Capítulo 5: Un baile excepcional

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Y heme aquí de nuevo, encerrada en una habitación, metida en un aprieto pero bien duro. 

Caminaba de un lado para otro sin saber que hacer, el corsé me apretaba las tripas, tenia hambre y acababa de conocer a la persona menos indicada en toda la fiesta: de todos los posibles prospectos tenia que cruzarme con él príncipe Leonard. Inhale con los ojos cerrados y después exhale, era momento de salir de nuevo, hace cinco minutos escuché a mi madre gritando ¡Catalina! ¡Catalina! el regaño llegando a casa, ya lo tenía asegurado. 

Abrí la puerta con lentitud, asome el rabillo del ojo y verifique que no hubiera nadie ni de un lado ni del otro, salí y camine con rapidez rumbo al jardín, hasta el momento tenia dos planes en mi cabeza: 

Plan A: en términos de plan, no hay ningún plan.

Plan B: llevar a cabo el plan A. 

Definitivamente soy un total fracaso, aún así, decidí continuar avanzando hasta que llegué a un caminito del jardín, era precioso, se encontraba cundido de flores y pastizales verdes gigantes, ver el campo tan natural me tranquilizó un poco, había estado tan ocupada dejando mi atención puesta en tantas cosas que ni siquiera me di cuenta de que ya había obscurecido.

_¿Señorita?_ me interrumpió.

El corazón se me paro en seco, era la voz de Leonard, mire hacia atrás, él se encontraba plantado muy cerca mío, Abrí la boca inconscientemente. 

_Señorita Winston_ añadió

_Su alteza_ realice una reverencia rápida. 

_De casualidad ¿se dirige a la reunión en el jardín?.

_Así es_ respondí con quietud_ de hecho, estaba por irme.

_Permítame acompañarla_ me cedió el brazo.

_¡Oh no! no podría, su majestad, usted es consciente del escándalo que podría formarse si nos ven ingresar juntos ¿cierto?.

_Tengo plena consciencia de ello_ dejo un espacio para realizar una media sonrisa muy cautivadora_ Sin embargo, Lady Winston, ante todo soy un caballero y jamás me permitiría ensuciar su reputación, como podrá ver detrás mío vienen dos de mis acompañantes, si entramos los cuatro juntos, no causaremos ningún tipo de malinterpretación. 

Ciertamente un joven y una dama se aproximaban.

_De antemano, le agradezco su gratitud_ respondí sintiendo el nerviosismo en mis adentros, ahora entiendo completamente a Catalina, ¿Quién no se fijaría en un hombre tan guapo y educado?.

Sus acompañantes llegaron junto a nosotros y nos dirigimos al centro del jardín, mientras yo solo podía sentir decepción por mi misma, es como si todo lo peor que hubiera podido pasar, hubiese terminando sucediendo, a este punto ya estaba resignada.

En cuanto ingresamos a la ceremonia, todos nos voltearon a ver, las feroces miradas pasaban de Leonard a mi con desprecio, era entendible, prácticamente entramos como acompañantes mutuos y a eso aumentemos los chismes que rondaban sobre Leonard las últimas semanas sobre la búsqueda de una prometida y luego salir los dos juntos, yo ya estaba sintiendo la guillotina en mi cuello. 

Nos detuvimos por un poco de té y el príncipe me presentó ante sus acompañantes, nos saludamos y dimos inicio a una charla sencilla, sin nada relevante, mientras tanto una melodía se entremezclo armoniosamente en el ambiente, el baile nocturno ya había comenzado.

_Señorita Winston_ su masculina voz vibró en todo mi ser_ Para mi, seria un completo honor que usted me concediera la siguiente pieza de baile. 

Simplemente no podía rechazarlo, socialmente estaría muy mal visto, me atragante el orgullo que traía y con un ligero movimiento de cabeza, asentí, Leonard sonrió complacido, levantó la mano en señal de apoyo y coloque mis dedos sobre los suyos con suavidad, ambos tensamos los músculos con el contacto físico. Mientras tanto, nos dirigimos hacia la pista de baile.  

Él deslizó sus largos dedos cuidadosamente por mi cintura, me apretó un poco con su mano en señal de afirmación, por otro lado, coloque mi mano derecha en su hombro, se sentía fuerte, mi cuerpo comenzó a moverse en respuesta a sus movimientos, avanzábamos al ritmo de la melodía.

_Y cuénteme, Señorita Winston ¿a disfrutado la velada?.

_Ha sido placentera hasta cierto punto, pero si quiere mi más sincera opinión al respecto, tener que soportar este vestido ha sido una tarea memorable, solo deseo que todo termine pronto para poder gozar de un descanso en casa.

Leonard sonrió, al mismo tiempo, cambiamos de agarre de una mano a la otra y dimos un pequeño saltito con los píes. 

_¿Y usted?_ cuestione curiosa. 

_La he disfrutado a plenitud sin dudarlo, más no obstante, si desea escuchar mi honesto pensar, he tenido que saludar y sonreírle a tantas personas que me duelen las mejillas y le puedo afirmar señorita Winston, que si sigo bajo estas condiciones por más tiempo, siento que se me caerá la cara. 

Lance una risa al aire, me sentía tan ligera, el joven caballero me transmitía una paz que causaba una serenidad y calma en mis adentros, incluso sabiendo que alrededor nuestro todo era un completo caos.

_ Su alteza ¿puedo realizarle una pregunta indiscreta?_ le cuestioné, era ahora o nunca, tenia que preguntarle, la curiosidad me estaba matando.

Él príncipe alzó una ceja con coquetería, al parecer no pudo evitar levantar los labios con regocijo y dedicarme una mirada con picardía. 

Movimos nuestros cuerpos al contrario del otro alzando ambas manos, juntando nuestros rostros primero de un lado y luego del otro, después me dio una vuelta y volvió a tomarme por la cintura. 

_Adelante.

_¿Es cierto que se encuentra en búsqueda de una prometida?.

Él muchacho me miro sorprendido. 

_¿A que se debe esa pregunta? ¿acaso desea postularse como candidata?_ comentó con un tono burlesco.  

_No me malinterprete, por su puesto que no_ argumente sonrojada.

_Entiendo_ dijo acentuando con sutileza_ en cuanto a su pregunta, mi respuesta es afirmativa, me encuentro en búsqueda de una prometida.

Nos tomamos de una mano, alzándonos para dar una vuelta ambos y que se viera al mismo tiempo, siguiendo el ritmo, acentuando los pasos y encajándolos hasta vernos como el espejo del otro.   

_¿Y que hay de usted Lady Winston? ¿también se encuentra en búsqueda de un prometido?.

_Ahorita no gracias_ contesté tratando de esconder la sonrisa y a punto de enrojecer nuevamente. 

El baile terminó. Hicimos la despedida de agradecimiento y nos observamos por bastante tiempo a los ojos, hasta que desvié la mirada con el miedo a ser vista por alguien más y que nuestras expresiones fueran malinterpretadas como algo promiscuo. Posteriormente regresamos con los demás, a partir de ahí, algo se sintió muy extraño, quizá tuvimos muy buena conexión, cada determinado tiempo cruzábamos miraditas y así continuamos hasta que la fiesta llegó a su fin. 

Nos despedimos cortésmente y comencé a buscar alrededor mío, madre me observaba a lo lejos, sus ojos brillantes transmitían satisfacción, ya podía imaginar las mil preguntas que tenía, seguramente me obligaría a contarle hasta el más mínimo detalle.

Lance un suspiro al cielo, pasaron muchas cosas en tan poco tiempo, necesito un descanso, ni siquiera tenia ganas de contarle nada a mamá. Así que me acerque a ella y le comente que me encontraba muy cansada y que prometía decirle absolutamente todos los sucesos el día de mañana, madre me observo insatisfecha, sin embargo, acepto mi petición.

Finalmente subimos a la carroza y después de tanto, nos fuimos a casa.     

Catalina la Duquesa de la Familia WinstonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora