9. Calculando el siguiente paso

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Beatriz acababa de llegar a Ecomoda y se dirigía hacia la oficina de presidencia cuando escuchó sonar el teléfono en el escritorio de Patricia. Extrañada de no ver a la rubia cerca, decidió contestar. Sin embargo, apenas descolgó, escuchó la voz de Patricia regañándola por no haber atendido antes la llamada y sugiriéndole con prepotencia que llegara más temprano. Beatriz solo rodó los ojos mientras Patricia, de inmediato, empezó a excusarse diciendo que estaba en una cita médica, y luego aprovechó para darle algunas órdenes..

—Anóteme todas las llamadas y revise la correspondencia que está encima de mi escritorio . Ahora nos vemos. —finalizó con un déje de superioridad mientras colgaba la llamada.

Beatriz respiró profundamente y mantuvo la compostura.

Tras colgar, Beatriz regresó a su trabajo y se dirigió a la oficina de su jefe mientras se llevaba con ella la correspondencia de Patricia, pero no pasaron cinco minutos cuando la puerta de la oficina de Armando se abrió de golpe, y él entró con expresión apresurada , como si ya el día le pesara tanto como a ella. Decidió aprovechar el momento para informarle sobre Patricia y su llamada.

—Le llegó esta correspondencia doctor. Y llamó Doña Patricia , que se demora porque está en el médico —dijo Beatriz, destacando las palabras con un tono neutral, pero sin ocultar del todo el sarcasmo que sentía.

Armando frunció el ceño, claramente molesto mientras mostraba su inconformidad por la tardanza de Patricia. En ese momento hizo acto de presencia Don Mario Calderón mientras saludaba divertidamente a su amigo.

Beatriz avanzando, sin comentar más para no echar leña al fuego. Decidió retirarse discretamente a su espacio y comenzar a trabajar en las tareas de la mañana, dejándolos solos. Al entrar en su "hueco" de oficina, cerró la puerta y soltó un largo suspiro, intentando concentrarse de nuevo. Pero apenas empezó a ordenar los documentos, escuchó las voces de Armando y Mario Calderón, quienes habían comenzado a conversar en voz alta en el despacho contiguo.

Mario, con su tono despreocupado y burlón, se reía mientras Armando relataba con lujo de detalles su "noche con Marcela". La descripción detallada le provocó una mezcla de asco e incomodidad a Beatriz, quien torció la boca y trató de bloquear aquella conversación para concentrarse en sus pendientes. Sabía que esos temas eran frecuentes entre Armando y Mario, pero oírlos hablar de esa manera sobre Marcela y su relación como si fuera cualquier cosa le incomodaba profundamente.

" Dios mío, ¿hasta cuándo tengo que soportar estas pláticas? " Pensé mientras trataba de poner en orden sus documentos. Pasaron varios minutos y justo cuando comenzaba a concentrarse, el teléfono sonó, interrumpiéndola.

Beatriz lo contestó rápidamente.

—Presidencia Ecomoda —respondió con su tono más cordial.

—Con Armando, por favor— dijo la voz aguda del otro lado de la línea.

—El doctor Armando está en una junta, ¿de parte de quién?

—Mónica Robledo, él sabe quién soy —contestó la voz de la mujer ahora ya no tan misteriosa.

—Ah... ¿Le quiere dejar algún mensaje?

—Sí, por favor, dile que lo llamé. Que me devuelva la llamada y que necesito hablar con él  —dijo la mujer—.Y que si no me devuelve la llamada, estoy a las cuatro en su oficina. ¿Se lo dices ,por favor?

Beatriz hizo una pausa, sabiendo que el comentario alarmaría a Armando, así que decidió suavizar un poco la situación.

—Sí claro, con mucho gusto. Aunque yo no creo que él esté acá en la tarde , pero yo le informo.

Entre realidades | Long StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora