capítulo 2 - reglas

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El peruano se encontraba durmiendo tranquilamente, pero algo, o alguien, interrumpió su placentero sueño

El escurridizo demonio decidió escabullirse en la colcha con la que estaba aropado Perú, para despertarlo, pero en el camino a su pecho, se topo con algo, algo grande bajo su pantalón, parecía estar dromido, curioso empezó a jugar con eso, lo que provocó que el bicolor se levantara — mm... ¿Q-qué... qué se siente... ah — estaba sintiendo como su miembro era masajeado por alguien, cuando al fin tomó conciencia se paro inmediatamente de la cama — ¡hey! ¿Qué haces demonio? — preguntó mirando al ecuatoriano que aún se encontraba en su cama, envuelto en la colcha con una cara de confusión e incógnita, que aunque no lo admitía, a los ojos de Perú, se veía muy tierno — No me mires así demonio, ¿por qué estabas masajeando mi pene? — preguntó indignado — así que era eso — se dijo para si mismo — ¿eh? — no entendía — eso explica mucho — habló indiferente — ¿¡Cómo qué explica mucho!? — preguntó indignado nuevamente — por cierto, sí que es grande, y eso que está dormido — lo "alagó", aunque para una persona normal, con esas palabras te ganas una orden de alejamiento — graci... es decir; mejor ya ve a fuera, me iré a vestir — dijo para no alargar más la conversación. El tricolor tan sólo asintió sonriente y se fue

Ya en el comedor, el demonio se encontraba viendo tele mientras el peruano buscaba algo como loco — wow, pensé que esas cosas planas no eran entretenidas, pero me equivoque — comentó con su mirada puesta en la pantalla — sí, oye, ¿no has visto mi celular por aquí? — preguntó — ¿celular, eso qué es? — contestó con otra pregunta — pues, es como una pequeña caja aplastada, con... ¿sabes qué? Olvidalo — no se iba a molestar en explicarle qué era un celular, es decir, no creía que su cerebro encontrara las palabras

Limón, ven — llamó el pelirrojo a su perro mientras servía su comida — ¿en serio? — se escuchó al ecuatoriano burlarse, pero Perú no entendía el porqué — ¿Limón? — es decir, ¿quién le pone Limón a su perro — sí, ¿qué tiene? — le lo iba a decir, pero temía lastimar sus sentimientos — no, nada, es un nombre muy original...

¿Qué estás viendo? — preguntó al ver en su televisión una telenovela — Betty la fea, vaya que es interesante — respondió — ya lo sé — esto dejó al rubio con una expresión confusa — ¿tons pa qué preguntas? — reclamó — era una pregunta retórica... olvidalo — al ver el rostro del contrario aún más confuso, mejor decidió terminar la conversación

Aguanta — el pelirrojo señaló algo negro al lado de donde estaba sentado el ecuatoriano — este es mi celular — dijo hagarrando el objeto — el incubo sólo lo miró — ¿en serio? Ups, no lo vi — el más alto sólo suspiró — tenías que ser vos — Renegó

Mientras estos discutían, un sonido resonó por el lugar — oh no, visitas — el bicolor maldijo internamente, ahora visitas era lo que menos necesitaba — bien, recuerda las reglas, ahora ve a esconderte — el de cabello rubio ni lento ni perezoso, corrió al escondite designado, este era bajo la cama del dueño del lugar

Fue directo a la puerta y la abrió — hola Perú, vinimos a hacer el trabajo — habló el otro pelirrojo más alto, el peruano se veía extrañado — ¿desde cuándo acordamos eso? — pero los hermanos estaban aún más extrañados — ayer, te enviamos un mensaje y dijiste que sí — le mostró los mensajes

"¿Estas de acuerdo qué sea en tu apartamento Perú?"

"👍"


Bueno, no lo dijiste exactamente, pero se entiende — recalcó el canadienses — ese pequeño demonio — murmuró para si mismo, a lo que el de lentes lo alcanzó a escucha, pero decidió no preguntar al respecto — bien, pasen jeje — ofreció la entrada a sus invitados con su mejor cara, intentando no parecer descortés

Incubo(Ecuador x Todos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora