La semana se había pasado volando, ya nos tocaba entregar la cartelera, no era lo más bonito que habíamos hecho, pero estaba hecha y eso es lo importante.
—Son novios, se quieren, son novios—dije para molestar a Javier quien me miraba con mala cara.
—No te luce nadita.
—Javier y Michelle se van a casar, todos les deseamos mucha felicidad—canté para seguir molestando al rubio.
Les desearas felicidad tú, porque yo no.
Conciencia no sea así.
Solo digo la verdad querida.
—En que momento mi vida pasó a esto—dijo intentando sonar serio, pero en su rostro se asomaba una pequeña sonrisa ladeada.
—El día que decidiste ser mi amigo—dije y me encogí de hombros.
El profesor Marcos entró y todos fuimos hasta nuestros lugares.
—Buenos días chicos—dijo sentándose en su escritorio.
—Buenos días—respondimos nosotros.
—Veo que todos han cumplido con la actividad del día de hoy—siguió diciendo pasando la mirada por todo el salón.
Uno de los grupos estaba terminando de pintar su trabajo, era el grupo de los flojos así que el profesor Marcos, que ya nos conocía bien, no dijo nada y más bien pareció sorprendido de que hayan traído el trabajo a la fecha.
Grupo por grupo fuimos pasando a entregar nuestros trabajos, dándole chance al grupo que aún no había terminado.
El profesor fue observando cada trabajo y calificando.
Fuimos el tercer grupo en pasar, nuestra lámina obtuvo un 18, pero todos estábamos más que conformes con la nota.
Después de entregar fuimos saliendo del salón por grupos, Javier se separó de nosotros y fue directo a la cancha con algunos de nuestros compañeros.
Andrea, Andie y yo nos sentamos en el árbol que estaba cerca de la cancha, desde aquí se podía ver el juego claramente.
Como ya era nuestra última clase los chicos no se preocupaban por sudar o ensuciar el uniforme.
Cuando puse la mirada sobre el rubio noté que se había quitado los zapatos y se habia quitado la camisa quedando así solo en franelilla.
La franelilla con el paso de los minutos se pegó a su cuerpo por el sudor.
Vista al frente soldado... o bueno si quieres puedes bajarla...
¡No conciencia!
Está bien... ¡Yo solo decía!
Pues cállate un año, hazme el favor.
Ya quisieras.
Giré la cabeza hacia las chicas que estaban discutiendo que equipo de fútbol era mejor.
Andie era de Real Madrid.
Andrea del Barcelona.
Yo no sabía absolutamente nada de esto. Ni siquiera entendía el juego.
Desconecté de la conversación hasta que sentí a Andrea llamarme.
—¿Qué pasó?
—En estos días ví un vídeo y se me antojo hacerlo.
—¿De qué exactamente?—dije entrecerrando los ojos.
—Gritarle que saquen al pendejo del juego—dijo señalando hacia la cancha y supe que estaba hablando de Javier.
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La belleza que se refleja en tu mirada
RomantizmEmilia sabía tres cosas: 1. Debía ayudar a su hermano. 2. Se estaba enamorando de su mejor amigo. 3. Eso no iba a terminar bien. ¿Estará equivocada o acaso toda esta historia terminará mal? *Libro tres de la trilogía "Golpes del destino". (Las histo...