What if...? ~ Agathario ~

Nicholas pt 3 Final

Ambas mujeres prestaron atención a la bruja que acababa de llegar - Estoy en casa, querida - dijo Rio sarcásticamente, ninguna de los presentes hizo algún intento por moverse, hasta que Vidal levantó el brazo mostrando la afilada cuchilla de su daga.

Lilia alzó una ceja y se giró a Agatha - Gracias por todo querida, ha estado delicioso, como siempre - La bruja se acercó para depositarle un beso en la comisura de los labios buscando provocar molestia en Rio. Agatha apenas y notó el acercamiento. Después de 6 meses volvía a tener a Rio frente a ella, sin intentar asesinarla, sin estar en constante peligro, sólo ellas dos...Y Lilia, que caminaba hacía la puerta rozando el hombro de Rio al pasar. La pelinegra lanzó un ligero gruñido amenazador que no hizo más que hacer reír a la bruja mayor.

Cuando se quedaron solas Rio recortó la distancia que las separaba empujando a Agatha contra la encimera, pasó su cuchillo lentamente por su mejilla sin hacerle daño - ¿Las interrumpí? -

- ¿Qué haces aquí? - Preguntó Agatha recuperándose del shock inicial

-Vine a ver a mi hijo - El aliento cálido de Rio golpeaba suavemente contra la mejilla de Agatha

-Él está en clases -

- Oh, bien, entonces vengo a verte a ti - La daga comenzó a bajar por el cuello de Agatha, deteniéndose en la abertura de su pecho - Y dime ¿Qué hacía esa bruja aquí? -

Agatha se alejó del cuerpo de Rio - Es la segunda vez que me preguntas algo relacionado con Lilia ¿Acaso te gusta? - A lo largo de los siglos ambas mujeres habían aprendido a conocerse y Agatha sabía muy bien reconocer los celos en Rio

La mujer soltó una risa sarcástica - La única que me gusta en esta existencia eres tú - Rio volvió a disminuir la distancia que las separaba, pero esta vez sin invadir el espacio personal de Agatha - Soporté 15 años alejada de ti, sin poder tocarte - Su palma cálida acarició la pálida mejilla - Soporté ver cómo te entregabas a esa bruja pelirroja sin chiste - Dijo esto último con asco

-Yo... -

- No tienes que justificarte, sé lo mucho que te gusta el poder, pero dime Agatha ¿Ahora tendré que soportar verte compartir nuestra familia con la señora Calderu? Porque puedo entender que te hayas acostado con es bruja por no tenerme cerca a mí, pero ¿con Lilia? - Agatha soltó una ligera carcajada y Rio la miró extrañada -

- Creo que eso no le gustaría para nada a la tía Jenn -

- ¿Qué? -

- Sí -

- ¿Ellas...? -

- ¡Oh sí! -

- Por Morgana, ahora es una imagen que no puedo sacarme de la cabeza - Rio cerró los ojos e intentó alejar de su mente las imágenes muy explícitas que le llegaban al pensar en ese par de brujas

- ¿Cómo te sientes? - Preguntó Agatha cambiando de tema. La tensión se había aligerado un poco, pero sentía que todo y nada se había dicho; incluso la discusión que tuvieron en el Sendero cuando Agatha se enteró quién era el jovencito y todas las demás discusiones que le siguieron después de esa

-Fue agotador, perdí demasiado tiempo ahí abajo y tuve que ponerme al día - Suspiró la más joven - No había sentido este agotamiento desde el tipo morado - Agatha la miró con curiosidad sin entender a qué se refería - No recuerdo su nombre, pero era grande y morado ¿Tacos? ¿Thamos? ¿Tazos? -

- Thanos -

- ¡Sí, él! El muy idiota se enamoró de mí y creyó que deshaciéndose de la mitad de toda existencia caería a sus pies - Rio dejó la daga sobre la encimera de la cocina y se quitó la capa negra con la que siempre viajaba - No me malinterpretes, adoro ese tipo de regalos, pero fue demasiado trabajo. Trabajo que se fue al demonio cuando los Vengadores decidieron viajar en el tiempo y revertirlo - Rio se exaltó - ¡Los odie! ¡Durante días! - Seguía con su monólogo mientras Agatha le servía un vaso de agua. Una rutina que se había instaurado en ellas desde siglos atrás. Cuando Rio llegaba de sus recolecciones ella le contaba todo a su esposa y ésta la escuchaba pacientemente intentando que se sintiera lo más relajada posible, adelantándose a lo que Rio podría pedir: un vaso de agua, un plato de sopa caliente, una ducha relajante, el sexo más intenso y desenfrenado de todos. Éste último recuerdo provocó que las mejillas de Agatha se tiñeran de un rojo intenso, la bruja intentó eliminar ese pensamiento de su mente