Τέσσερα: Llorona de los 1920 (Falso)

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Me dices que el agua solo es suave, entonces me ahoga. Me trago la sal de las olas mientras nado, me deshidrato. A veces pienso que las nubes en las que conspiro no son más que esa sal y esas gotas: me da asco. Resignada y solitaria en una isla desierta: náufrago. Reflejos en cualquier lado que no hacen más que lanzarme más adentro. Un puñetazo, punto de quiebre en mis mejillas y la grasa que cuelga en mis muslos. El ventilador de mi cuarto, o del ático. Las voces que escucho e ignoro mientras trato de escucharme a mí misma. Y leo, y leo y leo mis propias letras: no las entiendo. Sus frases son hielo, metal frío; sus ojos son fuego azul, pero no ilumina la penumbra en mi pasillo. Veo más cosas que realmente no me importan y aún así quiero ser parte de ellas. Quiero escuchar aquella música en aquel teatro y fingir que la belleza que irradian mis ojos son más que suficientes para vivir. Escribo los números uno por uno y rezo a un Dios en el que no confío.
Las playas de Valencia son secas y poco oscuras, poco cristalinas. Su agua es vómito y llanto, como mis vasos. Mis espejos y cachitos de cerebro viven en otro plano y ya no sufren. Soñando recordé aquellos días y se convirtió en una pesadilla. ¿Fui débil o tuve mis motivos? La misma pregunta que me hago para cualquiera de las turbias y agresivas olas que intentan empujarme hasta el arenoso fondo. Sentí que hubieron más lágrimas que granos de arena, subí y bajé pendientes que hacían que cada uno de mis pelos cayeran de mi cabeza.
La camisa es diferente, pero el olor es el mismo. El hedor hace que mis fosas nasales se cierren, es un despropósito. Día por día voy dejando caer más cosas mientras que mi alma se construye a sí misma con ladrillos de ira y envidia. Paredes altas de fuego y serpientes que simulan enredaderas. Plantas que muerden y te envenenan. Forzando a mis ojos a mantener lágrimas me he convertido en una estatua mal esculpida. Ni mis muñecas, ni mis caderas ni mis cejas brillan. Un ser deforme y áspero como una tela hecha con alambres.

(4) Casi ayer, tal vez décimo de octubre.

T6th | Textos del sexto rehénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora