El tiempo había pasado desde que Ryan y yo empezamos a reparar los trozos rotos de nuestra relación. Después de meses de esfuerzo y comunicación, cada día parecía una oportunidad para fortalecer el vínculo que casi se desmoronó. Aprendimos a enfrentar nuestras inseguridades y a confiar el uno en el otro nuevamente. Por fin, me sentía optimista sobre nuestro futuro.
Con mi cumpleaños a la vista, decidí que era el momento perfecto para una escapada. Quería celebrar este nuevo capítulo de mi vida de una manera especial. Así que, emocionada, planifiqué un viaje a la otra punta del mundo para pasar un fin de semana lleno de aventuras en primavera. Hice una lista de amigos para invitar, incluyendo a Max y Luisa, con la esperanza de que todos compartieran esta experiencia mágica conmigo y Ryan.
Sin embargo, a medida que se acercaba la fecha del viaje, las cosas comenzaron a desmoronarse. Primero, Max y Luisa me informaron que no podrían acompañarnos debido a compromisos de trabajo. Luego, la otra pareja que había invitado se retiró también, citando problemas personales. Cuando recibí la última notificación, una sensación de traición se apoderó de mí.
—No puedo creer que esto esté pasando— pensé. Me sentí devastada.
—No puedo creer que esto esté pasando— le dije a Ryan mientras nos sentábamos en la sala de estar.
—Me siento tan decepcionada. Había puesto tanto esfuerzo en esto y ahora estoy aquí, abandonada.
—Jade, yo estaré contigo. Tal vez no sea lo que planeabas, pero vamos a disfrutarlo. Solo nosotros dos— respondió Ryan, tratando de consolarme.
A pesar de su apoyo, no podía evitar sentirme sola y traicionada. Me costaba creer que mis amigos no valoraran lo suficiente nuestra amistad como para hacer un esfuerzo por acompañarme en un momento tan importante. Pero a medida que avanzaba el viaje, me di cuenta de que Ryan era la única persona en la que realmente podía confiar.
Al llegar a nuestro destino, el aire fresco y fragante me llenó de energía. La primavera estaba en su máximo esplendor, y las flores florecían en colores vibrantes. Decidimos explorar la ciudad, y a pesar de mi tristeza inicial, comenzamos a disfrutar de la compañía del otro.
—Mira eso— dijo Ryan señalando un mercado local lleno de artesanías y delicias culinarias. —¿Vamos a ver qué podemos encontrar?
—Claro, suena divertido— respondí, sintiendo que mi ánimo empezaba a mejorar. Al caminar por el mercado, los aromas de especias y comidas exóticas me envolvían, y la risa de los vendedores me hacía sentir un poco más ligera.
Pasamos el día explorando, probando nuevos sabores y riendo juntos. Con cada paso, la decepción se desvanecía un poco más. Ryan hizo todo lo posible para hacerme sonreír, y su esfuerzo no pasó desapercibido.
—Gracias por estar aquí, Ry. No sé qué haría sin ti— le dije mientras disfrutábamos de una taza de café en una pequeña terraza.
—Siempre estaré aquí, Jade. No importa lo que pase— me respondió, mirándome con ternura. Esa mirada era todo lo que necesitaba para sentir que todo estaba bien.
A medida que el fin de semana avanzaba, pasamos de un lugar a otro, disfrutando de la compañía del otro y olvidando, por un momento, las decepciones pasadas. Pero en el fondo, una pequeña parte de mí seguía anhelando la compañía de mis amigos. Sin embargo, comencé a darme cuenta de que a veces las mejores experiencias pueden ser compartidas solo con una persona.
El fin de semana pasó volando, y antes de darme cuenta, ya estábamos de regreso a casa. Con el viaje me sentía revitalizada, lista para enfrentar la graduación que se avecinaba. La graduación era un evento importante, no solo por el logro académico, sino también porque significaba el cierre de un capítulo y el inicio de otro.
Finalmente, el día de la graduación llegó. El auditorio estaba lleno de estudiantes, y la emoción era palpable. A pesar de que la mayoría de mis compañeros me caían mal, sentí un hormigueo de anticipación. Mientras me preparaba para entrar al teatro, me vi en el espejo y sonreí.
—Hoy es tu día, Jade— pensé.
Cuando mi nombre fue llamado, un aplauso resonó en la sala. Caminar hacia el escenario fue una mezcla de nervios y emoción. Al recibir mi diploma, vi a Ryan en la multitud, sonriendo y animándome. Esa imagen me llenó de orgullo y felicidad.
—Lo lograste, Jade. Estoy tan orgulloso de ti— me dijo después de la ceremonia, mientras me abrazaba con fuerza. —Te lo mereces.
Después de la graduación, todos nos dirigimos a cenar. Mis compañeros de clase estaban de un humor festivo, y aunque había tensiones entre algunos, traté de disfrutar del momento. Al final de la cena, decidimos ir a una fiesta que se había organizado para celebrar el logro.
—Vamos a divertirnos— le dije a Ryan mientras nos dirigíamos hacia el lugar de la fiesta.La música vibraba desde la entrada, y una vez dentro, nos dejamos llevar por la energía del lugar. La pista de baile estaba llena de amigos riendo y disfrutando, y me uní al ritmo, dejando que la música me envolviera.
Bailamos y reímos, disfrutando del momento. Cada copa que tomaba me hacía sentir más ligera, y me olvidaba de las tensiones de los últimos meses.
—¡Esto es increíble!— grité a Ryan mientras nos movíamos al ritmo de la música.
—Sí, realmente lo es! ¡Felicidades, graduada!— respondió, levantando su vaso hacia mí.
La fiesta continuó y, aunque hubo momentos de drama entre algunos compañeros, Ryan y yo nos manteníamos al margen, disfrutando de nuestra burbuja. Cada vez que me perdía en la multitud, podía contar con él para encontrarme nuevamente.
—¿Bailamos otra vez?— me preguntó, y asentí con entusiasmo. Bailamos, nos reímos y celebramos lo que habíamos logrado juntos. Cada giro en la pista de baile era un recordatorio de que habíamos superado muchos obstáculos, y lo que teníamos era más fuerte que cualquier adversidad.
Pasamos horas bailando, riendo y disfrutando de la compañía mutua. Al final de la noche, cuando el sol comenzaba a salir, decidimos que era hora de regresar a casa.—No puedo creer que haya pasado tanto tiempo. Esta noche ha sido perfecta— le dije a Ryan mientras caminábamos hacia el auto.
—Y lo mejor de todo es que lo hicimos juntos— respondió él, sonriendo.Mientras conducía hacia casa, la emoción del viaje y la graduación seguía latiendo en mí. Habíamos pasado por tanto, y a pesar de las decepciones y las inseguridades, estábamos más unidos que nunca.
Cuando llegamos a casa, me sentía agradecida. Sabía que habíamos superado mucho, pero también entendía que había mucho más por venir. Miré a Ryan y supe que, sin importar lo que nos deparara el futuro, lo enfrentaríamos juntos.
—Gracias por hacer que mi cumpleaños y mi graduación sean tan especiales, Ryan— le dije mientras nos acomodábamos en el sofá, exhaustos pero felices.
—Siempre estaré aquí para ti, Jade. No hay nada que no haría por ti— respondió, dándome la mano y mirándome con amor.
Y así, mientras nos sentábamos juntos en el sofá, sentí que todo lo que habíamos pasado valía la pena. Había aprendido a valorar los momentos pequeños y a apreciar el amor que teníamos, y sabía que esto era solo el comienzo de un nuevo viaje juntos.
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Destino
Romance¿Quien dice que una persona que te encuentras un día casual no puede ser el amor de tu vida? O ¿Quien dice que tu vida no esté ya escrita? Al fin y al cabo por muchas personas que entren y salgan de nuestras vidas siempre terminaremos con quien es...