La primera reunión del nuevo equipo fue un desastre absoluto. Minji dominó la conversación, y aunque los otros estudiantes intentaban ser amables, no podían evitar mirar a Danielle con curiosidad. Era evidente que todos sabían sobre la enemistad entre Minji y ella.
—Así que, Danielle, ¿puedes contarnos un poco sobre lo que tienes en mente? —preguntó el chico popular, tratando de ser diplomático.
Danielle tomó aire, sintiéndose atrapada entre sus propios nervios y la presión de Minji, quien no podía evitar lanzar miradas burlonas mientras la observaba.
—Eh... sí. Tenía algunas ideas sobre cómo abordar el tema de la revolución industrial. Podemos enfocarnos en los cambios sociales... —pero su voz se desvaneció bajo las risas ahogadas de Minji y sus seguidores.
—¿Cambios sociales? Qué aburrido, Marsh —dijo Minji, riendo—. Nadie quiere escuchar sobre eso. Tal vez deberías hacer un dibujo de cómo te sientes cuando te humillo. Eso sí que sería interesante.
El chico y la chica intercambiaron miradas incómodas. Danielle sintió que el fuego la consumía desde dentro. ¿Por qué Minji siempre tenía que hacer que todo fuera tan insoportable? Pero en lugar de dejarse llevar por la ira, decidió hacer un intento por retomar el control.
—A diferencia de ti, Minji, hay cosas que no se pueden dibujar —respondió Danielle, tratando de mantener su tono firme—. Pero tal vez deberías intentar ilustrar cómo te sientes cuando no puedes encontrar a alguien mejor que yo para humillar.
Las risitas del chico y la chica interrumpieron el ambiente tenso, y Minji se quedó en silencio, sorprendida. Sin embargo, la expresión en su rostro se oscureció nuevamente.
—No te emociones tanto, Marsh. Esto apenas comienza.
La reunión se tornó caótica, con Minji insistiendo en ideas absurdas y tratando de desviar la atención de Danielle. Pero algo en la forma en que Danielle se mantuvo firme comenzó a cambiar el rumbo de las cosas. A pesar de la hostilidad, había un destello de admiración en los ojos de sus compañeros.
Con el paso de los días, la relación entre Danielle y Minji continuó siendo tensa, pero algo extraño empezó a suceder. A medida que trabajaban juntos, a pesar de las provocaciones constantes de Minji, Danielle notó momentos breves donde la actitud de Minji se suavizaba. Un susurro accidental de admiración cuando Danielle presentaba sus ideas, o una mirada contemplativa en silencio cuando hablaban sobre el contenido del proyecto.
Un día, mientras trabajaban en un trabajo en la biblioteca, Minji soltó un comentario inesperado.
—No puedo creer que realmente te atrevas a hablarme así frente a otros. Es... raro.
Danielle, sorprendida por el tono casi reflexivo de Minji, la miró. —¿Qué quieres decir?
—No lo sé. A veces pienso que deberías dejar que te ayude. No sería tan difícil.
Danielle se quedó en silencio, analizando sus palabras. Era una vulnerabilidad poco común en Minji, algo que jamás había mostrado. Pero antes de que pudiera responder, Minji volvió a su actitud habitual.
—No te emociones, Marsh. Solo estoy diciendo que no quiero perder este proyecto porque tú no puedes soportar un poco de presión.
Danielle se sintió dividida. Por un lado, el deseo de seguir desafiando a Minji estaba presente, pero por otro lado, había un destello de conexión que comenzaba a formarse entre ellas, aunque fuera inusual y confuso.
—Vamos a terminar este proyecto, y veremos quién es el verdadero ganador. —Danielle sonrió desafiante, pero dentro de ella, se preguntaba si realmente había algo más entre ellas, algo que podía cambiar la narrativa de su conflicto.
Era un día tranquilo en la biblioteca de la escuela. El aire estaba impregnado del suave murmullo de páginas pasando y del olor a libros viejos. Minji y Danielle habían estado trabajando juntas durante varias horas en su proyecto, aunque la mayor parte del tiempo había sido una batalla de voluntades. Pero esa tarde, después de una acalorada discusión sobre el enfoque del trabajo, Minji se había dejado caer en su silla, visiblemente cansada.
Danielle estaba concentrada en sus notas, pero al mirar hacia el lado, se dio cuenta de que Minji se había quedado dormida. Su cabeza había caído ligeramente hacia un lado, y sus labios estaban entreabiertos en una expresión de paz que Danielle nunca había visto en ella. La tensión habitual que la rodeaba parecía desvanecerse, dejando solo a una chica cansada, con el rostro iluminado por la luz suave que entraba por la ventana.
Danielle sintió un impulso extraño. Sin poder evitarlo, dejó de lado sus notas y se permitió observar a Minji. Era difícil de creer que esa misma chica, la que la había atormentado durante meses, pudiera verse tan... adorable. La forma en que las largas pestañas de Minji acariciaban sus mejillas cuando respiraba, o cómo un mechón de su cabello se había deshecho del resto, cayendo suavemente sobre su frente, hacía que su corazón diera un vuelco.
Danielle se preguntó cómo podía ser que una persona que había causado tanto dolor pudiera, en ese momento, parecer tan vulnerable. Una parte de ella quería seguir viendo esa faceta de Minji, una que no se mostraba en la escuela, donde siempre estaba tan segura y dominante. ¿Qué pasaba por la cabeza de Minji cuando estaba sola, o cuando no había un público para su espectáculo?
Minutos pasaron mientras Danielle luchaba con sus pensamientos. No quería sentir simpatía por Minji, no después de todo lo que había hecho. Pero la dulzura de ese momento hizo que todo se desdibujara. En ese silencio, comenzó a imaginar a la chica detrás de la máscara de bully: alguien que también tenía sueños, miedos y cansancio.
Justo en ese instante, Minji se movió ligeramente, despertando. Sus ojos se entreabrieron, y durante un momento, se encontraron con los de Danielle. La sorpresa en el rostro de Minji se convirtió rápidamente en una expresión de irritación.
—¿Qué estás mirando? —preguntó, su voz rasposa por el sueño, pero había algo en sus ojos que no era la típica dureza.
Danielle se sintió atrapada, como si la hubieran sorprendido en un acto de espionaje. —Nada, solo... pensaba en el proyecto —dijo rápidamente, intentando parecer indiferente.
—¿Pensabas en mí? —Minji sonrió de manera desafiante, volviendo a su modo habitual, pero había un destello de curiosidad en su voz.
—No, no en ti —respondió Danielle, sintiéndose incómoda—. Solo quería que termináramos con esto.
Minji se sentó erguida, estirándose con una perezosa elegancia. —Eres una mentirosa, Marsh. Ya no me engañas. Pero, por cierto, ¿no crees que este proyecto se volvería más interesante si te atreves a mostrarme esa parte de ti que intentas ocultar?
Danielle sintió una mezcla de frustración y confusión. La mirada de Minji había cambiado, y aunque aún había burla en su tono, había algo más profundo. En ese instante, Danielle se dio cuenta de que quizás Minji no solo era la villana de la historia.
—No creo que eso sea necesario —replicó Danielle, aunque en su interior sentía un pequeño destello de curiosidad hacia esa Minji que había visto dormir.
—¿No? Bueno, ya veremos quién se cansa primero —Minji se pasó la mano por el cabello, su sonrisa era más genuina esta vez, casi juguetona.
Danielle se sintió dividida entre la irritación y una extraña atracción hacia esa dinámica que se había formado entre ellas. Tal vez había más en Minji de lo que había imaginado, y aunque eso la aterraba, también la intrigaba.
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𝑰 𝐇̶𝐀̶̶𝐓̶̶𝐄̶ (𝑳𝑶𝑽𝑬) 𝒀𝑶𝑼 || Husseyz
FanfictionEn una prestigiosa escuela de Corea del Sur, Danielle Marsh se enfrenta al infierno en un ambiente donde los fuertes mandan, y nadie es más intimidante que Kim Minji. Minji, una joven con fama de dura y una pandilla de secuaces a su disposición, par...