III Subcapítulo: El vuelo del Destino

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El aire de Madrid estaba cargado de la magia navideña. Las luces brillaban en cada esquina, y el bullicio de la ciudad parecía celebrar sin descanso. Pero, para Nova y Noah, aquella noche el encanto de la ciudad no lograba calmar sus corazones inquietos. Ambos, aunque desconocidos, compartían el mismo deseo: regresar a casa, a sus raíces, a un lugar donde todo se sintiera más auténtico, más cálido. El ritmo implacable de la ciudad comenzaba a volverse insoportable, y lo único que querían era una pausa, una tregua de la vida acelerada.

Para Noah, la decisión fue sencilla. Después de meses lejos de Hallstatt, el deseo de volver a ver a sus padres lo consumía. Quería regresar a ese rincón donde el tiempo parecía detenerse, donde las montañas y el lago lo reconectaban con lo que realmente importaba. Mientras caminaba por el aeropuerto, sentía una mezcla de anticipación y calma. Se imaginaba el muelle, el frío aire de las montañas, y el cielo despejado de Hallstatt, un cielo tan diferente al de Madrid. "Solo necesito volver a respirar ese aire," pensó, acariciando el telescopio en su mano como si ese objeto pudiera llevarlo de regreso más rápido.

En su maleta llevaba pequeños detalles para su familia: unas tazas navideñas y un libro de astronomía para su padre. Pero lo que más esperaba estrenar era su nuevo telescopio, el Celestron NexStar 8SE, soñando con usarlo en el muelle, bajo el cielo estrellado de Hallstatt.

Mientras Noah caminaba tranquilo por el aeropuerto, pensando en el reencuentro con su hogar, a solo unos metros, Nova vivía un caos completamente diferente.

Nova había llegado al aeropuerto con la esperanza de hacer el viaje sola, de encontrar un respiro, pero Bran no estaba dispuesto a dejarla ir. La llamada de su madre pidiéndole que los visitara, combinada con la insistencia de Bran, había creado un ambiente insoportable de tensión. Apenas se encontraron, la mirada dura de Bran exigió respuestas.

Bran: "¿De verdad pensaste que te irías sin mí?"

Nova, intentando mantener la calma: "Bran, solo quería este viaje para mí. Pasar un tiempo con mi madre. No todo tiene que girar alrededor tuyo."

Bran, acercándose demasiado, con su tono controlado pero amenazante: "Mira, Nova, ya basta. No puedes hacer lo que te dé la gana. Clara me invitó, y vamos juntos, ¿entiendes?"

La rabia acumulada en Nova, que había contenido durante meses, finalmente explotó.

Nova: "¡¿Qué te pasa, Bran?! ¡En serio te pasas! Púdrete."

Bran sonrió, disfrutando del control que creía tener. Su tono, lleno de arrogancia, cargado de amenazas.

Bran: "¿Quieres que me aleje de ti? Está bien, me iré. Pero asegúrate de decirle a tu madre que voy a dejar de visitarla. No creo que le haga gracia saber que te has alejado de mí."

El enfrentamiento había llamado la atención de los demás pasajeros. Un oficial de seguridad se acercó rápidamente, intentando calmar la situación.

Oficial: "Por favor, cálmense o me veré obligado a retirarlos."

Bran, desafiante: "No te metas, o te juro que te voy a dar una lección. ¿Quieres que me lleven a la fuerza? Eso no va a terminar bien para ti."

Nova, viendo que todo estaba a punto de descontrolarse, intervino, su corazón latiendo con fuerza. No solo tenía miedo de lo que Bran pudiera hacer, sino del control que parecía seguir teniendo sobre ella, a pesar de sus intentos de liberarse.

Nova, tratando de mantener la compostura: "No te preocupes, puedo manejar esto." Luego, mirando a Bran con una mezcla de desafío y cansancio, añadió: "Mira, quiero salir de aquí sin más problemas. Vamos, Bran, antes de que esto se vuelva peor."

Bran, satisfecho con su victoria, dejó que la situación se calmara. El oficial retrocedió, y la tensión se disipó momentáneamente.

Agotada, Nova decidió ir al baño antes de abordar. Mientras tanto, Bran, aún malhumorado, se acomodaba en la fila. Fue entonces cuando, al girarse bruscamente, chocó con el telescopio que Noah llevaba en su equipaje de mano.

Bran, visiblemente molesto: "¡Fíjate, hombre!"

Noah, sin captar el tono debido a su sordera, no reaccionó de inmediato. Mientras seguía caminando, Bran, irritado por la falta de respuesta, lo empujó, haciendo que Noah tropezara y cayera al suelo.

Noah, levantándose con confusión: "¿Perdón? ¿Qué dijiste?" Se pasó la mano por el cabello, sintiéndose perdido. "Disculpa, no escucho bien..." Sacó su certificado de sordera, que siempre llevaba consigo como una especie de salvoconducto en situaciones incómodas, mostrándolo con una expresión de incertidumbre, como si no supiera qué más hacer.

Bran, furioso: "¿Qué no me escuchas? ¡Te dije que te fijaras, idiota! ¡Me golpeé con tu maldito telescopio! ¿Por qué no lo enviaste a la zona de carga del avión?"

Noah, recordando las enseñanzas de su abuelo sobre la importancia de mantener la calma, sonrió nuevamente.

Noah, sereno: "Discúlpame, no volverá a pasar."

Bran, frustrado por no lograr intimidarlo como esperaba, lo miró con desprecio y murmuró.

Bran, entre dientes: "Idiota."

Noah siguió caminando hacia la puerta de embarque, con su telescopio en mano. En su interior, deseaba que su mejor amigo estuviera allí para defenderlo, pero sabía que esa batalla la debía pelear solo. Sus pensamientos volvían a Hallstatt, al lago tranquilo y al cielo estrellado. No tenía idea de que esa noche, aunque no había escuchado ni visto todo lo que ocurría a su alrededor, su vida estaba a punto de cambiar.

El vuelo despegó, y tanto Nova como Noah se dirigían al mismo destino. Ninguno sabía aún que sus vidas estaban a punto de entrelazarse de una manera que lo cambiaría todo. Mientras Noah soñaba con el regreso a la tranquilidad de Hallstatt, Nova presentía que aquella Navidad sería diferente, que algo nuevo estaba por comenzar en sus vidas. Las noches en Hallstatt les abrirían la puerta a un destino que nunca imaginaron.

OSCURIDAD NOCTURNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora