Capitulo 13

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"Radiante.."
Aquino sintió algo extraño dentro de él en el momento en que atravesó el portal. Era como un leve zumbido en su interior, una sensación que no lograba identificar, pero decidió no darle demasiada importancia. Su única prioridad era volver a casa. Con ese pensamiento en mente, ajustó su capa morada y empezó a caminar. 

El sol comenzaba a ocultarse, envolviendo el camino en oscuridad, así que Aquino sacó una antorcha y decidió encenderla con su magia. Murmuró un sencillo hechizo, pero la llama no apareció. Confundido, frunció el ceño y volvió a intentarlo. Esta vez, una descarga violenta brotó de su mano, provocando un estallido que hizo que una gran llamarada lo envolviera por un segundo. Aquino retrocedió de golpe, cubriéndose el rostro para evitar las chispas que casi lo queman. 

—¿Qué carajos...?- murmuró, sorprendido. Nunca le había ocurrido algo así. ¿Acaso estaba perdiendo el control de su magia? Trató de convencerse de que quizás solo era agotamiento, pero una sensación inquietante se apoderó de él, como si algo más estuviera ocurriendo. 

Entonces, sin previo aviso, una visión fugaz atravesó su mente: él y Duxo peleando. Las imágenes eran distorsionadas y apenas podía captar palabras sueltas entre los ecos de su propia voz. Al desvanecerse la visión, Aquino quedó desconcertado, sintiendo que esa escena tenía algo de real, como si fuera un reflejo de un futuro posible. 

—"¿Qué me está pasando?"- pensó, sacudiendo la cabeza para despejarse. No podía permitirse distracciones. Debía seguir adelante. 

Mientras caminaba por el sendero, un portal se abrió repentinamente delante de él, dejando paso a Soaring, quien apareció con expresión curiosa y algo inquieta. 

—¿Y? ¿Cómo te fue? —preguntó Soaring, examinando de arriba abajo. 

Aquino no le respondió directamente. Aún estaba procesando lo que le había pasado con la magia y esa extraña visión. 

—Mi magia... no está funcionando bien —admitió al fin, bajando la mirada—. Y estoy teniendo visiones raras. 

Soaring frunció el ceño con preocupación y dio un paso hacia él. 

—Eso no suena normal. Noto que hay algo raro en tu aura, Aquino. No sabría explicarlo, pero es como si estuvieras... diferente. 

—¿Diferente? —Aquino lo miró con escepticismo, aunque sabía que Soaring no decía esas cosas a la ligera. 

—¿Podría ser por el artefacto? —continuó Soaring—. Es extraño, nunca había oído de un artefacto causando algo así. Es como si hubieras absorbido parte de su poder o tal vez algo se hubiera fusionado contigo. 

Aquino suspiró, cansado y todavía confundido. No tenía respuestas claras, solo preguntas que lo inquietaban más con cada paso. 

—No lo sé —murmuró—. Tal vez estoy demasiado cansado. 

Soaring lo observó por un momento más, como si intentara leer algo en sus expresiones. Luego, con una sonrisa leve pero preocupada, le palmeó el hombro. 

—No tienes que hacerlo solo, Aquino. Sabes que puedes contar conmigo, ¿verdad?-Soaring sostuvo su mirada, como si buscara alguna señal de alivio en los ojos de Aquino. Pero no consiguió nada, era casi imposible leer su rostro..

—Si pasa algo más, búscame. Podemos encontrar a alguien que te ayude si esto empeora. 

Aquino asintió en silencio y siguió su camino, agradecido por la preocupación de Soaring pero demasiado abrumado para hablar más. 

A medida que avanzaba por el sendero, otra visión lo envolvió sin previo aviso. Esta vez fue más clara y perturbadora: en un escenario sombrío, veía dos futuros posibles. En el primero, Duxo lo observaba desde la oscuridad con ojos vacíos, como si ya no quedara nada de la persona que Aquino conocía. En el segundo, Duxo lo sostenía entre sus brazos con lágrimas en los ojos, pero algo en su mirada estaba roto, como si hubiera perdido algo irremediable...
El tacto de Duxo era cálido, pero su mirada rota lo hacía sentir más solo que nunca.

El escalofrío recorrió su espalda como una advertencia fría e inevitable. Aquino apretó los dientes.

—"¿Qué significan estas visiones?" —pensó, sabiendo que ignorarlas sería peligroso. Pero tampoco tenía claro qué debía hacer. ¿Eran advertencias de lo que vendría o fragmentos de futuros inevitables? 

Con esos pensamientos pesándole en la mente, Aquino siguió adelante, consciente de que, de un modo u otro, el artefacto había cambiado algo dentro de él. Y, para su mala suerte, no podía saber aún si ese cambio sería para bien... o para mal.

Realidad Rota [Duxino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora