Capítulo 30: La Carta III

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Leer la carta alteró mis nervios, ¿Acaso nunca acabaria esta pesadilla? Tome mi teléfono y le teclee a Dereck, sabía que el me podía ayudar a saber como proceder ante ello. El me respondió de inmediato y quedamos en encontrarnos a la salida de mi trabajo.

El cielo estaba nublado, al parecer el invierno sería crudo esta vez, sin embargo, ya había salido de casa y no lleve ningún abrigo o paraguas por si acaso, pero en realidad era muy raro que lloviera tan pronto. Cuando llegue la trabajo, Ariana me contó que Darien tenia turno tarde, al parecer después de una semana habíamos coincidido, y aunque días antes hubiera querido verlo. Ahora mismo esperaba no hacerlo y no porque no quisiera, sino porque no sabía aún a qué atenerme con esa carta. Tenía miedo.

—¿Estas segura que no quieres ir tu? —me pregunto Ariana antes de llevar las historias que le correspondian a Darien.
—Segura.
—Pensé que ya habían arreglado sus diferencias —comentó ella sorprendida —. Se nota que ustedes se aman.

Sólo sonreí, no respondí más porque tenía miedo de ponerme a llorar. Darien pasó varias veces por la sala 3 donde estaba yo de turno, pero no me vio o no quiso verme, en parte sentí decepción, por otro lado un alivio.

Pronto un gran estruendo resonó en el lugar y un relámpago corto la energía eléctrica por unos minutos, la lluvia empezó a caer torrencialmente y me regañe a mi misma por ser tan descuidada.

Dereck : <Sere voy a tardar en llegar, una calle está inundada y tendré que tomar un atajo.>

Serena: <no te preocupes, podemos hablar otro día>

Dereck: <No Serena, esto es importante, acabo de encontrar nueva información del caso de tu padre >

Se me revolvió el estómago, tenía miedo a las nuevas pruebas, más aún habiendo recibido esta carta, incluso ahora dudaba si era una buena idea que la policía lo leyera.

Cuando al final llegamos al horario de salida, tardó mucho en devolver las historias y recoger los resultados de laboratorio para que mañana cada consultorio tenga todo listo mañana. Además de ese modo me aseguraba de hacer tiempo a que Dereck llegue y Darien se vaya. Pero a la vez era incomodo permanecer más tiempo fuera del horario de trabajo, así que decido salir y caminar hacia alguna cafetería cercana y pedirle a Dereck que nos reunamos allí.

La lluvia golpea fuerte y siento mi cuerpo estremecerse de frío y los trueno me hacen temblar de miedo. Casi titirando avanzo unos pasos y me fijo en el semaforo para poder cruzar, cuando de pronto algo me cubrio de la lluvia, al girar lo vi a el, Darien estaba allí con un paraguas protegiendome, nuestras miradas se cruzaron, un cosquilleo en mi estómago se hizo presente, como si fuera la primera vez que nos viéramos y un flechazo de cupido nos invadiera.

—Seria bueno que en tu locker siempre dejes un paraguas y un abrigo en esta época —me dijo. Su voz era suave, tranquila, como cuando dos personas no se ven de tiempo, pero saben que se conocen, lo único que no saben es que están sintiendo realmente.
—Gracias... —susurre y aparte mi mirada inmediatamente, tenía miedo que pueda leer lo que pasaba por mi mente.
—Podríamos tomar un taxi juntos, digo solo para ir cada uno a casa o sino podría acompañarte, tu departamento no queda tan lejos —ofreció.
—Lo siento —me negué —, pero no...
—Entonces, ni siquiera podemos ser amigos esta vez —pregunto y sentí que ardía mi corazón, no se trataba de eso, pero no podía hablarlo aún.
—No es eso, pero creo que ya tuvimos suficiente la última vez que discutimos. Me dijiste cosas, yo te dije cosas... —apreté mis puños —, creo que...
—Me exalte, si... Pero cualquiera en mi situación lo haría —ahora se le notaba alterado —, no me acerque a ti para discutir, solo para ayudarte como lo haría cualquiera al verte así— "Cualquiera", resonó en mi mente –. No pretendo insistir sobre una conversación que no tiene pies ni cabeza, que quizá más adelante podamos retomarla pero es más que obvio que una semana no es suficiente para sanar nuestras heridas. Solo pretendía ser caballeroso y quizá, si se daba la ocasión, intentar realmente ser amigos como tanto tú querías. Pero parece que ni siquiera quieres eso ahora.
—No es eso Darien.
—Entonces, ¿Qué?
—¿Todavía lo preguntas? —está vez yo me exaltó —. No fuiste tú quien se fue para encontrar paz, no fuiste tú quien cambió todos sus turnos por una semana para no verme, yo te busque Darien, te busque al día siguiente porque estaba preocupada, porque quería hablar pero entiendo que necesitabas tu espacio y te lo estoy dando, pero hoy tengo cosas que hacer y estoy esperando a...
—¿Dereck, verdad? —dijo dolido.
—Si, pero no es por lo que tu piensas —no sabía cómo expresarme —. Darien, yo no quiero hacerte daño... Lo que menos quiero es hacértelo, pero sinceramente hoy no es un día para hablar y mucho menos para discutir —intente tomar su mano pero el lo retiro —, solo quiero...
—Pues, no se lo que quieres Serena, creo que en realidad nunca lo supe, a veces creo que o mi amor no fue suficiente para ti o que el tuyo no fue tan fuerte como creía.
—Eso no es...
—Si es verdad, Serena. Otras veces me pregunto, ¿que hice mal? Incluso cuestiono el porqué me enamore —abrí los ojos por la sorpresa — y ahora último empiezo a creer que nos vendieron la falacia del destino, pero que en realidad sólo uno de los dos lo quiso.

Perfecta ImperfeccionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora