Eso no tiene sentido

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Despierto para encontrarme en una celda, la celda del ala psiquiátrica. Gruño intentando incorporar mi adolorido cuerpo antes de ver bien a mis alrededores. Es cuando una figura borrosa al otro lado de la celda se aclara.

—Despertaste conejita ¿Te duele algo? — me pregunta incorporándose también. Veo las cadenas que lo restringen y es cuando me doy cuenta que también estoy encadenada. Cual pero uno en el cuello y otras en mi muñeca.

—Amm... — articulo pero en realidad no respondo. Estoy empezando recuperar un poco de fuerza, quisiera decir algo astuto para hacerlo enojar. Por que yo sigo muy enojada. Es culpa de él, necesito odiarlo, solo sé que necesito odiarlo.

Abren la celda y entran dos guardias uniformados. Traen los mismos tasers alargados pero también unas interesantes vacunas con liquido verdoso oscuro tirando a un color negro. Posan la mirada en mi y parecen que tienen una intención en contra mío pero el gruñido que hace Kieran los hace verlo.

Caminan hasta estar frente a él. Los dos con las manos en los tasers listos para cualquier movimiento. Creo que conocen la reputación del hombre que tienen enfrente.

—Comenzaremos contigo lobito — dice uno de ellos.

Lo toman de los brazos. Tanto Kieran como yo seguimos con los músculos débiles por las descargas por lo que se que aun que lo intenta no lograra quitarse a los guardias de encima. Uno saca la inyección y la inserta en su brazo, Kieran gruñe en respuesta pero lo sueltan. En cuestión de segundos veo que debido a lo que estuviera en la inyección hace que el empiece a gemir de dolor, contornearse apretando la mandíbula tan fuerte que parece que se le fuera a romper. Los ojos verdes electrizantes me miran directamente y logro ver el cambio de color en ellos. En cuanto sus ojos cambias su espalda truena y entiendo que es una transformación forzada.

Cierro los ojos incapaz de seguir viendo.

Es una extraña sensación en mi vertebra y un nudo en mi garganta que no me deja seguir viendo. Cuando hay una pausa de completo silencio es cuando volteo a ver y esta en su forma lobuna. Las cadenas siguen restringiéndolo de alguna manera, ahora el ya no me mira a mi en cambio a los guardias y tiene una mirada asesina muy intensa.

Ambos tipos ríen y sacan sus taser y empiezan a electrocutarlo. Los aullidos de Kieran me hacen taparme los oídos de inmediato. Es como si activaran el botón de terror en mi y no me siento capaz de soportar ver esta escena frente a mí. Mi cuerpo tiembla pero también siento un deseo inconfundible de hacer algo por él, detener esto.

Es enfermo.

Cuando se detienen Kieran esta desplomado en el suelo, sus ojos cerrados pero en su pelaje puedo ver que respira ya su pecho aún se mueve de arriba abajo. Los guardias parecen satisfechos con el trabajo por lo cual voltean hacia a mi cambiando de objetivo.

Maldición

El otro toma la otra inyección y intento luchar con mis cadenas aunque sé que no servirá de nada. Pero antes que se acercaran mucho a mí, Kieran es rápido y toma al hombre del tobillo mordisqueando con fuerza. Tanta fuerza que le parte el pie literalmente, el pie cae cerca de las rejas cuando Kieran lo suelta. Los gritos del hombre son tan agudos que parece me hará sangrar los tímpanos.

Miro a Kieran y tiene sangre aun en su hocico pero eso no quita la furia en él. Ante eso el guardia aun ileso mira asombrado intentando auxiliar a su compañero. Le hace un rápido torniquete con su cinturón y luego me mira a mi y a Kieran, este le gruñe. Eso parece ser solo interesante para el hombre. Ya que ahora camina hacia a mí y me toma del cuello inmovilizándome contra el muro lo que hace Kieran pelee contra las cadenas con fuerza, aun sin ser la suficiente para romperlas.

—¿Es acaso tu mate lobito? —pregunta viendo hacia Kieran. Eso hace que la mirada lobuna de el cambie en total confusión. Esto me parece ridículo hasta que siento el guardia saca un arma y lo apunta a mi sien, el tacto metálico provoca escalofrió en mi y chillo cuanto aprieta con mas fuerza mi cuello.

Kieran entra en locura gruñendo y jalando de las cadenas que hacen temblar la pared detrás.

—Lo que sospeche — se responde el guardia.

Eso no tiene sentido.

Nosotros ... ¿mates?

Normalmente los hombres lobo suelen darse cuenta de su alma gemela por una marca en la espalda que comparten ambos. Yo ni siquiera recuerdo la mia, esta difusa en mis cicatrices. Y además las almas gemelas solo son un mito antiguo, hace siglos no ha habido una. Es una probabilidad tan baja encontrar el mate otorgado por la luna.

El guardia pareció pensar algo y me suelta, guarda su arma dándonos una ultima mirada antes de irse sin antes hacer que se lleven a su compañero desmayado y cerrando de nuevo la celda. 





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⏰ Last updated: Oct 27 ⏰

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