación me obligaba a hacerlo y solo esperaba que  cuando ella se entere, me entienda.

Todos los hombres tenemos una debilidad, en mi caso, mi debilidad se llama Serena y por más que hubiera querido ser yo quien la llevara al departamento nuevo, era de carne y hueso y sabía que si yo lo hacía, me detendría en medio camino y la obligaría a volver... Así es, Darien Chiba también tiene su lado egoísta... Suspiro mirando el reloj, marca las 8 en punto, aún debería estar en casa pero estoy en la sala de médicos desde hace una hora esperando que toque el turno de exámenes auxiliares que me correspondía hoy.

Mi mente divagaba entre Serena, su cumpleaños, mi decisión y sus decisiones y mi preocupación se centraba en, ¿como iba ella a sobrevivir sola? ¿Como podía ayudarla sin que ella lo sepa? Obviamente, no creía incapaz a Serena de valerse por si sola, pero seria difícil, mas aun cuando su vida ha dado un giro de 180 grados.

Cerca a las 8:30, entra el doctor Suzuki, está echando humo por la cabeza, cuando me mira se sorprende, abre su locker y antes de irse se dirige a mi.

—No te cases... O si te casas asegúrate que ella te ama —y cerró la puerta con fuerza.

Sabía que Suzuki tenía su novia desde la secundaria, prácticamente llevaban toda una vida conociéndose. Hace unos meses cuando comenté sutilmente que tenía una novia, el fue el primero en desearme que sea la mujer adecuada, me dijo que a veces quien crees que él amor de tu vida, no lo era. Nos contó que empezaron los problemas con su esposa, ella visitaba mucho a su hermano y eso molestaba realmente a Susuki, el doctor Cárdenas adujo que se les había acabado la chispa del amor, el fuego de la pasión que ellos solos no se habían dado cuenta el momento en que su relación pasó de ser romántica a un sentimiento de comodidad y costumbre.

Suena mi alarma, son las 9am. Estoy a 10 minutos de que inicie el turno de exámenes auxiliares, así que saco mi bata blanca y mientras me dirijo al cuarto oscuro, llamo por teléfono a Andrew.

—Andrew, hola —digo cuando entra la llamada —. ¿Fuiste a ayudar a Serena?
—Si, Bro, estoy esperando que baje. Al parecer Rocky no quiere abandonarte —suena sarcástico —, creí que le dirías que no se vaya...

Demoro un poco en responder, yo también creí que le diría que no se vaya...

—Lo pensé mejor —respondí —. No podía obligarla a no irse... La amistad es para apoyarse y pretendo ser un buen amigo mientras lo seamos.
—Entiendo, pero igual, deberías decirle que ese... — Andrew se calló de un momento al otro
—No le diré nada del departamento y tu menos que nadie —le advertí.
—Hablamos después tengo que llevar a una damisela a su nuevo hogar.
—¿Te escuchó? —pregunté pero no respondió, colgó la llamada rápidamente.

Supuse que no, Andrew me hubiera hecho escuchar qué le decía a Serena si fuese el caso.

Me adentre al cuarto oscuro donde realizaríamos un control de 3 niños con probable epilepsia, íbamos a monitorar sus ondas en el electroenfefalograma continuo, este procedimiento necesitaba una especial atención de mi parte. Normalmente, no me costaba mucho, pero hoy parecía en las nubes.

—Una onda irregular —escuché la voz de Mayte detrás mío, me sobresalte para ver la pantalla y estaba limpia.
—No juegues con eso Dra. Mayte —le dije molesto.
—Solo quería saber, que tan buenos estaban sus reflejos galenicos el día de hoy en el Doctor Chiba —se sentó a mi lado.

Miramos ambos los monitores por unos minutos y yo sentía que mi cabeza iba a explotar, el sueño empezaba a consumirme, no había podido dormir bien ayer nuevamente.

Perfecta ImperfeccionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora