¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
☆*: .。. ( narra Natanael !! ) .。.:*☆
— Ya we. No puedes dejar que esto te afecte así. Estás mal — lo que decía Junior me entraba por un oído y me salía por el otro.
Le volví a dar otro trago a a la pinche botella con un tequila tan puro que ya me daba asco. Había pasado ya un mes desde que ____ se fue de mi casa y de mi vida, si no fuera por que es hermana del Hassan, no sabría nada de ella... Aun que casi que le tenga que rogar de rodillas a mi compa pa' que me diga como está mi ____.
— Yo dejo... Dejo que... Dejo que me afect-... Afecte como quiera... — mis palabras se arrastraban de tanto alcohol que había tomado ya. Empezaba a sentir un frío bien cañón.
— Wey, ya vamos arriba. Llevas todo el santo día aquí.
— Santo fue... Santo fue el día... Que la conocí... La conocí aquí...
Me atravesó un vago recuerdo del día que Hassan la trajo por primera vez.
— Ya ni sabes que dices, Natanael. Ven, párate — me tomó del torso y ya que no me opuse, me subió a su hombro con facilidad. — No jodas, no pesas nada, wey.
Sentí que la cabeza me dió un vuelco al estar en las alturas. Mientras Junior caminaba escaleras arriba hacía mi cuarto, iba aguantando las ganas de vomitar.
— Me siento maaal... — lloriqueé cuando caí en mi cama.
Mi siguiente instinto fue correr a mi baño a vomitar. Me sentía tan cansado y tan malito que nomás me quedé ahí tirado junto a la taza. Junior llegó a amarrarme el pelo con una liga.
esa liga es de mi chiquitaaa
— Cabrón, estás hirviendo qpdo.
Sentí mis ojos lagrimear. — Tráeme a mi ____, we.
Junior suspiró. — Vamos a que te acuestes, Gabito dijo que vendría ahorita.
Negué causándome un dolor de cabeza. — Tráeme... A mi... A mi ____... ¡Si no... No me paro...!
— Neta como eres chingaquedito... 'Ira, deja le llamo al Hassan pa' ver si quiere traerla mientras tu te cambias ¿va?
— Ya estás.
Ni si quiera controlaba mis movimientos mientras me quitaba y ponía mis prendas. Todo me giraba alrededor y sentía el cuerpo cortado machín. Caí rendido entre mis cobijas ya con mi disque pijama.