Capítulo 10: La Sociedad Secreta de la Tinta Negra

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_Es un buen hombre, pero es homosexual.

La baronesa se atragantó con el pastelillo tras escuchar dicha información, por otra parte, la condesa de Borbón se levantó asustada y corrió a taparle la boca, pues mi estimada amiga Sophie no conocía la palabra prudencia.

Ninguna pudo mantener la compostura a excepción mía por su puesto, que por obviedad ya tenia conocimiento al respecto, me mantuve recta con una mano encima de la otra, observando como se mecanizaba una de las escenas del libro.

_¡Sohpie!_ espetó la Baronesa de Canterville_ ¿se puede ser más desvergonzada?_ inmediatamente toco una campanita que al repique de su sonido incitó la llegada de una sirvienta. 

_Consuelo, verifica que mis padres ya se hayan retirado de la mansión.

_Si señorita, enseguida.

_este no es el momento ni el lugar adecuado para decir eso_ la anfitriona aun mantenía ambas manos tapándole la boca a la duquesa Carpell, ella solo sonreía con la mirada.

La mucama regresó corriendo_ su excelencia el Barón y la Baronesa de Borbón, se fueron hace 15 minutos.

Todas volvieron a respirar. 

_Excelente_ suspiró la Baronesa_ ahora quiero que me escuches con atención, quitare mis manos y más te vale no volver a decir algo tan indecoroso ¿entendido?.

Sophie movió la cabeza en señal afirmativa. La joven le retiro las manos, la duquesa se mantuvo con la boca cerrada y los ojos muy abiertos.

Sin embargo _la Condesa interrumpió_ ha llegado el momento chicas.

La Baronesa y la Condesa se lanzaron miradas secuaces. 

_¿Momento de qué?_ cuestionó Antonieta, que por cierto, no había intervenido hasta ahora.

_De ir a la verdadera reunión. 

Charlotte, la hospedadora nos dijo que la siguiéramos, las seis mujeres salimos al jardín y con sumo cuidado nos adentramos en el gran bosque perteneciente a la familia Canterville, tras caminar por una media hora llegamos a una cabaña escondida debajo de un árbol gigante, en donde ingresamos una por una.  

_Hemos llegado_ anunció Charlotte, levantando los brazos_ bienvenidas a mi lugar secreto.

_Es magnifico_ exprese sorprendida, era un espacio cubierto de ramas en el exterior, por otro lado en su interior se encontraba lleno de enredaderas con flores, en el centro una mesita con seis sillas, de lado derecho un hueco con entrada a un mini cuarto con un escritorio y una ventana, para culminar al lado izquierdo de la zona central había una cocina comprimida. Era una fusión entre lo natural y la comodidad. 

_Es hermoso_ manifestó Isabel. 

_Señoritas, tomen asiento, ahora si podemos iniciar con el tópico sin que nos sentencien a 50 años de cárcel por culpa de Sophie.

_Lo siento_ sonrió la duquesa_ estaba segura de que hablaríamos en tu casa y no en un refugio super secreto en medio del bosque. 

_Ciertamente debí haberles comentado, no pensé que te lo tomarías tan literal.

_Mil disculpas mi lady_ Soph hizo una reverencia exagerada.

Todas reímos, el ambiente comenzaba a aligerarse.

_Lady Carpell, por favor, prosiga con lo que estaba diciendo, ya que, su último anuncio sin duda fue.......peculiar_ objetó Isabel.

_Claro, si me lo permiten, esta vez pienso proseguir sin interrupciones.

Todas nos sentamos en la mesita expectantes.

_Como les decía, el Duque Archie se encuentra estrictamente interesado en otros hombres, tengo una amiga mía que trabaja en una verdulería de los barrios bajos de la ciudad, hace tiempo me la encontré y me comentó que recientemente habían abierto un bar secreto cerca de su casa, dedicado a hombres y mujeres con orientaciones sexuales contrarias a lo que socialmente se espera.

_Espera, un segundo ¿y tú como conseguiste una amiga de los barrios bajos si no tenemos permitido ir ahí?_ le preguntó la Condesa. 

_Tengo mis secretos Matilda, es más, he ido algunas veces.

El espacio se lleno de exclamaciones cubiertas de pánico.

_¿Qué no es peligroso?_ dijo una.

_Dicen que es muy sucio_ comentó otra.

_Que miedo ¿ninguna vez te han descubierto?.

_Contestare sus preguntas después, pero déjenme terminar lo primero, el punto es que mi amiga fue por curiosidad el día de apertura del bar, el lugar es subterráneo, dice que pasaron cosas que no podría imaginar a menos de presenciarlo y después anunció que habían varias figuras de la aristocracia teniendo encuentros casuales y aventuras, me mencionó algunos nombres y dentro de estos, estaba el Duque Archie. 

_Entiendo_ respondió Isabel_ Entonces es un hombre gay.

_Exactamente, igual no tendrías que preocuparte por esos pequeños detalles, ustedes se pueden casar de todas formas.

_¿Casarse con un hombre asi? ¿es posible eso?_ consultó Antonieta.

_Es posible_ respondí_ de hecho, suelen ser matrimonios felices, no tienes que pedirle permiso a tu marido para hacer nada y ambos son la tapadera del otro, se de algunas conocidas que tienen encuentros sexuales con otros hombres e incluso te puedes embarazar de algún amante y pretender que es un hijo por concepción del matrimonio, en general es una convivencia pacífica por ambas partes. 

_Si, lo que dice Catalina es completamente cierto, se trata de una buena opción matrimonial, pero a fin de cuentas importa más lo que tu sientas al respecto.

Dirigimos nuestras miradas a la Gran Duquesa, que se tocaba la barbilla inquisitiva.

_En realidad, nunca lo había pensado, mis padres me escogerán una pareja y dudo mucho que mis sentimientos por ese caballero importen, mi madre me dijo que el amor surgía después de contraer matrimonio, no creo que eso pase en todos los casos y me da miedo ser obligada a casarme con alguien que ni siquiera me llame la atención, por lo menos quisiera que tuviera un buen físico.

_Oh querida mía, no te preocupes por esas pequeñeces, es por eso que fundamos esta sociedad, para aconsejarnos entre todas y de igual forma, si no te gusta tu marido, puedes tener un amante.

La Condesa le dio un golpe en la cabeza_ ¡no le aconsejes eso a la Gran Duquesa! ¡no podías ser más cínica!.

Sophi comenzó a reírse y las demás dieron paso a regañarla.  

Comencé a sentir que me separaba del ambiente, las voces se alejaban con lentitud y se dispersaban por mi cabeza, todo daba vueltas, quizá estaba muy cansada de tanto pensar.

La escena del libro ya había pasado y nos encontrábamos en un vacío de la historia nuevamente. Un vacío antecedido en condiciones perfectas, ya que, nos encontrábamos en una reunión altamente confidencial.

Se trata de La Sociedad Secreta de la Tinta negra, es un grupo de perfil bajo que tenemos las chicas y yo, en la novela se explica que esta organización fue fundada con la finalidad de ser un lugar seguro para las mujeres de la alta sociedad, el objetivo es hablar de temas sensibles que las damas tienen prohibido comentar o preguntar abiertamente, así como la realización de actividades que están muy mal vistas. 

Como por ejemplo la Baronesa de Cantervill que le gustaba la jardinería, pero que ante los ojos de la burocracia ensuciarse las manos era denigrante. Luego esta Sophie una gran amante de la moda, hace sus propios diseños y confecciona su ropa, de la misma forma es visto como una labor hecha por criadas o mujeres solteronas. Y finalmente estoy yo, Catalina que en la historia original es bailarina en secreto, escapándose por las noches a teatros o restaurantes nocturnos a bailar todo tipo de géneros, Catalina es tan buena para transmitirle emociones a otros con sus bailes, que en la novela es contratada para realizar danzas personalizadas y en ciertas ocasiones bailes muy eróticos.  

Y eso ante la alta sociedad inglesa, era considerado prostitución.

Ay Catalina, ¿pero en que andas metida ahora?.

Catalina la Duquesa de la Familia WinstonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora