15

32 10 4
                                    

Minji se dirigió a la mesa donde Sunghoon y Danielle seguían hablando. Sin titubeos, agarró a Danielle de la muñeca, pero antes de que pudiera jalarla, Danielle se soltó con un movimiento rápido, sorprendiendo a Minji, quien parpadeó, atónita.

Sunghoon, que observaba toda la escena, se interpuso, su mirada fija en Minji, dura y fría. La tensión entre ambos era palpable. Sunghoon, con una postura desafiante, cruzó los brazos y dijo:

—No vuelvas a acercarte a Danielle así. Ella no tiene por qué aguantar tus actitudes.

La sonrisa de Minji se desvaneció, reemplazada por una expresión oscura y peligrosa. Pero lo peor fue cuando Sunghoon, como queriendo reforzar su punto, la empujó ligeramente. El empujón no fue fuerte, pero suficiente para hacer que Minji bajara la cabeza, su mandíbula apretándose mientras sus puños se cerraban.

Danielle, que observaba la situación con preocupación, notó el cambio en la expresión de Minji y quiso intervenir. Sin embargo, antes de poder decir algo, Minji alzó la cabeza, con una mirada en sus ojos que mezclaba enojo y algo más, algo que parecía una silenciosa súplica hacia Danielle. Pero, al no recibir nada en respuesta, Minji soltó un bufido exasperado y lanzó una mirada de desprecio a Sunghoon.

—Eres patético —escupió, con una voz cargada de furia contenida—. No tienes ni idea de lo que estás haciendo.

Con esas palabras, Minji se giró y salió de la cafetería, sus pasos resonando en el suelo y terminando en un fuerte golpe al empujar la puerta. Danielle la siguió con la mirada, con una mezcla de preocupación y confusión.

Minji salió de la cafetería, su pecho subiendo y bajando de rabia. Apenas dio unos pasos antes de detenerse junto a una papelera, a la que le dio una patada furiosa, rompiéndola con un ruido que retumbó en el pasillo. Los murmullos de la cafetería desaparecieron en su cabeza, y lo único que escuchaba era su propia voz maldiciendo una y otra vez el nombre de Sunghoon, como si repitiéndolo pudiera descargar la frustración que la quemaba por dentro.

Después de varios minutos de soltar golpes al aire y gritos en voz baja, Minji, exhausta, se dejó caer de rodillas al suelo, golpeándolo repetidamente con sus puños, sin importarle el dolor que empezaba a sentir en los nudillos. Estaba tan absorta en su propia frustración que no notó la figura de Keeho acercándose cautelosamente hasta que sintió sus manos en sus hombros.

—Minji… —la voz de Keeho sonaba extrañamente suave—. Ven, esto no te está ayudando.

Sin decir palabra, Minji asintió, y Keeho la ayudó a ponerse de pie. La condujo a una de las aulas vacías, lejos de las miradas curiosas de los estudiantes, donde finalmente Minji dejó caer su fachada de dureza. Se dejó caer en los brazos de Keeho, su respiración entrecortada y sus hombros temblando ligeramente mientras retenía las lágrimas. Keeho, sorprendido por la vulnerabilidad de su amiga, simplemente la sostuvo, sus propias emociones desbordándose un poco ante la escena.

No pasó mucho tiempo antes de que Heesung y Yeonjun entraran en el aula, sus rostros llenos de preocupación al ver a Minji en aquel estado.

—¿Minji? —preguntó Heesung, acercándose con cautela.

Yeonjun, que nunca había visto a Minji quebrarse de esa manera, intercambió una mirada con Keeho antes de ponerse a su lado, colocándole una mano en el hombro.

—No tienes que ser fuerte todo el tiempo, ¿sabes? —susurró Yeonjun, mientras acariciaba su hombro con suavidad—. Estamos aquí para ti, Minji.

—Lo sé —murmuró Minji, su voz apagada y temblorosa. Se llevó una mano a la cara, cubriéndose los ojos, y dejó escapar un largo suspiro. Cada palabra le costaba—. No puedo soportar ver a Danielle… con alguien más.

𝑰 𝐇̶𝐀̶̶𝐓̶̶𝐄̶ (𝑳𝑶𝑽𝑬) 𝒀𝑶𝑼 || HusseyzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora