Llegar a esta maldita academia fue mi primer error.
Dos chicos que me atormentan incluso mas que las pesadillas de mi pasado.
Ahora seré inculpada por los oscuros y perturbadores asesinatos ocurridos dentro de la academia desde mi llegada. Todo se c...
Hubo mucho fuego esa noche, la noche que cambio mi vida por completo. Al igual que trajo mucho dolor que quedo marcado en mi alma como una cicatriz invisible. Donde lo perdí todo y me hizo lo que soy ahora.
También la razón por la que me enviaron aquí.
—Señorita su nombre y apellido por favor — me pide la secretaria de este manicomio. No un manicomio literal, por desgracia. Solo una academia para lobos problemáticos como yo.
—Nadine Reed — le contesto secamente.
—¿Edad?
—Diez y seis
—Bien, por el momento será solo eso revisare tu historial y motivo de estadía en nuestra academia. Puedes ir a cafetería es el momento de almuerzo y vayas acostumbrándote al lugar mientras te llamo para que hables con el director.
—¿Por qué debo hablar con el director? — pregunto.
—Él te pondrá las cosas claras de lo que se hace y no se hace aquí. Ten tu numero de cuarto y horario.
—Como sea — digo tomando las cosas de ella caminando a la dirección que me indico.
La ropa que me obligan a usar es incomoda, odio usar faldas, esta maldita corbata me quedo apretada así que la intento soltar un poco. Lo único bueno es que puedo seguir utilizando mis botas.
Entro lo que se supone que es una cafetería pero no veo donde se supone que entregan o vendan comida solo muchas mesas ordenas en un mismo cuadrado muy grande al aire libre. Estando afuera puedo apreciar más la arquitectura tétrica, gótica muy hermosa del lugar, como si fuera Howard, pero le falta lo asombroso.
Caminando analizo el lugar, hay pocos chicos aquí sentados en sus grupitos. Me llama la atención la única que parece estar sola con una distinguida melena rosa y parece estar fumando, pero de un aparatito de color que sé que se llama vape. Ella expulsa el humo y voltea a verme pero yo volteo a otro lado.
Dos chicos comienzan a caminar a mi dirección, me ven y uno coloca su pie en el momento preciso que provoca me tropiece. Logro ingeniármelas para no caer de cara al suelo y los volteo a ver totalmente irritada.
—¿Qué les pasa idiotas?
Ellos me voltean a ver. Uno tiene un cigarro a la mano y me mira de manera penetrante con su mirada verdosa, tiene cabello marrón liso lo suficientemente largo que ciertos mechones le caen por la frente sobre sus ojos.
—¿Pasa algo linda? — dice dándole una calada a su cigarro mirándome desinteresado.
—¿Casi te caes? — pregunta con ironía su compañero riendo, tiene un refresco a la mano a la cual toma un sorbo.
Estaba apunto de insultarlos con mi larga lista de lindos insultos que se me pero los sonidos de los tacones que suenan a nuestro lado nos hace voltear a todos. Es la chica de cabello rosa quien se nos acercó, mira detenidamente al chico que se cree gracioso. Por como el la mira parecen conocerse.
—Lianna — la llama sonriéndole. El tipo es igual de guapo que su amigo pero en cambio tiene cabello rubio y ojos avellana casi amarillos.
—Vincent — contesta ella tomándole el refresco y dándose un sorbo ella antes de sonreírle de una manera que me hace creerla un rayo de sol pero en cambio ella destapa el refresco y se lo tira encima —Déjenla en paz ustedes dos.
—¡Lianna! — se queja el limpiándose el refresco que le cayo en el rostro —nena no tenias que hacer eso.
—Nena tus nalgas ¿entendieron lo que dije? — pregunta Lianna y Vincent asiente de mala gana —¿Kieran? — pregunta viendo al otro de ojos verdes. El asiente pero a simple vista no le creo.
Se largan y Lianna voltea a verme con una sonrisa.
—Soy Lianna — me tiende la mano.
—Nadine — le acepto la mano
—Interesante nombre — me dice
—Si supongo que si — digo viendo en la dirección que aquellos dos se fueron.
—Tu ignóralos solo son un par de idiotas raros — comenta al ver a donde miraba — en realidad es muy difícil conocer a alguien decente aquí así que lo mejor es que tengas cuidado.
—No creo tenga problema en alejar a las personas, todo mundo es estúpido — le digo
—Creo que me caes bien ¿quieres comer conmigo?
—Gracias Lianna, pero me gusta estar sola. Espero comprendas — Lianna asiente parece comprensiva y simplemente me regala una débil sonrisa.
—Entiendo no te preocupes, espero verte mas seguido — dice alejándose de mi volviendo a su mesa.
Soy llamada por la secretaria quien me lleva hasta donde parece ser el despacho del directos. Todo aquí parece frio y cruel como el mismo director que solo con verme me lanza una mirada de repulsión, como si fuese una enfermedad para él.
—Nadine ¿verdad?
—Si — contesto sentándome frente a su escritorio.
—Bien solo tienes que tener tres cosas muy claras — continúo mirándolo esperando a que siga hablando —
1. No debes salir al bosque al menos que sea luna llena y no puedas controlar tu transformación.
2. Cada estudiante tiene tres strikes, si pierdes los tres serás expulsada.
3. Nada de asesinatos dentro de la academia.
Sonrió a la ultima regla, me llama la atención que deba ser un requerimiento.
—Entendido señor
—Tendrás clases de siete a dos, no quiero ninguna falta o habrá consecuencias. Jovencitas como tu son reconstruidas a mejor en mi academia.
Este viejo se cree un militar o algo parecido, lo digo por como habla y se posiciona de manera rígida. Me limito a asentir a lo que dice evitando algún comentario ofensivo.
Mi nuevo hogar me parece interesante, un manicomio para lobos excluidos de la sociedad lobuna una que de por si ya es secreta. Este lugar lo es mucho más ya que jamás escuche hablar de esta hasta que me enviaron. Se que es por una buena razón, después de todos soy una asesina.
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Nota: Bienvenido querido lector espero la lectura les este interesando si es así déjenme saber. Vienen mucho misterio y romance oscuro que tal vez no vean venir.