14. Armando neurótico Menzoza

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Beatriz se preparó para enfrentarse a lo que sabía sería otra prueba de paciencia. Al salir de su pequeña y desordenada oficina, se encontró con Patricia ya cómodamente sentada frente al escritorio de Armando, en su clásica pose de elegancia calculada. Cuando Armando la llamó con impaciencia y un tono que parecía mezclar urgencia y exasperación, B eatriz simplemente respondió con un formal "sí, señor", mientras reprimía el impulso de rodar los ojos una vez más.

—Betty, siéntese por favor —le ordenó Armando, haciendo un gesto hacia la silla al lado de Patricia.

Beatriz obedeció, sintiéndose intrigada al ver la escena desarrollarse.

—A ver, vamos a tratar de hacer un plan de negocios —empezó Armando, mientras organizaba papeles en su escritorio con gestos algo nerviosos—.Para eso necesito los informes originales de cada uno de los departamentos y mi propuesta.

Beatriz observó el ligero temblor en los labios de Patricia. La rubia cambió de postura, enderezándose repentinamente, y respondió con una voz temblorosa y a la defensiva:

—Eh ... ¿los informes originales? Yo... los origniales los dejé en la oficina de ... —dijo, y sus palabras se desvanecieron un momento cuando, sin pensarlo dos veces, señaló con un gesto a Beatriz— ella, están en la oficina de ella.

Armando, quien estaba mirando la interacción con una ceja levantada, interrumpió con una mezcla de incredulidad y curiosidad:

—¿En la oficina de Betty?¿Por qué?¿Acaso tú no estabas trabajando sobre ellos?¿Por qué están en la oficina de Betty?

La rubia se retorció en su asiento, sus ojos dando vueltas entre el rostro de Armando y el suelo, mientras intentaba encontrar una excusa:

—Pues porque yo los dejéa llá, a mí me pareció que estaban más seguros allá ... además, Marce...digo, ella, es la encargada de archivarlos—contestó con una voz nerviosa, claramente tratando de darle algo de lógica a su excusa sin sentido.

Armando dirigió su mirada hacia Beatriz, como si ya empezara a sospechar de lo que realmente estaba pasando, mientras Patricia miraba de reojo a Beatriz, esperando que no dijera nada que la delatara. Beatriz aprovechó el momento y, con una expresión serena, se levantó.

—Ya los traigo, señor —anunció, con la misma profesionalidad con la que habría aceptado cualquier tarea menor.

No pasó mucho tiempo antes de que regresara con los documentos en mano, manteniendo una expresión neutral que disfrazaba su divertimento por la situación. Al sentarse nuevamente, Armando empezó a explicarles el plan que necesitaba ejecutar, mirándolas a ambas con una mezcla de seriedad y determinación.

—Mario y yo necesitamos convertir este informe en un verdadero plan de trabajo, en un verdadero plan de negocios. Para eso necesito que ustedes me ayuden . Esto lo vamos a discutir luego con Daniel Valencia y que también se lo vamos a pasar a los bancos para ver si es posible conseguir los créditos que necesitamos. Es muy sencillo, yo creo que se va a poder hacer y tiene que ser un plan de negocios real. —les dijo Armando, lanzando una mirada significativa a Patricia, cuya expresión reflejaba un creciente pánico. Era evidente que las palabras "plan de negocios" no eran algo que esperaba escuchar.

Mientras él seguía con su explicación, Patricia se removía inquieta en su asiento, lanzando miradas de pánico a Beatriz, quien apenas contenía una sonrisa de satisfacción.

—Yo quiero saber, ¿cuál de ustedes dos quiere hacerlo o puede hacerlo? —preguntó con un tono casual, pero con ojos observadores.

Patricia, que parecía haberse congelado, tartamudeó:

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⏰ Última actualización: Nov 05 ⏰

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