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Después de la visita inesperada a casa de Minji, la semana continuó como siempre: con las provocaciones y burlas de Minji hacia Danielle en los pasillos, y los extraños momentos de defensa que dejaban a Danielle cada vez más desconcertada. Pero algo había cambiado, aunque no pudiera decir exactamente qué. El comentario sutil de Hyun y la interacción con la dulce Haeun dejaron a Danielle dándole vueltas a su relación con Minji.

Unos días después, la profesora de literatura les asignó un trabajo grupal, uno en el que, para colmo, Danielle y Minji fueron emparejadas. Ambas quedaron en shock, cada una por razones distintas.

—Parece que el destino está empeñado en juntarnos —dijo Minji con una sonrisa burlona, mientras se acomodaba en el asiento junto a Danielle.

Danielle suspiró, frustrada. —¿No crees que tenemos suficiente de esto? —dijo, intentando mantener la calma.

—¿Por qué, Marsh? ¿Te intimida estar sola conmigo? —se burló Minji, inclinándose peligrosamente cerca de ella.

Danielle apretó los dientes, decidida a no dejarse afectar. —Solo quiero terminar esto lo más rápido posible. Tú tampoco quieres pasar más tiempo conmigo, ¿verdad?

Minji la observó en silencio por un segundo, algo extraño en su mirada, antes de volver a adoptar su expresión habitual de burla. —Claro. Entonces, ven a mi casa después de clases. A menos que prefieras hacerlo aquí.

Danielle suspiró, sabiendo que no tenía otra opción. Había prometido a sí misma que soportaría lo que fuera para terminar el trabajo sin problemas. Aceptó, asintiendo levemente, y trató de ignorar la pequeña sensación de inquietud que crecía en su pecho.

Danielle llegó a la casa de Minji después de clases. La imagen de la casa bien cuidada y el silencio que la rodeaba contrastaban con la tumultuosa relación que ambas tenían. Al entrar, notó que la casa estaba extrañamente vacía, excepto por Minji, quien la recibió en la sala con una sonrisa pícara en los labios.

—Bien, Marsh, vamos a empezar con esto —dijo Minji, arrojando un libro de literatura en la mesa de la sala y sentándose sin invitarla a hacer lo mismo.

Danielle rodó los ojos y se sentó enfrente de ella. Se dedicaron al trabajo en silencio, con la tensión en el aire volviéndose cada vez más palpable. Aunque Minji la provocaba ocasionalmente con comentarios sarcásticos, la situación parecía estar bajo control... hasta que Haeun apareció en la sala.

—¡Danielle! —exclamó la niña, corriendo hacia ella con una sonrisa radiante, ignorando por completo a Minji.

Danielle sonrió genuinamente al ver a la pequeña, recordando lo bien que se habían llevado la última vez. —Hola, Haeun. ¿Cómo estás?

Haeun se acomodó a su lado, ignorando los comentarios de Minji y sonriendo con una inocencia que desarmaba a Danielle. —¡Me alegra que hayas vuelto! ¿Te vas a quedar más tiempo hoy?

Danielle miró a Minji, un poco nerviosa. —Estamos trabajando en un proyecto, así que no creo que sea mucho tiempo, pero... —dijo, sonriendo a Haeun.

Minji observaba la escena en silencio, y por un segundo, Danielle creyó ver en su expresión una mezcla de celos y ternura. Pero antes de que pudiera decir nada, Minji interrumpió el momento.

—Ya, Haeun. Déjanos trabajar en paz —dijo, pero sin la misma dureza que usaba con los demás.

Haeun miró a Minji con los labios en un puchero y volvió la mirada a Danielle. —Unni nunca trae a nadie a casa... Me alegra que tú estés aquí.

Danielle sintió una calidez inexplicable, especialmente cuando notó el leve sonrojo en el rostro de Minji ante las palabras de su hermana.

—Haeun... ya dijimos que estamos ocupadas —insistió Minji, intentando mantener su compostura.

𝑰 𝐇̶𝐀̶̶𝐓̶̶𝐄̶ (𝑳𝑶𝑽𝑬) 𝒀𝑶𝑼 || HusseyzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora