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Danielle, cada vez más silenciosa y sumida en sus pensamientos, comenzó a sentir que la alegría que solía acompañarla se iba desvaneciendo poco a poco. Sus ojos se dirigían automáticamente hacia el grupo de Minji y Chaewon en cada descanso, aunque se esforzaba por disimular, y el dolor de ver a Chaewon tan cómodamente integrada al círculo de Minji la hacía sentir cada vez más pequeña.

Notando su cambio de ánimo, Haerin decidió intervenir. En un descanso, la llevó a un rincón alejado y, con una mezcla de suavidad y firmeza, la enfrentó.

—Danielle, mírate. No eres tú misma últimamente —le dijo Haerin, mirándola a los ojos—. Y sé que es por Minji.

Danielle apartó la mirada, intentando negar con un suspiro cansado. Pero Haerin continuó, su voz más intensa y segura.

—Danielle, ¿cuánto más vas a seguir negando lo que sientes? Piénsalo, ¿por qué te duele verla con otra persona si no significa nada para ti? ¿O crees que el corazón te late tan rápido solo porque extrañas los regalos?

Danielle sintió cómo su rostro se calentaba, y su mente la llevó inevitablemente a los pequeños momentos que había compartido con Minji: las miradas furtivas, los regalos misteriosos que la hacían sonreír a escondidas, los encuentros casuales que, ahora lo notaba, siempre le dejaban una sensación de emoción en el pecho. Su corazón comenzó a latir más fuerte y, de repente, todo lo que había intentado ignorar se volvió evidente.

En ese instante, Minji apareció en la escena. Llevaba una pequeña bolsa en la mano y caminó hacia ella con una expresión que, aunque trataba de mantener neutral, dejaba entrever cierta preocupación. Danielle la miró sorprendida, sin saber qué esperar.

Minji extendió la bolsa hacia ella.

—Esto es para ti. Mis hermanos se enteraron de que no te has sentido bien últimamente —dijo, con un tono algo inseguro—. Pensaron que esto podría animarte un poco.

Danielle tomó la bolsa, sin decir nada, sintiéndose confundida entre el agradecimiento y el nudo que la presencia de Minji siempre le causaba en el pecho. La miró directamente, notando la inquietud en los ojos de Minji.

—Gracias… —murmuró finalmente, intentando controlar su tono, aunque sabía que sus emociones la estaban delatando.

Minji asintió, mirándola un momento más, como si quisiera decir algo. Sin embargo, dio un paso atrás, con la intención de retirarse. Sabía que su presencia solo complicaba las cosas para ambas, pero aún así se sentía incapaz de dejar de preocuparse por ella.

Justo antes de irse, le lanzó una última mirada que, aunque breve, parecía contener toda la nostalgia de aquellos momentos que ambas compartieron. Danielle la observó alejarse, sintiendo cómo una mezcla de tristeza y alivio se apoderaba de ella, mientras miraba la bolsa en sus manos y se daba cuenta de que, por más que lo intentara, ya no podía negar lo que sentía.

Danielle observó la bolsa y sacó con curiosidad los dulces y sobres que había dentro, cada uno cuidadosamente elegido. Sin embargo, lo que realmente la dejó sin palabras fue un pequeño brick de batido de fresa, su favorito, con una nota pegada y la firma inconfundible de Minji. Era imposible no reconocer la letra, y la sorpresa la dejó sin aliento.

Haerin, que seguía a su lado, tomó el brick antes de que Danielle pudiera reaccionar y leyó la nota. Al ver la firma, levantó la mirada lentamente hacia su amiga, con una mezcla de asombro y comprensión.

—Así que… era Minji todo este tiempo, ¿eh? —murmuró Haerin, entre sorprendida y suave en sus palabras, para no romper aún más la sensibilidad del momento.

Danielle, al escuchar a Haerin, sintió cómo un nudo se deshacía en su pecho y, de repente, sin poder contenerse, rompió en llanto. Las lágrimas salían de sus ojos como una repentina liberación de todas las emociones acumuladas. Haerin, sin decir nada más, la rodeó en un abrazo protector, acariciando su cabello en un intento de calmarla.

Danielle se aferró al abrazo, sollozando, mientras su mente era un torbellino de confusión y arrepentimiento. Al cabo de unos minutos, respiró hondo y, con un leve suspiro de frustración consigo misma, murmuró:

—Soy una tonta… una completa tonta.

Haerin la sostuvo firme, intentando reconfortarla, aunque sabía que el dolor de su amiga venía de un lugar profundo. Finalmente, con una pequeña sonrisa de comprensión, le habló en un tono cálido:

—No eres tonta, Dani. Solo has estado peleando con tus propios sentimientos… y a veces, eso nos confunde más de lo que creemos.

Danielle asintió con la cabeza, aún abrazada a su amiga.

Minji, sin haberse dado cuenta de lo cerca que estaba, escuchó claramente cada palabra de Danielle. Por un instante, su corazón latió rápido, llenándose de una esperanza que no quería admitir. Sin embargo, antes de que pudiera reaccionar, Chaewon apareció detrás de ella, llamándola con una sonrisa.

—Minji, ¿vamos? —dijo Chaewon suavemente, sin notar lo tenso del ambiente.

Danielle y Haerin se percataron de inmediato de la presencia de Minji. Danielle, con los ojos aún enrojecidos por el llanto, se quedó congelada al verla allí, como si todas sus emociones quedaran expuestas. Minji, sorprendida, trató de mantener la compostura, pero la incomodidad era evidente en su mirada.

Chaewon, sin sospechar nada, se acercó a Minji y le dio un corto beso en los labios, lo que hizo que Danielle desviara la mirada de inmediato. Después, entrelazando sus dedos con los de Minji, Chaewon la miró con dulzura.

—Vamos, Minji —insistió, mientras la tiraba suavemente hacia ella.

Minji, atrapada entre su papel y los sentimientos que acababa de escuchar, asintió, dejando que Chaewon la llevara de la mano. Sin embargo, antes de alejarse, sus ojos buscaron a Danielle, que miraba hacia otro lado con una expresión lastimada y fría. Minji apretó los labios, sintiéndose más dividida que nunca, y se dejó arrastrar, aunque el peso en su pecho era cada vez más difícil de ignorar.

Cuando desaparecieron de la vista, Haerin miró a Danielle, preocupada.

—Dani… ¿estás bien? —le preguntó, aunque ya conocía la respuesta.

Danielle soltó un suspiro, intentando recomponerse mientras evitaba que una nueva oleada de lágrimas escapara.

𝑰 𝐇̶𝐀̶̶𝐓̶̶𝐄̶ (𝑳𝑶𝑽𝑬) 𝒀𝑶𝑼 || HusseyzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora