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Desde el día en que vio a Danielle marcharse con Sunghoon, Minji no ha dejado de pensar en cómo hacer que ella misma sea el centro de atención en la vida de Danielle, incluso si eso significa cruzar algunos límites. Así que, aprovechando que Chaewon parece responder a sus coqueteos, Minji empieza a pasar más tiempo con ella de forma muy evidente, sabiendo que Danielle observa.

Al salir del aula, Minji se dirige hacia las taquillas donde ve a Chaewon guardando sus libros. Se acerca lentamente, apoyándose en el casillero a su lado y logrando que Chaewon dé un leve respingo al verla.

—Vaya, Chaewon —dice Minji en un tono despreocupado, ladeando una sonrisa—, no quería asustarte. Solo pensé que podríamos vernos este fin de semana. No todos los días tengo el placer de salir con alguien como tú.

Chaewon parpadea, confundida y algo intimidada, pero al ver la sonrisa coqueta de Minji, su expresión cambia a un leve sonrojo.

—¿D-de verdad quieres salir conmigo? —pregunta, sorprendida.

Minji se inclina un poco hacia ella, manteniendo su sonrisa.

—Claro, sería todo un placer. Nos lo pasaremos bien. ¿Qué dices?

Chaewon asiente tímidamente, sin poder ocultar la emoción en su rostro. Minji le pasa su número, y justo en ese momento, siente una mirada detrás de ella. Decide ignorarla, concentrándose en Chaewon y ofreciéndole una sonrisa dulce.

—Entonces, nos vemos el sábado —le susurra, guiñándole un ojo. Chaewon asiente, completamente hipnotizada, antes de alejarse con una sonrisa.

Cuando Minji se da vuelta, se encuentra frente a Danielle, quien la mira con el ceño fruncido. Ambas se observan unos segundos antes de que Danielle hable.

—¿Qué crees que estás haciendo? —le espeta Danielle, tratando de ocultar la incomodidad en su voz.

Minji arquea una ceja, cruzándose de brazos.

—¿De qué hablas, Marsh? No veo por qué debería darte explicaciones.

Danielle suspira y endurece la mirada.

—Solo digo que es curioso verte actuar así, considerando que… bueno, tú no eres exactamente famosa por ser tan "atenta" con los demás.

Minji sonríe, disfrutando el momento.

—¿Celosa, Marsh? —pregunta con una sonrisa burlona—. Si te molesta, dilo de una vez.

Danielle se muerde el labio y su mirada se vuelve más desafiante.

—No estoy celosa. Solo me parece que no eres el tipo de persona para Chaewon.

Eso hace que Minji dé un paso hacia ella, su expresión cambiando a una más seria mientras extiende una mano y toma a Danielle de la muñeca.

—¿Y quién eres tú para decirme eso? —pregunta, apretando ligeramente, sin soltarla—. A lo mejor tú eres la que se muere de celos.

Danielle intenta soltarse, pero Minji se mantiene firme. Entonces, un forcejeo comienza entre ambas, cada una luchando por imponerse. En un impulso, Minji toma la otra muñeca de Danielle, sujetándola completamente mientras la acorrala contra el casillero.

—¿Qué pasa, Marsh? —susurra con un toque desafiante—. ¿Tan rápido te quedas sin palabras?

Danielle frunce el ceño y se esfuerza por zafarse.

—Suéltame, Kim. Esto no tiene nada que ver contigo.

Minji suelta una risa burlona y, sin soltarla, se inclina hasta que sus rostros quedan cerca.

—Entonces, hagamos una apuesta, princesita. —La voz de Minji se vuelve provocadora—. Veamos cuánto duras sin caer a mis pies.

Danielle intenta mantener la compostura, pero el sonrojo en su rostro la delata.

—No va a pasar, Kim. Tienes demasiada confianza en ti misma.

Minji sonríe, segura, y la suelta lentamente, dándole un pequeño empujón en el hombro como provocación.

—Ya lo veremos. —Le guiña un ojo y añade en tono burlón—. Prepárate, Danielle. Esto apenas comienza.

Con una última sonrisa, se aleja de Danielle, quien se queda apoyada contra el casillero, tratando de procesar lo que acaba de suceder. Minji, por su parte, se voltea y camina con paso seguro hacia donde Chaewon la espera, disfrutando la tensión que acaba de crear.

Días después, tras una jornada agotadora, Danielle decidió refugiarse en la biblioteca. Estaba en un rincón apartado, con los libros abiertos pero la mente en otro lugar. No podía concentrarse, y cada página que intentaba leer solo parecía recordarle lo mucho que extrañaba aquellas pequeñas señales de Minji, esos detalles que ahora sentía haber dado por sentados.

De repente, escuchó unos pasos familiares acercarse, y al levantar la vista se encontró con Minji, quien la miraba desde la entrada con una expresión que parecía entre desafiante y curiosa.

—¿Qué pasa, Marsh? —preguntó Minji, con su tono despreocupado de siempre pero los ojos llenos de algo más profundo.

Danielle suspiró, negándose a darle el gusto de mostrarse afectada, y bajó la mirada de nuevo a sus libros, ignorándola. Pero Minji no se movió. Al ver que no lograba una reacción, Minji insistió, inclinándose un poco hacia ella.

—Vaya, ¿tan callada estás? Creí que dirías algo…

Danielle, sintiendo cómo la frustración le subía a la garganta, alzó finalmente la vista y, con un tono cargado de sarcasmo, dejó escapar las palabras que había estado conteniendo:

—¿Qué quieres, Minji? ¿No deberías estar con tu noviecita? Seguro Chaewon está esperando que vuelvas para seguir fingiendo que todo es perfecto.

Minji parpadeó, sorprendida por el tono de Danielle, y por un momento pareció desarmada, pero luego dejó escapar una leve sonrisa, aunque sus ojos delataron un destello de incomodidad.

—¿Eso piensas de mí? —murmuró Minji, manteniendo la mirada fija en Danielle—. Pues ya veo que no extrañas nada…

Danielle sintió una punzada en el pecho, pero no dejó que sus emociones afloraran. Con una frialdad que ella misma no sabía que tenía, respondió:

—¿Por qué iba a extrañar algo que nunca valió la pena?

La tensión entre ambas creció en el silencio que siguió. Minji la miró, sus labios apretados y una mezcla de emociones brillando en sus ojos. Justo cuando parecía que iba a decir algo más, escucharon una voz familiar; era Chaewon, asomándose por la puerta de la biblioteca y llamándola con una sonrisa.

Minji miró hacia Chaewon y luego volvió a ver a Danielle. Sin una palabra más, se giró y salió, caminando hacia su "novia", mientras Danielle la observaba irse, sintiendo cómo ese vacío en su pecho crecía aún más.

𝑰 𝐇̶𝐀̶̶𝐓̶̶𝐄̶ (𝑳𝑶𝑽𝑬) 𝒀𝑶𝑼 || HusseyzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora